Luna aún tiene pesadillas, por el incidente que pasó en duskwood, cada noche es atormentada por su sueños, sin mencionar que se siente culpable por lo que pasó, sus sentimientos están con jake apesar de los meses que han pasado sin saber nada de el...
Pasaron tres meses desde los acontecimientos ocurridos en Duskwood, y ahora me encontraba en este lugar en ruinas, luchando por sobrevivir cada maldito segundo. Las heridas de la explosión en la mina se habían sanado, dejando cicatrices que registraban el incidente. Me recosté contra la pared, incapaz de dejar de pensar en lo sucedido. No podía creer que Richy era el responsable de todo. Aunque lo había salvado antes de que el fuego lo consumiera, Richy fue capturado por la policía y, al ver a Hannah, me di cuenta de que ella me miró con sorpresa desde entonces.
Le regalé una sonrisa y le hice una señal de silencio, y escapé, pero desde entonces me he sentido aún más solo. Lo único que me mantiene aquí, luchando por sobrevivir, es Luna.
Una voz me sacó de mis pensamientos, era uno de los hombres que me había ayudado en estos meses. —¿Sigues pensando en esa chica? —dijo el anciano mientras se sentaba a mi lado.
Se trataba de un hombre de avanzada edad, un indigente cuya familia lo había abandonado, quitándole cualquier centavo de dinero que poseía.
— Sí —respondí con un suspiro—, no hay un solo segundo en el que no piense en ella.
— Entiendo, muchacho. Seguramente ella también está pensando en ti.
— Quizá sí, pero probablemente piense que sólo la usé para encontrar a mi hermana. Al principio era así, pero creo que puedo confiar en lo que realmente siento.
Me senté y me recargué contra la pared.
— Habla, muchacho, te hará bien.
— Cuando la contacté por primera vez, tenía ese objetivo en mente: salvar a mi media hermana. Inicialmente, la manipulé para que me ayudara, ya que era la única que no era de Duskwood. Sin embargo, con el avance de la investigación, empezó a sentir cosas por ella que nunca antes había experimentado.Sin mencionar que ella confiaba en mí. Me hacía reír y, simplemente, un mensaje de ella hacía mi día diferente. Siempre estoy detrás de un ordenador, y dejas de sentir empatía o ese tipo de sentimientos cursis hacia una persona. Sin embargo, ella sacaba ese lado de mí que yo mismo desconocía. Tuve que desaparecer por un tiempo, debido a un problema que generó mi otra hermana.—Pero tengo que confesarte algo... Lo único que mantendría mi esperanza era ella y esta fotografía que imprimí desde la primera vez que la vi. —saqué la foto de un bolsillo de mi pantalón y la sostuve en mis manos. —Ella es Luna, ¿de verdad necesito hablar con ella? Quiero poder abrazarla, agradecerle que se haya quedado conmigo hasta el final y no me abandonará.
Observé la fotografía, grabando sus ojos grises y reflexionando sobre las promesas que le había hecho.
El anciano me miró. —Te ayudaré, muchacho. Me ha contado que eres hacker o ese tipo de cosas que los jóvenes utilizan hoy en día. ¿Qué necesitas?
—Un ordenador, eso es todo. Y podré encargarme de todo.—Siempre lo llevaba conmigo, pero debido al incidente en la mina y la presencia del FBI, mis pertenencias se perdieron — Respondí.
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