Capítulo 8: Noche de Estudio

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Las semanas pasaron rápidamente y el día de la presentación final se acercaba. Liam y yo habíamos hecho un progreso significativo, pero ambos sabíamos que necesitábamos una última sesión intensa de estudio para asegurarnos de que todo estuviera perfecto. Así que, una noche de jueves, decidimos quedarnos en la biblioteca hasta tarde para pulir los últimos detalles.

Llegué a la biblioteca a las siete de la tarde. El ambiente era tranquilo, con solo unos pocos estudiantes esparcidos por las mesas, absortos en sus propios trabajos. Vi a Liam en nuestra mesa habitual, rodeado de libros y papeles. Me saludó con una sonrisa cansada pero cálida cuando me acerqué.

—Hola, Emma. Lista para una noche larga? —preguntó, señalando la silla frente a él.

—Listísima. Traje café y snacks para mantenernos despiertos —dije, sacando una bolsa con termos y una variedad de barritas energéticas.

—Eres una salvadora —respondió Liam, aceptando el café con gratitud.

Nos pusimos a trabajar de inmediato, revisando cada sección de nuestra presentación y asegurándonos de que todo fluyera de manera coherente. A medida que la noche avanzaba, el ambiente en la biblioteca se volvía cada vez más silencioso, con solo el suave murmullo de nuestras voces y el sonido de los teclados rompiendo la calma.

—¿Qué te parece si incluimos un análisis comparativo aquí? —sugirió Liam, señalando una diapositiva en su laptop.

—Buena idea. Podemos usar los datos que recolectamos la semana pasada para hacer una comparación más sólida —respondí, ajustando mis notas.

Trabajamos en silencio por un rato, enfocados en nuestras tareas. A medida que las horas pasaban, la fatiga comenzó a asentarse, pero el café y la determinación nos mantenían en marcha.

—¿Te das cuenta de que hemos pasado más tiempo juntos que con cualquier otra persona en las últimas semanas? —dije de repente, rompiendo el silencio.

Liam sonrió, sin levantar la mirada de su pantalla. —Sí, lo he notado. Y, sinceramente, no me quejo. Me gusta trabajar contigo.

—A mí también me gusta trabajar contigo, Liam. A pesar de nuestras diferencias, hemos logrado encontrar un buen equilibrio —respondí, sintiendo una calidez en mis palabras.

Liam levantó la mirada y me miró fijamente, sus ojos reflejando una mezcla de cansancio y sinceridad. —Emma, sé que lo he dicho antes, pero realmente aprecio todo lo que has hecho por este proyecto. No podría haberlo hecho sin ti.

—Gracias, Liam. Siento lo mismo. Hemos sido un buen equipo —dije, sonriendo.

Decidimos tomar un pequeño descanso y salimos al patio de la biblioteca para tomar un poco de aire fresco. La noche estaba clara y fría, y el campus estaba envuelto en un silencio casi mágico.

—¿Sabes? Hay algo especial en estudiar de noche. Todo está tan tranquilo, casi como si el mundo se detuviera por un momento —dije, mirando las estrellas.

—Sí, lo sé. Es como si el tiempo pasara de manera diferente —respondió Liam, observando el cielo junto a mí.

Nos quedamos en silencio por unos minutos, disfrutando de la calma. Luego, regresamos a la biblioteca y nos sumergimos de nuevo en nuestro trabajo. A pesar del cansancio, había una sensación de satisfacción en saber que estábamos acercándonos al final.

—¿Te importa si pongo algo de música? —pregunté, sintiendo que necesitábamos un pequeño impulso de energía.

—Claro, adelante. Cualquier cosa para mantenernos despiertos —respondió Liam con una sonrisa.

Puse una lista de reproducción suave de jazz y seguimos trabajando. La música parecía llenar el espacio vacío de la biblioteca, creando un ambiente acogedor y relajado.

—Emma, ¿puedo hacerte una pregunta personal? —dijo Liam de repente, rompiendo el ritmo constante del teclado.

—Claro, dime —respondí, curiosa.

—¿Qué te hizo elegir esta universidad? Quiero decir, podrías haber ido a cualquier lugar con tus calificaciones —preguntó, su tono genuinamente interesado.

—Bueno, la verdad es que quería un cambio de escenario. Siempre viví en la misma ciudad y sentía que necesitaba experimentar algo nuevo, conocer gente diferente y salir de mi zona de confort —respondí, recordando mis propias motivaciones.

—Entiendo. Creo que todos necesitamos eso en algún momento —dijo Liam, asintiendo.

—¿Y tú? ¿Qué te trajo aquí? —pregunté, devolviendo la pregunta.

—En parte, fue la reputación del programa de Economía. Pero también quería seguir los pasos de mi padre. Él siempre me hablaba de esta universidad con mucho cariño —respondió, una sombra de tristeza pasando por su rostro.

—Tu padre estaría muy orgulloso de ti, Liam. Estoy segura de eso —dije, tocando suavemente su mano en un gesto de apoyo.

—Gracias, Emma. Eso significa mucho para mí —respondió, su mirada suave.

Seguimos trabajando hasta que los relojes marcaron la medianoche. La biblioteca estaba casi vacía, y el cansancio comenzaba a pesar en nuestros cuerpos. Decidimos que era hora de revisar una última vez nuestra presentación antes de llamarlo una noche.

—Creo que estamos listos —dijo Liam finalmente, cerrando su laptop con un suspiro de alivio.

—Sí, hemos hecho un gran trabajo. Estoy orgullosa de nosotros —respondí, sintiendo una mezcla de cansancio y satisfacción.

Recogimos nuestras cosas y nos dirigimos a la salida de la biblioteca. Afuera, el aire frío de la noche nos despertó un poco, y comenzamos a caminar de regreso a nuestros dormitorios.

—¿Emma, puedo decirte algo? —dijo Liam de repente, deteniéndose y mirándome con una intensidad que me hizo detenerme también.

—Claro, Liam. ¿Qué pasa? —pregunté, mi corazón acelerándose un poco.

—Esta experiencia, trabajar contigo, ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado en mucho tiempo. No solo por el proyecto, sino porque he llegado a conocerte y a apreciarte de una manera que no esperaba —dijo, su voz sincera.

Me quedé en silencio por un momento, dejándome llevar por sus palabras. Sentía lo mismo, pero no sabía cómo expresarlo sin parecer demasiado vulnerable.

—Yo también siento lo mismo, Liam. Has sido un apoyo increíble y me has desafiado a ser mejor. Estoy realmente agradecida por todo lo que hemos compartido —respondí finalmente, mi voz suave.

Nos quedamos allí, mirándonos bajo la luz tenue de las farolas del campus. Había algo en el aire, una tensión palpable, pero también una sensación de conexión profunda.

—Bueno, creo que es hora de descansar. Mañana será un gran día —dijo Liam finalmente, rompiendo el silencio.

—Sí, tienes razón. Nos vemos mañana, Liam. Buenas noches —respondí, sintiendo una mezcla de emociones.

—Buenas noches, Emma —dijo Liam, sonriendo antes de darme un ligero abrazo.

Nos separamos y cada uno se dirigió a su dormitorio. Mientras caminaba, no pude evitar sentir una calidez en mi corazón. Habíamos compartido una noche intensa de trabajo, pero también habíamos fortalecido nuestra relación de una manera que no esperaba.

Al llegar a mi habitación, me dejé caer en la cama, exhausta pero contenta. Pensé en todo lo que habíamos logrado y en lo que significaba para nosotros. Sabía que, pasara lo que pasara, esta experiencia sería una de las más importantes de mi vida.

Entre nosotros: Amor en tiempos universitariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora