-Y-yo, señor... Yo n-no le he men-tido, ¡se lo juro! Y-yo... -Al fin habló, aunque aún tenía algo de miedo.
-Sh, Sh, Sh.... Te creo, cariño. -La interrumpíl el mayor. -Y porque me respondiste te ganaste una recompensa, linda.
-¿E-en serio? - Los ojitos le brillaron. Pensaba que tal vez aquella recompensa sería dejarla libre para poder irse con sus padres.
-Claro que sí, nena. Ahora quitate esa camisa sucia que te daré tu premio. -sonrió con sorna.
No estaba muy seguro de lo que iba hacer exactamente.
Lee no entendió para que, pero pensó que podría ser que minho le quería dar otra para que ni se la lleve toda rasgada. Así que se la quito con una pequeña sonrisa.
Al ver sus ligeros pechitos copa B, Changbin sonrió ladino.
-Quítate el sostén, linda.
Así lo hizo inocentemente ella y dejó sus bonitas tetas al aire bajo la atenta mirada hambrienta del hombre.
-Bien, Felix. -No apartó su mirada de sus bonitos senos. Creía que ya sabía lo que iba a hacer. Después de todo, ¿para qué maltratar su cuerpo que se veía tan bonito?-ahora te daré tu recompensa...
Sin más, hundió su cara en aquellas tetas.
-¿Q-qué- ¡Ah!
No perdió tiempo. Lamió toda la circunferencia y la llenaba de besos. Luego delineó sus peones con su lengua y comenzó a chuparmos y lamerlos, soltando varias mordidas de vez en cuando. Con su otra mano pellizcaba su pezón.
Felix jadeaba y gemía sin control. No sabía que le estaba haciendo aquel hombre en sus tetas, o por qué, se sentía tan bien, simplemente se dejó hacer.
No tenía fuerzas para quitarselo de encima y se estaba sintiendo de maravilla.
Aunque eso no haya sido lo que pensó que sería la recompensa le estaba gustando mucho.
Estaba haciendo lo mismo con el otro pechito. Le encantaba los sonidos que la chica bajo él hacia.
-¡Mgh! ¡Ouh, ah!~-chillaba sin parar.
-¡S-señor!-Changbin volteó su rostro al de la menor mientras que con sus manos apretaba y amasaba sus pecho a su gusto, de vez en cuando pellizcando sus pezoncitos rosas. Su prominente erección se endureció más al ver la cara envuelta de placer de Felix.
Estaba toda sonrojada hasta las orejas; botaba saliva de su boca al no poder cerrarla y tenía los ojos perdidos y cristalizados. Sus labios estaban rojos e hinchados de que ella tanto mordía para callar los sonidos vergonzosos qué hacía. Sus manos sujetaban las sábanas bajo ella. Dios... Se notaba que la chica era más que primeriza en eso. Se ponía tan mal solo por su boca en sus tetas, se imagina su cara cuando haga mucho más que eso.
-¿Si, bonita?-pregunto con una sonrisa.
-¡M-me vo-y- ¡mmh! ¡Me voy hacer pis!-Changbin río ronco. Esa chica si que era inocente.
-No te vas a orinar, cariño. Te vas a correr...-Entonces comenzó a besar su cuello y a dejarle marcas rojizas y mordidas que lamía después. -Sólo deja que pase, te sentirás bien después.
Y. Con eso, Felix se corrió con un fuerte y agudo gemido por primera vez en su vida.
Una inesperada pero excitante recompensa.
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