¡Yo no dirijo un orfanato! Parte 2 (201-???)

Capítulo 247: Un Deseo Parte 1

Hoy Yami estaba llevando a cabo un experimento, para tratar de entender a la gente psicológicamente.

"Gracias por venir", dijo Yami mientras él y Eri se sentaban en su habitación.

"Está bien. Dijiste que querías preguntarme algo?" Preguntó eri.

Yami asintió. "Si tuvieras un deseo. ¿Qué sería? Perdón. ¿Qué sería? Sólo deseo egoísta."

"Ese es un deseo egoísta." Eri pensó en eso. Qué es algo que ella personalmente querría, eso no fue por el bien de otra persona.

Ella podría desear poder controlar su peculiaridad, pero entonces ¿era un deseo egoísta? No es que usara su peculiaridad para otra cosa que no sea ayudar a la gente, así que eso realmente no contó.

¿Tal vez un objeto? ¿Qué es algo que ella quería, que aún no tenía y que no podía comprar?

Sólo una cosa vino a la mente.

"Una manzana dorada", dijo Eri en voz alta. Su boca se estaba regando un poco. "Siempre he querido probar uno. Una manzana dorada perfecta."

"Una manzana dorada." Yami anotó eso. "Ok. Gracias. Puedes irte."

"Eh? Es eso?" Preguntó Eri, sacudiendo de su trance de manzana dorada.

Yami asintió. "Por favor envía a Kei a continuación."

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"Un deseo egoísta." Kei lo pensó. Yami la había llamado, y ahora le tocaba responder esa pregunta. "Supongo que pediría amor verdadero."

"Amor verdadero ... huh." Yami no había estado esperando esa respuesta, pero tampoco sabía qué esperar de Kei. "Por qué?"

"Hmmmmm. Simplemente suena bien. Comenzando mi propia familia." Kei se encogió de hombros. "Quiero hacer eso algún día."

Una respuesta tan simple. Tal vez eso es lo que Yami debería haber esperado.

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"Desearía poder sentir cosas como solía hacerlo", respondió Fu.

"No sentirías también dolor entonces?" Yami preguntó mientras bromeaba con eso.

"Vale la pena", dijo Fu simplemente. "Ah, y Kyosei desea chocolate."

Yami asintió. "Ya escribí eso."

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"Ojalá todos nuestros enemigos desaparecieran silenciosamente", dijo Kiba oscuramente.

"Así que quieres que mueran?" Yami aclaró.

"...No es necesario. Solo quiero que todos se vayan y nos dejen en paz." Kiba se quejó. "Para siempre."

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"Desearía lavarme nunca dos veces en ese jawr!" Sansan respondió ferozmente.

"Si eso sucediera, nunca habrías conocido a Izuku." Yami señaló.

Los ojos de Sansan se abrieron de par en par cuando se dio cuenta de ese hecho. "Oh. Lo recupero. Deseo probar la comida."

Yami asintió. "Tiene sentido."

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"Ojalá pudiera olvidarme de mis viejos padres." Kioku silbó.

Yami asintió. Pensó que ese sería el caso. Esta pobre chica tenía dificultades para dejarlo ir.

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