CAPITULO 1

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- Me voy, ¿te vienes? - no hacía falta que me dijera a donde se iba para que yo saltase de la cama y me pusiera unos zapatos cualquiera.

- Sí, ¿a dónde?

- Al cine, vendrá Noah – dijo subiendo y bajando las cejas.

- Cállate Tobías.

- No he dicho nada, te espero en el coche – dijo riéndose.

Tobías era mi hermano, él era igual de pelirrojo que yo. Y nos llevábamos estupendamente bien.

Noah era el mejor amigo de mi hermano, él era moreno, tenía el pelo liso y los ojos azules. Sus labios eran rosados, al contrario de su piel, que era extremadamente blanca y en su cara, por encima de la nariz, tenía unas pecas que la hacían irresistible. Él era alto y estaba en una buena forma física. Su sueño desde pequeño era ser bombero, cosa que le pegaba perfectamente. Noah también era el chico del que yo llevaba enamorada desde pequeña, siempre había sido encantador conmigo, me había tratado como una princesa, ¿como no enamorarse de él? Siempre hacíamos los planes juntos. A veces, también venía mi mejor amiga Leyre.

Ella era como el sol, era rubia, de pelo corto y ondulado, ojos azules, nariz fina, y labios finos, siempre vestía de colores claros y tenía una sonrisa en su preciosa cara. Como teníamos el mismo cuerpo – delgadas y bajitas – siempre le dejaba ropa encantada, ella quería hacer lo mismo conmigo, pero no me gustaba llevar colores llamativos, yo era más de tonos otoñales o invernales.

- Ya estoy aquí – dije entrando en el coche de mi hermano.

- Ya era hora, ¿va a venir Leyre?

- Cuanto interés por Leyre, ¿no?

- No hagas drama, solo te he preguntado si iba a venir – hablo molesto.

- Si la pasamos a buscar, seguro que sí.

-Llámala – afirmó - mientras iremos a buscar a Noah – añadió.

Saque mi móvil y la llame.

- Hola Leyre, vamos a ir al cine con mi hermano y Noah, ¿quieres venirte?

- ¿Vais a ir ahora? - pregunto al otro lado de la línea.

- Sí, ahora mismo, ¿estás libre?

- Claro, en cinco minutos estoy vestida – dicho esto colgó.

- Dice Leyre que sí que viene – le comenté a mi hermano.

- Genial - dijo contento.

-¿Genial? - pregunté burlona.

Estos dos se gustaban, se gustaban desde hace más tiempo del que a mí me gustaba Noah. Leyre no quería que se lo dijera mi hermano y Tobías no quería que se lo dijera a ella, querían dar los pasos ellos solos, pero nunca veían el momento indicado. No lo veían porque estaban ciegos, porque estaba tan claro que se gustaban el uno al otro. Tenían miedo de ser rechazados los dos, eso ni en otro universo paralelo iba a poder ser posible. Siempre sería un amor correspondido.

- Hola - dijo Noah entrando al coche.

- Hola Noah - respondimos mi hermano y yo en un unísono.

- ¿Listos para ir al cine? ¿Quién elige la película hoy? - dijo Noah.

- Primero tenemos que pasar a buscar a Leyre, ella también se apunta – comenté.

- Qué bien, ¿verdad Tobías? - Dijo Noah dándole un leve golpe en el brazo.

- Mejor que Tobías no elija la película porque, fijo que nos comemos un romance "pasteloso".

- ¿Pero estáis tontos o qué os pasa? - Noah y yo nos reímos abiertamente.

El destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora