DIFFERENZA #3

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— Enzo, para...

  Pedi en un suave jadeo mientras el tomaba mi cintura pegandome más contra el, una de sus manos paso a estar tras mi cabello, mis brazos rodearon su cuello mientras ahora mi mirada comenzaba a nublarse de placer.

— Vos también me gustás mi niña.

  Susurro de nuevo y le alejo ligeramente de mi, sentí sus manos recorrerme mientras el me miraba con esa sonrisa coqueta, sus manos subieron a mi pecho donde el me miró mordiendo su labio inferior.

— Vamos mi princesa, entremos un poco más en confianza.

  Dijo tomando mi mano y me sentí en el sofá, yo le mire algo apenada y a decir verdad apenada, ¿Si no le gustaba en verdad que haría?, ¿Si solo me quiere coger?, ¿Que hay si no le gusta como me veo sin nada de ropa?.

— Enzo...

  Dije apenada y casi de inmediato fui interrumpida.

— Ahora no nena, prometo que seré suave y te gustará.

  Dijo rozando su pulgar en mis labios mientras su mano libre comenzaba a desabrochar su cinturón, ese bulto que se notaba entre sus piernas me tenia en verdad ansiosa a punto que ya me estaba mojando.

— Mierda, te odio.

  Susurré mientras el finalmente desabrochaba su pantalón dejándolo caer al piso, mis manos fueron a su entrepierna comenzando a masajear sobre su boxer un pequeño suspiro de placer salió de su rostro y me miró con una sonrisa coqueta, la mano que tenía en mis labios bajo a mi barbilla subiendo mi mirada haciéndome encontrar con la suya.

— Dejá de ser tan tímida, ya sabes que hacer.

  Dijo haciéndome asentir ligeramente, su mano libre paso a bajar su boxer dejándome ver ese gran trozo de carne que en verdad deseaba tener entre mis labios, la mano que sostenía mi barbilla paso a mi cabello, en ese momento supe exactamente lo que quería, el quería llevar el control.

  Hizo una coleta con su mano y yo tome su miembro con una de mis manos comenzando a masturbarlo, abrí mi boca sacando mi lengua para después dejar pequeñas lamidas en la punta de su pene, jadeos salian de su boca haciendo su cabeza hacia atrás.

— Dios, mi niña lo hacés muy bien, pero quiero sentirte toda.

  Dijo finalmente soltandome y quitó su playera quedando al desnudo, se veía tan delicioso que no pude evitar morder ligeramente mi labio inferior, me veía tan tonta por qué en verdad tenía ganas de sentir todo su miembro en mi boca, de un momento a otro puso una de sus manos en mi cuello.

— Ponte de rodillas.

  Ordeno haciéndome asentir, solo escucharlo me hizo mojarme y cumplir su orden casi de inmediato poniendo mis manos en sus muslos para poder sostenerme, su miembro rozaba mis labios, su mano libre paso a mi cabello haciendo una coleta de nuevo.

— Abre la boca, mi niña.

  Si tono de voz era grueso y en verdad parecía urgido, hice lo que pidió abriendo la boca ligeramente, el sonrió y la mano que tenía en mi cuello paso a mi mandíbula la cual apretó un poco haciéndome lanzar un quejido abriendo más boca y sin previo aviso comenzó a meter su boca.

— Así está bien mi niña, así de abierta tu boquita con esos labios húmedos que ... Joder.

  Dijo en un tono agitado de voz mientras movía ligeramente su pelvis de adelante hacia atrás su cabeza se hizo ligeramente hacia atrás mientras mi lengua jugaba con su pene dentro mi boca y lo miraba cegada del placer.

Dió una fuerte estocada metiendo todo su miembro casi de inmediato trate de alejarme ya que sentí una gran arcada que me haría vomitar, pero a él no le importo al contrario, tomo firmeza en el agarre que tenía con mi cabello y me obligó a estar pegada a el mientras restregaba mi cara en su entre pierna haciendo que se escucharán pequeñas arcadas de lo rudo que estaba siendo, finalmente me acerco al sentir pequeños chorros pre semanales en mi boca y garganta que casi me hacen vomitar de lo nueva que era en esto.

— Dijiste que serías suave...

  Dije mirándolo con pequeñas lágrimas en los ojos, no por dolor o tristeza, si no por placer.

— Por lo general eso significa que quieren que sean rudos.

Contento en una ligera risita y jalo mi cabello haciéndome mirarlo, un gemido salió de mi boca y yo dejé mis manos para sostenerme el piso mientras su miembro tocaba mi rostro.

— ¿Eso quieres mi niña?, ¿Querés que sea rudo contigo, ah?.

  Me encantó esto, comenzaba a dominarme, no hay vuelta atrás, estoy mojada y literalmente a sus pies, asentí ligeramente mordiendo mi labio inferior, fin, estoy perdida.

— ¿Si mi niña?, ¿Querés ser mi perra?.

  Pregunto poniendo su mano en su miembro comenzando a masturbarse contra mi cara, yo asentí ligeramente sintiendo como jalaba mi cabello un poco más haciéndome mirarlo, ahora mis manos pasaron a sus muslos apretandolos del placer.

— Dí que sos mía.

  Dijo en un jadeo haciendo su cabeza hacia atrás yo lo mire completamente cegada y relami mis labios.

— Soy tuya Enzo ~.

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Bien, creo que ese se extendra un capitulo más, voten si quieren o si así lo dejo, ¿Vale?.

ONE SHOT - Enzo Vogrincic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora