Celos De Mujer

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Mis pies se hunden en cada paso que voy dando hasta que me detengo —a un par de metros retirado de la casa de Jungkook— encontrándome con una escena esperada: la nieve cayendo suavemente, cubriendo todo a su alrededor

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Mis pies se hunden en cada paso que voy dando hasta que me detengo —a un par de metros retirado de la casa de Jungkook— encontrándome con una escena esperada: la nieve cayendo suavemente, cubriendo todo a su alrededor. 

Sin embargo, en lugar de sentir la belleza de ese momento, el miedo me invade al recordar la experiencia previa de quedar atrapado bajo la nieve. El terror se refleja en mis ojos llenos de miedo mientras me quedo petrificado, incapaz de moverme o reaccionar. 

Los recuerdos aterradores me asaltan, haciéndome sentir vulnerable y desamparado. El frío se cuela hasta lo más profundo de mis huesos, intensificando la angustia; la pesadez en el pecho es asfixiante y el temblor de mi cuerpo me vuelve inestable. 

En ese momento, anhelo desesperadamente la calidez y la seguridad de mi hogar, deseando poder escapar de esta situación aterradora, volver donde mis mascotas… Ser feliz, salir a correr cada mañana mientras el sol calienta mi cuerpo y el viento seca el sudor de mi frente. 

Cierro los ojos encogiendo los hombros, mientras trato de controlar el ritmo acelerado de mi respiración. 

El correr del viento trae consigo los diversos aromas que desprende el bosque, incluso el característico olor de cada habitante, como era el de Jungkook, cierro los ojos inhalando profundamente llenándome de su aroma. 

Para cuando me doy cuenta de lo que estoy haciendo, el ritmo de mi corazón vuelve a ser el mismo, ya no hay hormigueo en las palmas, ni cosquilleo en la planta de los pies. 

—Maldición, no puede parecerme rico su aroma… Pero, —muerdo mi labio —realmente huele rico. 

—¿Qué huele rico? 

Llenando los pulmones de aire de nuevo, soy capaz de reconocer a Orson mucho antes de que se pronuncie. 

—Orson —musito dando la vuelta para abrazarlo. 

Sus brazos se aprietan alrededor de mi cintura mientras su barbilla descansa en mi cuello, es tan alto que incluso debe mantenerse encorvado para poder sostenerme. 

—Creí que te habías ido. 

—No podría irme sin despedirme de ti, o sí —da un golpe con su índice en mi nariz. 

—Eso significa que ya no me llevarás contigo. 

Retirando sus manos a regañadientes de mi cuerpo da un paso atrás, estira solo una mano acunando mi rostro en la palma. 

—Me temo que ya no será posible Jimin. 

—¿Por lo de Jungkook…? ¡pero si tu ganaste! No importa si me tratan como si fuera un trofeo, no deseo quedarme en este lugar. 

Los ojos de Orson se vuelven claros, y tristes, inclinándose hacía delante pega su frente a la mía. 

—Si te alejo de él podrías morir por la pérdida de tu alfa, creeme Jimin, que mas quisiera que fueras mi destinado, me tendrías a tus pies, envuelto en tu pequeño meñique, —toma mi mano entrelazándola con la suya —a tu merced, y estaría más s que encantado de hacerte el amor cada dia, noche o tarde… —su respiración da directo a mis labios que se muestran ansiosos por besar a los suyos, pero cuando creo que me besara Orson se aleja a regañadientes. —Lo siento, espero que Jungkook se de cuenta del gran valor que tienes. 

El encantador de lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora