Cuando me desperté, no había ningún rastro de Retth en mi cama, en cambio, había una nota que parecía escrita a toda prisa:
"Lo siento pequeña zanahoria, he tenido que irme antes de que te despertaras o no me hubiese ido nunca, gracias por todo"
¿Se había ido? ¿Por qué me sentía tan mal? Me hubiera gustado que se despidiera al menos.
Después de dar vueltas en mi cama durante quince minutos intentando quedarme dormida otra vez, decidí ir en busca de mi hermano, para preguntarle sobre el "malentendido" de Noah. Lo encontré en el gimnasio, dando todo su ser para gustarle físicamente a Leyre.
- Hola – dije sentándome en el suelo, a su lado.
- ¿Qué pasa Aly? - estaba sin aliento, últimamente el pobre se pasaba horas aquí metido después de que mi mejor amiga elogiara los bíceps de un tío que salía en la televisión.
- Nada.
- Ya. ¿Qué quieres? - Preguntó de mala gana.
- ¿Qué malentendido hubo en el coche con Noah?
- Pregúntaselo a él, ¿no crees?
- Me encontré con el ayer y me dijo que te preguntara a ti, no me volváis loca.
- Loco me vuelves tú a mi Alana. ¿Cómo pudiste hacer lo que hiciste? - dijo parando la máquina de correr.
- ¿Vas a empezar otra vez? ¡No fue tan grave!
- ¿No?
- Bueno vale, sí. Me pasé mucho, pero, entiéndelo Tobías, ¿cómo te hubieras sentido tú si Leyre dijera algo así, de ti, delante de tu cara?
- Se suponía que tú estabas dormida.
- ¡¿Qué tendrá que ver?! ¡¿eso le da derecho a hablar de mí?!
- No, ¿Pero por qué no hablaste conmigo?
- ¿Contigo?
- Sí, Alana, antes me lo contabas todo. No entiendo por qué no me lo dijiste, en vez de salir corriendo, ¿desde cuándo tienes miedo a lo que dice la gente sobre ti? ¿Desde cuándo huyes?
- No es gente, Tobías. Es Noah.
- ¿Y qué te importa lo que él dijera de ti?
- ¡Porque es Noah!
- Lo entendiste mal, Alana – aclaró.
- ¿Qué entendí mal? Sus palabras no se podían malinterpretar.
- Tú lo hiciste.
- ¡Explícamelo de una vez Tobías!
- ¡Que te lo explique él! Yo no me voy a meter en vuestros problemas – dijo volviendo a encender la máquina de correr, dando la conversación por terminada.
Maldije a Tobías y a toda esta extraña situación. Subí a mi habitación y mientras intentaba relajarme me preparaba para salir de casa. Había quedado con Leyre para hacer un día de chicas, peluquería, salón de belleza, ir a comprar ropa nueva que nunca usaríamos, tomar algo y lo más importante, chismorrear. Chismorrear y criticar a todos los que nos envolvían. Nuestro hobby favorito.
Salí de casa dirigiéndome a la de mi mejor amiga. Ella ya me esperaba en el portal.
Primero de todo fuimos a la peluquería, queríamos hacernos una hidratación profunda, por lo mucho que sufre el pelo en verano. Luego de un poco más de media hora, nos fuimos a la tienda de enfrente. Era un salón de belleza muy popular entre las chicas de la ciudad, te hacían mejor precio si te hacías la "manipedi" que la manicura sola. Le pedimos a la trabajadora del centro que nos hiciera el mismo diseño a las dos. En las manos, una francesa amarilla con una flor de jamaica blanca en el dedo anular. Y en los pies, solo la francesa amarilla.
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El destino
Romance¿Tu crees en el destino? Déjame decirte que gracias al destino todo fue posible. Patricia es una chica normal a la que un mal entendido le va a cambiar la vida. Rhett es un chico con muchos problemas los cuales se le van a solucionar todos.