Capítulo 4: El rey a vuelto

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Maldito zorro

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Maldito zorro.

Naraku frunce el ceño mientras esquiva un ataque de Shippo. La hechicera salta por detrás y va tras el zorro, que la aparta de un puntapié con una mueca de burla. La cola de Shippo se mueve de un lado a otro con evidente agitación.

Resopla, intentando regular la respiración. Maldito zorro. Maldito shikigami. Maldito ese idiota de Naoya por caer en una estratagema tan obvia.

¿Qué tan estúpido se puede ser? ¿Por qué la sacerdotisa iría por alguien como Naoya?

Idiota.

Todo este clan no es más que idiotas que no pueden seguir instrucciones. Añoraba los días en que era capaz de hacer sus propios encantamientos y forzarlos a seguir su voluntad.

Aunque al final también eran inútiles.

Naraku levanta la vista y mira fijamente al shikigami felino posado en la espalda del nekomata. Agita la muñeca, enviando una ráfaga de viento contra ellos. El nekomata gruñe mientras sale despedido hacia un edificio.

Entonces, el shikigami sólo puede mantener una barrera a la vez. Kagome debe haberla creado. Es imposible que uno de estos hechiceros lo haya hecho.

  _Tienes que volver a ponerte los anteojos_ dice Shippo _porque parece que no puedes distinguir entre Naraku y yo.

  _Son lo mismo. Demonios. Igual que las maldiciones, vienen a destruir a todo lo que los rodea_ La humana, Maki, replica mientras levanta su espada.

_Este demonio está realmente de tu lado_ Shippo esquiva el ataque _Sucede que tengo debilidad por los humanos.

_Mi espada no es parcial con nadie.

_Última oportunidad para echarse atrás_ dice rotundamente Shippo, lanzando un ataque a Naraku.

Lo golpea en el estómago  y cae al suelo.

Mierda. Eso dolió más de lo debido.

_Esa es mi línea_ replica Maki, corriendo hacia el zorro.

Naraku se moja los labios secos. Está en desventaja, debería escapar.

Sí, debería irse ahora que están distraídos. Mientras Maki parece empeñada en acabar con Shippo. Por desgracia, el zorro es más fuerte que antes.

Retrocede mientras agita el brazo, enviando las flechas lejos de él y hacia el nekomata y el shikigami. Esos dos lo están haciendo enojar.

_No es nada personal, pero me estas haciendo enojar_ dice Shippo con una sonrisa llena de colmillos. El zorro chasquea los dedos y Maki se prende fuego.

Naraku inhala. El maldito zorro también le bloqueó la salida. Ni siquiera los gritos de la mujer son suficientes para apaciguarlo. El fuego del zorro es una mierda. Yumi solía prenderle fuego si no le conseguía la última baratija que ella quería o si no le daba suficientes guardias.

CÓMO DOMESTICAR A UN HECHICERO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora