A las chicas le gustan los chicos - Winrina G!P

02

La familia Yoo y la familia Kim se encontraban cenando. Había sido un día muy largo para todas las personas sentadas en la mesa. La cena se volvía cada vez más agobiante, excepto para Wendy y Tiffany, quienes hablaban de cosas y recordaban viejos momentos de su amistad en la escuela secundaria.

Taeyeon, Minjeong y Jimin comían en completo silencio. La televisión estaba encendida, por lo cual Taeyeon no prestaba atención a lo que hablaban. Su atención estaba fija en el partido de los Yankees.

Jimin no iba a hablar con Minjeong, la chica ni siquiera la miraba a los ojos. Intercambiaron un par de palabras, pero no fué la gran cosa. Minjeong siempre trataba de hablar lo menos posible, y eso hacía que el ánimo de Jimin empeore. ¿Quién no quisiera hablar con ella?

— ¿Alguien quiere postre? — preguntó Tiffany. Toda la mesa negó rápidamente. La verdad es que querían irse de allí lo antes posible —. Está bien, por cierto... Minjeong.

La nombrada levantó la vista para mirar a la amable señora.

— Te inscribimos en la escuela que va Jimin — dijo, con una sonrisa en su rostro —. Tus clases comienzan mañana, ¿sí?

— Sí... gracias.

— Nosotras también fuimos a esa escuela — Wendy interrumpió la conversación —. Que buenos recuerdos en Naevis entretainament.

Jimin frunció el entrecejo. ¿Naevis entretainament? ¿Que clase de nombre era ese? Quería reírse, pero no sabía si era correcto o no.

— Ya no se llama así — Tiffany rió levemente —. Ahora la nombraron como SM.

— ¿SM? Que nombre tan...

— Es mejor que Naevis entretainament — Jimin se burló finalmente.

Wendy rió levemente y asintió.

— Hay un equipo de fútbol, tu madre dijo que eras capitana en tu vieja escuela — Esta vez habló Taeyeon, viendo a Minjeong, quien asintió con algo de vergüenza —. Jimin es porrista, tal vez pueda animarte de vez en cuando.

— Soy porrista del equipo masculino de fútbol  — corrigió—. Además, el equipo de fútbol femenino es... un asco. Todas son terriblemente malas, dan pena de solo mirarlas.

— Tal vez Minjeong pueda hacer que mejoren — Taeyeon alzó los hombros —. El año pasado casi ganan el campeonato.

— Todo gracias a Shin Ryujin, pero ya se fué del equipo... en serio, están en decadencia.

Tiffany interrumpió la conversación diciendo que tenía ciertas cosas que hablar con Taeyeon. Wendy subió a su habitación, y eso hicieron también ambas adolescentes. Finalmente, en la cocina, la pareja se quedó resolviendo ciertos desacuerdos.

— ¿Cómo te sientes? Casi ni hablaste hoy — habló Tiffany, mientras terminaba de lavar un par de platos. Taeyeon se recostó sobre la mesa, viendo la espalda de su esposa.

— ¿Está bien si digo que me siento terriblemente mal?

— Es válido — murmuró —. Lo lamento, entiendo tu punto. Lamento volver a esconderte, y más en nuestra propia casa... pero es que Wendy es tan...

Taeyeon se acercó hacia su esposa y la abrazó por la cintura, dejó un beso en su hombro y recostó su mentón allí.

— Me gusta que pienses en los demás, en serio es lindo — dijo, aún sin soltar a su esposa —. Pero, ¿por qué necesitas tanto ayudar a Minjeong?

— Porque conozco lo cruel que es Wendy, y... cuando Wendy me contó su historia — hizo una pausa —. No, nada.

Taeyeon intensificó el agarre en su cintura. Dejando un par de besos en el cuello de su amada, Tiffany cerró los ojos ante la hermosa sensación de aquellos labios contra su piel. Por más que estuvieron juntas durante largos años, se sentían como dos adolescentes.