Cap 8

43 6 2
                                    

-¡No puedes estar hablando en serio!

Llevé una mano a mi boca para evitar escupir mi comida por todo el lugar, mientras Tae me contaba una peculiar anécdota de su trabajo como abogado.

-Créeme, personas como esa mujer abundan.

Mastiqué con deleite el trozo de filete que llevé a mi boca con singular alegría. Podía apostar a que el pequeño hoyo negro en mi vientre estaba muy feliz, tan feliz como yo.

-Pero, ¿no comprendo cómo tu cliente tardó medio año en darse cuenta que su vecina entraba a su casa por la noche para frotarle la cara con su ropa interior?

Tae ocultó su risa tras el dorso de su mano, cosa que llenó mi corazón de cálidos sentimientos de nostalgia, porque había cosas que no cambiaban en una persona, y me alegraba la noche poder recordar los buenos tiempos con tanta claridad.

-Ella alegó que estaba practicando un amarre de amor. Y por favor, no me pidas que te explique qué rayos significa eso.

Bufé incrédulo. La cena estaba siendo una experiencia catártica. Hace mucho tiempo no me reía tanto.

-De acuerdo, de acuerdo, no preguntaré, le resté importancia a mi curiosidad con un ademán de mi mano.

Taehyng se tomó unos segundos para contemplar el momento que compartíamos con una sonrisa encantadora. Lo sé, porque yo sentía lo mismo.

-Extrañaba esto -confesó-. Solo lamento que hayamos tenido que hablar sobre el asunto de Jeon.

Oh, ese imbécil, cuánto lo odiaba

Llevé mis manos a la cabeza en un intento de liberar el estrés que me producía escuchar el nombre de ese tipo.

Por suerte, Tae me dijo que no tenía nada de qué preocuparme. Jeon Jungkook no podía exigirme nada legalmente.

-Si hubiese sabido que terminaría teniendo este tipo de problemas, habría recurrido a mi plan B para quedar embarazado.

-¿A qué te refieres?

Le dediqué a Tae una mirada pícara.

-Ir a un bar cualquiera, y dejarme arrastrar por un borracho hasta los baños para una follada rápida.

Jude hizo una mueca de asco.

-¡JIMIN! -se quejó, en cuanto buscaba su copa de vino.  Este le dio un largo trago, para posteriormente agitar la cabeza, sacudiendo sus ideas-. Me echarás a perder la comida. Me enfermaré por tu culpa.

Solté una carcajada traviesa.

-Lo siento, sé que suena desagradable, por eso solo quedó en una loca opción que se me ocurrió para ahorrarme unos cuantos miles de dólares.

-Estoy seguro de que sabes lo caro que puede salir mantener relaciones sexuales con un desconocido sin protección -me regañó.

Puse los ojos en blanco, tomé un trozo de pan tostado y orégano, y se lo lancé por sorpresa. Él lo atrapó con sus característicos buenos reflejos.

Tae le dio un mordisco, y me mostró esa mueca de presumido en la que había trabajado a lo largo de su carrera.

-Lo sé, le dije en protesta.

Tae suspiró pesado antes de concentrarse en terminar su filete. Le tomó mucho tiempo masticar cada bocado. Su mirada fue extrañamente ausente por un par de minutos antes de dirigir su mirada hacia mí en repetidas ocasiones que no dejé pasar.

-Creo que tienes algo que decirme.

-¿Mhm?-balbuceó.

-Te conozco -sonreí genuinamente-. Sé que te estas ahorrando ideas en esa cabezota de sabelotodo que cargas.

Tae arrugó su nariz, viéndose descubierto por mi genialidad.

-Te daré un dólar por ese pensamiento que llevas atorado en la cabeza -dije mientras hacia el amague de sacar mi billetera.

Él bufó.

-De acuerdo, de acuerdo, es una tontería.

-Como si la mitad de las frases que has escuchado de mí en el transcurso de la noche no sonaran como eso.

Él esbozó una sonrisa brillante, la que poco a poco se tornó nerviosa.

-Jimin... -comenzó tímidamente-. ¿Por qué no consideraste buscar un donante de esperma entre tus conocidos?

-¿Qué? -Dije con ambas cejas elevadas por la sorpresa. ¿Por qué haría eso? ¡Es muy raro! ¿No crees que es raro?

La expresión de Tae se tornó seria.

-Por supuesto que no, jimin -me dijo, y tocó mi nariz con su dedo índice-. Yo te habría ayudado con eso.

Inevitablemente me sonrojé ante el curioso hecho, de que Kin taehyng era un lindo pelirrojo de ojos verdes.

Mi mejor amigo tenia adorables pecas por todo su rostro, algo que sus maestros en la facultad de leyes siempre le dijeron que era un elemento de distracción para alguien que aspiraba a trabajar en un tribunal, pero en realidad, era el resto de su rostro lo que distraía a los testigos.

Aún podía recordar la época en la que estuve perdidamente enamorado de el.

Esos sentimientos completamente fuera de lugar en nuestra amistad por poco lo arruinan todo.

Tal vez, esa fue la razón por la que me decanté a buscar un donante de esperma que cubriera con los requisitos que describirían a la perfección a Tae.

Negué y miré al Taehyng maduro con el que siempre soñe.

Pero, de ese sentimiento ya no quedaba nada...

Y me enorgullece jamás habernos puesto en una situación incómoda.

-¿O buscabas algún rasgo especifico? preguntó Tae de repente, o así lo sentí yo, ya que mi atención se perdió de camino.

-¿Mhm?

-Sé que tu hijo probablemente será pelinegro con ojos grises, y todo eso, pero, ¿eso se acerca a lo que deseabas originalmente?

Sonreí avergonzado. Jamás le diría que buscaba un hijo que fuera igual a él.

-El donante que escogí era rubio... -mentí.

-¡Oh, vaya! -soltó Tae sorprendido, e hizo una mueca incomoda-. Mi ex, el loco psicópata, era rubio, así que no tengo buenas referencias sobre ese tipo de personas...

Bufé ante la mención de ese tipo desagradable con el que Tae salió durante un año.

-Tonto.

-Espero que tu bebé tenga rizos color chocolate como los tuyos.

-Yo también espero que no se parezca a ese sujeto raro... aunque debo admitir que es muy guapo -dije sin una pizca de vergüenza-. Jungkook es realmente sexy, pero lo que tiene de guapo lo tiene de loco.

Tae negó en desacuerdo.

-¿Necesitas lentes? Ese tipo no tiene ninguna gracia.

Puse mis ojos en blanco.

-Como digas.

-Confía en mí, tengo mejor gusto que tú.

-Claro, eres un imán para los locos y los psicópatas.

-¿Y tú, no?

Intenté argumentar en contra, pero mi boca se abrió y cerró tantas veces que decidí darle la victoria por esta ocasión.

Tae  lo celebró levantando su copa de vino casi vacía.

-Un triunfo más para el ilustre abogado Kim taehyng-dijo, echándose flores a sí mismo.

Mi rostro empezaba a doler de tanto sonreír. No sabía cuanto necesitaba esto,hasta ahora.

Holaaa, espero les haya gustado, dejen una 🌟 su fue así, gracias por leer🎀

Donante por accidente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora