cap 7

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Narra JK

En el arte de la guerra se debe conocer al enemigo.

Yo necesitaba saber quién demonios era Kim Taehyung.

-Ellos hacen una linda pareja, ¿no cree? -dijo el secretario de Jimin de repente.

El joven chico  de melena castaña llevaba un collar que decía "Jin".

Y sí, podía recordar haber escuchado ese nombre recientemente.

-¿Eso crees? -pregunté con sarcasmo.

-Sí, el señor Kim es un abogado muy prestigioso, además, mi jefe y él llevan siendo amigos desde la secundaria.

El tal Jin estaba tan ansioso de contarme el chisme completo, que ni siquiera recordó que debía detestar me.

-Bueno... se notan muy cercanos, supongo que eso lo explica todo comenté con amargura.

Por alguna extraña razón la amistad de ambos no me agradaba, quizás sea porque él puede estar cerca de Jimin y mi bebé sin tener que caminar sobre piedras ardiendo todo el tiempo.

Jimin disfruta de su compañía, mientras a mí me mira con el más cruel desprecio.

-El señor Kim está enamorado de mi jefe -me confesó Jin-, bueno, al menos es lo que pienso. El señor Jimin me ha contado muchas historias sobre ambos, y suenan tan románticas, pero él piensa que sor simples anécdotas de amigos.

Mi jefe jamás se ha dado cuenta de los sentimientos del señor Kim. Él a veces puede ser poco perceptivo, ¿sabe?

Asentí estupefacto, pero necesitaba saber más.

-¿Si ese tal Kim Taehyung estaba enamorado de él desde la secundaria, cómo es que jamás hizo nada para conquistarlo? -Pregunté con intriga-. Algo ahí no me cuadra.

Ashhhh! -gruñó frustrada-, obvio jamás se atrevió a confesarle sus sentimientos. El señor Jimin me mostró unas fotos de ellos en la secundaria, y recuerdo que mencionó que el señor Kim era el chico más tímido de la clase.

-Bufé- A mí no me parecía nada tímido.

Kim Taehyung era abogado. No había lugar para la timidez en una profesión donde tienes que nadar con tiburones.

Necesitas ser muy valiente -y seguro de ti mismo- para convertirte en  abogado prestigioso.

De otra manera te comerían vivo, y se encargarían de utilizar tus huesos como palillos de dientes.

-¿Así que el tal Taehyung simplemente se quedó de brazos cruzados mientras veía como el amor de su vida se casaba con otro hombre?

Jin me miró abatido.

-Eso es muy triste, ¿cierto?

-suspiró a veces, algunas personas son las correctas, pero están atrapadas en el momento equivocado.

Resoplé. No me gustaba el camino que estaba tomando esta conversación.

-Quizás este sea el momento correcto para ambos -mencionó Jin como el inesperado romántico empedernido que jamás imaginé que fuera.

-¡Tonterías! -sentencie. ¿Por qué Jimin tendría que salir con él? Si no se ha fijado en ese abogaducho al día de hoy, ¿por qué crees que lo hará ahora?

Jin puso sus ojos en blanco.

-Acabo de recordar porqué usted me cae tan mal, es un pesado! -gruñó exesperado-. ¡A ver! ¿A usted qué le importa si mi jefe sale o deja de salir con alguien?

Suspiré irritado con el chico que me miraba como si fuera a tirarme su grapadora en la cara.

-Me importa porque Jimin y yo tendremos un bebé, y como padre de ese niño, me incumbe saber con quién sale o deja de salir su papá -me puse de pie de un brinco, Jin se echó hacia atrás en su asiento. ¿Qué es un loco o un pervertido?

-Uff, justed es el loco! Ahora sí, ya váyase de aquí.

Ese cambio de actitud ya me lo veía venir.

Acomodé mi corbata y me retiré con solemnidad. No sin antes ofrecerle a al asistente de Jimin un asentimiento de cortesía.

Lo necesitaba de mi lado.

Quizás aún no le caía bien, pero había obtenido de el mucha información relevante para mi misión.

-Buenas noches, gracias por la buena plática -me limité a decir antes de marcharme.

Llegar a casa, desatar mi corbata y servirme una copa de vino tinto despejó mi mente.

Me tomó dos copas darme cuenta que no toleraba la idea de Jimin iniciando un romance con el tal Kim Taehyung.

¿Por qué me importaba tanto?

Ni yo mismo lo sé.

La sola imagen en mi mente de él siendo acariciado por ese abogaducho encendía en mí una sensación desagradable.

El asunto de los obsequios enviados a su consultorio no estaba funcionando.

Ya era hora de admitir que mi brillante idea había fracasado. Su consultorio era un campo de minas al que no debía volver por un buen tiempo, así que pensé en cual sería mi siguiente paso.

Me dirigí a mi despacho y revisé entre los cajones de mi escritorio aquel sobre que mis abogados habíanconseguido para mí. En él se hallaba toda la información personal de Park Jimin.

El nombre de su calle, y el número de su casa, me dieron una idea.

Era hora de explorar nuevos campos de batalla menos hostiles.

Holiiu, hasta acá este cap recuerden dejar ⭐ TQM

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