Un Humano En Celo

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No imaginé que estar con mi destinado me descontrolaria tanto, por un momento llegué a pensar que Nochu podría tomar el control, aunque se que jamás lo lastimaría, sería demasiado para Jimin ser tomado por mi lobo

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No imaginé que estar con mi destinado me descontrolaria tanto, por un momento llegué a pensar que Nochu podría tomar el control, aunque se que jamás lo lastimaría, sería demasiado para Jimin ser tomado por mi lobo.

Tirado boca arriba con su delgado cuerpo sobre el mio me dedico a admirarlo, este condenado enano es bellisimo, y no puedo pensar en él lejos de mí. 

Remojo mis labios, delineando la barbilla de su redonda cara, sus labios entreabiertos sueltan ligeras exclamaciones de aliento que dan directo a mi pecho. Espero no haberlo lastimado, aunque creo que si nos excedimos. Mi pecho sigue húmedo de todas las corridas de Jimin, después de la cuarta vez, perdí la cuenta de cuantas veces más eyaculo antes de desmayarse. 

Remojo mis labios una vez más sonriendo orgulloso al ver mi marca en su cuello, ¡simplemente perfecta! 

Me remuevo sintiendo mi pene al fin desinflarse, y al salir de su interior Jimin se queja soltando gran cantidad de mis corridas que lo inundaban. 

Es una lástima porque ahora que ya no estamos unidos debemos volver a la civilización; a la realidad. 

Recostandolo a mi costado sobre césped fresco, admiro su desnudes una vez me incorporo para volverlo a tomar en brazos y entrar de vuelta al agua enjuagandonos; Jimin es tan delgado, curvilíneo, de piel palida y rosada en los puntos mas exquisitos como sus pezones, la cabeza roma de su pene, el saco de los testiculos. 

Me siento extasiado de solo verlo.

Tallo con delicadeza su cuerpo, tomándome quizá un poco mas de tiempo en explorar lo que no pude mientras estaba despierto. 

—Maldición —gruñó, su olor se va intensificando como si tratara de marcarme, pero el simplemente sigue desmayado, o mejor dicho «dormido». 

Saliendo del agua cubro su desnudes con la ropa que llevaba puesta, y volviéndolo a tomar en brazos corro con él evitando que cualquiera que se cruce en nuestro camino pueda observarlo. 

Entre los árboles centenarios y el silencio de la naturaleza, se encuentra una cabaña olvidada. Sus muros de madera, gastados por el paso del tiempo, parecen contar historias silenciosas. El exterior está cubierto de restos de nieve, como un abrazo frío y eterno, en uno de los pilares un pajarito ha hecho su nido cavando un hueco en el centro por donde un par de crías sacan sus piquitos exigiendo ser alimentados. 

Al abrir la puerta, se accede a un mundo suspendido en el tiempo. El interior de la cabaña está intacto, como si hubiera sido preservado en un instante. El aire está impregnado de un aroma a madera antigua y a lo que alguna vez pudo haber sido un hogar; el cual esperaba tener ahora que había encontrado a mi Luna. 

El polvo acumulado brilla en los rayos de luz que se filtran a través de las muchas ventanas, creando destellos dorados en cada superficie. Los muebles, cubiertos de polvo y telarañas, parecen esperar pacientemente a ser descubiertos y revividos por nuevos inquilinos. 

El encantador de lobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora