Capítulo 3: Amistades y Alianzas

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Después de aceptar la invitación de Liam para reunirnos en el café, pasé las horas restantes del día repasando mentalmente cada momento que había compartido con él. Su sonrisa, su voz cálida y la manera en que hacía que todo pareciera tan fácil entre nosotros se repetían en mi mente una y otra vez. Me sentía emocionada y nerviosa por lo que podría venir esta tarde.

Cuando finalmente llegó la hora de encontrarnos, caminé con paso decidido hacia el café de la esquina frente al campus. El sol de la tarde pintaba de tonos dorados el paisaje urbano mientras entraba en el acogedor establecimiento. Mis ojos buscaron automáticamente a Liam, y lo encontré sentado en una mesa cerca de la ventana, mirándome con una sonrisa amplia y genuina.

—¡Hola, Emma! —me saludó Liam cuando me acerqué, levantándose para darme un abrazo amistoso.

—Hola, Liam. Me alegra verte de nuevo —respondí con una sonrisa tímida mientras tomaba asiento frente a él.

Pedimos nuestros cafés y comenzamos a charlar. La conversación fluyó naturalmente desde el principio. Hablamos sobre nuestras clases, nuestras expectativas para el semestre y nuestros intereses fuera de la universidad. Liam compartió anécdotas divertidas sobre sus amigos y algunas experiencias que había tenido desde que comenzó el año académico.

—Entonces, Emma, ¿qué te trajo a estudiar literatura inglesa? —preguntó Liam, mirándome con curiosidad genuina.

—Siendo honesta, siempre he amado los libros. Me encanta la forma en que las historias pueden transportarte a diferentes mundos y hacerte sentir emociones tan intensas —respondí, sintiéndome cómoda al compartir mis pensamientos con él.

Liam asintió, mostrando un interés genuino en lo que decía. —Es increíble cómo los libros pueden hacer eso, ¿verdad? Creo que es lo que me atrajo también a esta carrera.

La tarde pasó volando entre risas, anécdotas y la sensación creciente de que estábamos construyendo algo especial entre nosotros. Liam tocaba mi brazo ocasionalmente o se inclinaba hacia mí para compartir alguna broma, gestos que me hacían sentir más conectada con él.

—Oye, ¿te gustaría venir esta noche a una reunión pequeña con algunos de mis amigos? —propuso Liam de repente, sus ojos brillando con una chispa de entusiasmo.

La idea de conocer a los amigos de Liam me emocionaba y, al mismo tiempo, me ponía nerviosa. Era un paso importante en nuestra relación incipiente, pero también una oportunidad para verlo en un contexto diferente.

—¡Claro! Me encantaría conocer a tus amigos —respondí con una sonrisa sincera, tratando de ocultar los nervios que sentía.

Liam sonrió ampliamente. —Genial. Nos reuniremos en mi apartamento a las 7:00 PM. ¿Te parece bien?

Asentí, sintiendo cómo la emoción se mezclaba con la anticipación. —Sí, suena perfecto. Estaré allí.

Terminamos nuestros cafés y nos despedimos con la promesa de encontrarnos más tarde esa noche. Cuando salí del café, el aire fresco de la tarde me hizo sentir viva y emocionada por lo que la noche podría traer. Esta era una oportunidad para conocer más de cerca la vida de Liam y ver cómo encajaría yo en ella.

El resto de la tarde pasó en un torbellino de preparativos y nerviosismo. Me cambié a una blusa más informal y unos jeans cómodos, intentando encontrar el equilibrio entre parecer casual pero también presentable. Cuando finalmente llegó la hora, tomé una respiración profunda y me dirigí hacia el edificio de apartamentos donde vivía Liam.

Toqué a la puerta y, después de unos momentos, Liam abrió con una sonrisa brillante.

—¡Emma! Me alegra que hayas venido —dijo con sinceridad, invitándome a entrar a su apartamento.

El lugar estaba lleno de gente cuando entré. Liam me presentó a sus amigos: Alex, quien tenía un sentido del humor contagioso; Maya, una estudiante de arte con una personalidad vibrante; y Ben, el tranquilo y observador compañero de cuarto de Liam.

Nos sentamos juntos en el sofá y comenzamos a charlar animadamente. Las risas y las bromas llenaron el aire, creando un ambiente cálido y acogedor. Liam se sentó a mi lado, ocasionalmente tocando mi brazo o inclinándose para compartir alguna broma, gestos que me hicieron sentir más integrada y parte del grupo.

—Así que, Emma, ¿cómo te estás adaptando a la vida universitaria? —preguntó Maya con interés genuino mientras se servía una nueva ronda de aperitivos.

—Es un ajuste, pero estoy disfrutando cada momento. Conocer a Liam y a todos ustedes ha hecho que todo sea mucho más fácil —respondí sinceramente, mirando a Liam con una sonrisa.

La noche pasó rápidamente entre risas, juegos de mesa improvisados y más conversaciones animadas. Me sentía cada vez más integrada en el círculo de amigos de Liam, y la forma en que él me incluía en las conversaciones y bromas me hacía sentir especial y valorada.

Cuando finalmente llegó el momento de irme, Liam se ofreció a caminar conmigo de regreso a mi dormitorio.

—Gracias por invitarme esta noche. Me lo pasé genial —le dije sinceramente mientras caminábamos por el campus oscuro.

Liam sonrió y se detuvo frente a la puerta de mi edificio residencial.

—Me alegro de que te gustara. Mis amigos te adoraron, por cierto —dijo con una chispa traviesa en sus ojos.

Me ruboricé un poco ante el cumplido. —Gracias. Me hicieron sentir muy bienvenida.

Liam asintió con satisfacción. —Eso me alegra escucharlo. Oye, ¿te gustaría salir a cenar conmigo mañana por la noche? Podríamos ir a ese nuevo restaurante italiano que abrió cerca del campus.

Mi corazón dio un vuelco ante la invitación. Parecía que Liam también quería seguir conociéndome más allá de las reuniones en grupo y los cafés casuales.

—Me encantaría —respondí sinceramente, sintiendo una mezcla de alegría y nerviosismo por lo que el futuro podría traer.

Liam parecía igualmente emocionado. Intercambiamos un par de palabras más antes de despedirnos con la promesa de enviarnos mensajes más tarde para coordinar los detalles de nuestra cita.

Cuando entré en mi dormitorio esa noche, mi mente estaba llena de pensamientos sobre Liam y sobre cómo las cosas estaban avanzando entre nosotros. Sentí una mezcla de emoción y nerviosismo por lo que el futuro podría traer, pero sobre todo, sentí una alegría sincera por haber encontrado a alguien como Liam en mi vida universitaria.

Entre nosotros: Amor en tiempos universitariosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora