A la mañana siguiente fui el primero en despertar, me sentía extraño, dolorido y mis muslos protestaban en cada paso que daba sobre la hierba fresca bañada en el rocío de una mañana alegre.
La piel se me eriza con el susurro del viento que ha decidido juguetear con los rizos rebeldes y opacos de mi cabello, me detengo bajo un racimo de luces que desciende desde lo alto del cielo colándose a la brava entre las copas de los árboles permitiendo que los rayos del sol calienten mi cuerpo.
Cierro los ojos, alzando la barbilla, sonrojándome lentamente al recordar todo lo que Jungkook y yo hicimos la noche de ayer.
Tomando un último respiro comienzo a desnudarme descubriendo que aquel mismo venado se encuentra oculto entre un par de arbustos frutales. Su ojos inteligentes de un marrón oscuro se encuentran clavados en mi.
—¿Estás espiándome?—preguntó, con un tono de diversión en mi voz. El ciervo retrocede, quedando más oculto entre los arbustos, pero sus enormes astas lo delatan. Suelto una risita, negando con la cabeza entró al agua estremeciéndome por lo fría que está, pero sintiendo el placer en cada rincón de mi cuerpo, mientras gimo y jadeo por el dolor y el placer de sentir lo helado contra cada músculo adolorido, maullando.
Remojo mis labios olvidándome del venado al tener un par de penosos flashbacks donde me encuentro bajo el cuerpo gigante del lobo de Jungkook.
—¡Oh, por dios! No lo puedo creer —.
Niego, volviendo a zambullirme bajo el agua fría a la cual mi cuerpo se había climatizado y ya no se sentía tan helado como en un principio.
—No estaba espiandote.
Dice de pronto una voz clara y masculina en mi cabeza. Me apresuro a salir a la superficie encontrándome con el venado asomado hacia el agua, bebe un poco del líquido y al alzar la cabeza mira en mi dirección; un par de gotas se deslizan por su hocico hasta caer de vuelta creando ondas en el agua.
Retiro el exceso de agua de mi rostro parpadeando en su dirección.
—¿Qué has dicho?
Sacude las patas mirando de vuelta hacia la casa, ahora veo que no me estaba espiando a mi; si no que esperaba que saliera Jimiyu quien ahora cuelga del brazo de Yoongi, y detrás de ellos frotándose la cara sale un medio desnudo Jungkook.
Me hundo de vuelta asomando apenas los ojos y nariz.
—Saben donde esta Jimin.
—Ni idea hermano, ese chico es más escurridizo que el agua que bebes.
Jungkook chasquea la lengua llevándose el cabello hacia atrás al tiempo que arroja sobre sus hombros una camisa de cuello redondo negra, gira en los talones buscando y al encontrarme sus labios se estiran en una sonrisa socarrona.
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El encantador de lobos
WerewolfCuenta la leyenda que la primer luna emparejada a un lobo era muda y en honor a ella se nombró a la manada; ahora después de casi una centuria el alfa de la manada «Luna silenciosa» se ha impregnado de un joven veterinario al cual detesta por su odi...