Capítulo IX

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Sarocha: Espera... ¿Qué dijiste?

Becky: Lo siento, solo me nació decirlo...

Sarocha: Me gustó que lo dijeras...

Becky: ¿En serio?

Sarocha: Sí, ven, vamos a ducharnos para ir a comer algo...

Becky: Adelántate, ya te alcanzo.

Becky llamó a Irin, necesitaba saber con cuánto tiempo contaba para poder seguir con Sarocha. Se sintió mal cuando la respuesta de su amiga y abogada fue negativa, no tenía más tiempo, debía devolverse a casa esa misma noche. Con poco ánimo entró a la ducha y para acabar con su poco humor, Sarocha la rechazó.

Sarocha: Muy tarde, ya me duché -se colocó la toalla- te espero afuera.

Becky: Ay por favor, quédate -hizo puchero.

Sarocha: Mejor me voy a cambiar, no te tardes -le dio un pico.

Becky: Bien, como quieras...

Sarocha: No te enojes... Solo quiero comer algo, tengo hambre.

Becky: ¡¿Saro?! -llamó sin ánimo.

Sarocha: Dime.

Becky: Después de comer, debemos marcharnos.

Sarocha: ¡¿Por qué?!

Becky: Mañana tengo que presentarme a primera hora en la oficina, salgo de viaje el martes y debo dejar todo en orden.

Sarocha: Está bien, voy a cambiarme. Te espero -agacho su cabeza.

Becky: Lo siento, me hubiera gustado tener más tiempo.

Sarocha: Tranquila, yo arruine la mitad del paseo -salió sin esperar replica.

Mientras Becky se duchaba, Sarocha se cambiaba y alistaba la maleta, después de todo ya había concluido su pequeña "luna de miel". A pesar de que Sarocha ya sabía del viaje, se sintió mal de no haber aprovechado lo suficiente con Becky. Se sentó en una de las sillas del balcón y observó la vista por un buen rato hasta que se quedó dormida. Al salir de la ducha, Becky la vio y se acercó con cuidado, le dio un beso en la mejilla y se encima de Sarocha, quien al principio se sorprendió, pero igual la recibió con los brazos abiertos.

Becky: ¿Tanto me tarde que te quedaste dormida?

Sarocha: No, solo que...

Becky: ¿Qué pasa?

Sarocha: Nada, estoy bien...

Becky: Dime, ¿estás triste porque nos vamos? -dijo apretándola más fuerte- si es así hago que Irin se encargue y me quedó contigo.

Sarocha: No, bueno sí, pero no es necesario. Tú debes cumplir con tus obligaciones, yo estaré bien.

Becky: Saro, yo por ti haría lo que sea. Quiero verte sonreír -le dio un beso suave- dime, ¿nos quedamos hasta mañana?

Sarocha: No, ya habrá tiempo, supongo -dijo con tono triste- Vamos a comer. De verdad tengo hambre.

Becky: Vamos.

Becky no iba a permitir que Saro se sintiera mal, envió un mensaje a Irin avisándole que no podía presentarse en la oficina como habían quedado, llegaría el martes a tomar el vuelo y después arreglaría los pendientes, Irin no tuvo más que aceptar la decisión de Becky. Mientras tanto, Becky preparó una sorpresa para Saro, irían a cabalgar por la playa y después, tendrían una cena romántica en la habitación.

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