El suelo de madera cruje bajo mis pies y la música se detiene. Me paralizo e intento planear mi siguiente movimiento. Hay alguien del otro lado de la puerta y estoy bastante segura que no es papá. Pienso. París no está conmigo, sin embargo tampoco esta alterada, y siempre se altera frente a un desconocido. Camino hasta mi closet y elijo unos jeans negros y una camiseta beige; la cabeza me duele cuando me agacho para amarrar los cordones de mis Vans. Cepillo mi cabello y lo dejo suelto. De pronto recuerdo el papel pegado a la ventana y vuelvo bruscamente la vista para verlo, me acerco y recién ahí noto que está pegado del lado de adentro. La letra no es la misma que la de la nota en mi mesita de noche.
"Es hora de levantarse linda Evangeline".
La letra parece dibujada, en cambio la de mi padre esta cerca de parecerse a la de los médicos. Ya he visto esta caligrafía antes, pero no recuerdo donde. Me dirijo hacia la puerta. Del otro lado todo sigue en calma, tomo el pomo de la puerta y la abro despacio. El olor a café recién hecho inunda mi sistema pero algo dulce se mezcla. Perfume. Inhalo una vez más intentando reconocer el aroma que lógicamente no es el de mi padre. Sigo caminando y de pronto una cabellera naranja se materializa, la tele esta encendida pero el volumen apagado. París está recostada sobre la falda de aquel chico desconocido.En ese momento el suelo vuelve a crujir y él se voltea enfocando en mi unos ojos tan azules como el cielo y una sonrisa perfecta. Coloca a París en el sillón junto a él y se pone en pie, camina hacia mí y abre los brazos intentando abrazarme, doy un paso hacia atrás y recién ahí habla...
-Debió ser un golpe bastante fuerte para que te olvidaras de mí. -Dice con vos algo rasgada.
La tristeza apenas se asoma a sus ojos pero antes de que pudiera decir nada, me esquiva y se mete en mi habitación. Lo sigo de prisa y veo cómo saca una caja pequeña de arriba de mi armario. Extiende un poco las sábanas de mi cama y luego se sienta y comienza a buscar frenéticamente en ella. Saca fotos y las examina. No se cómo reaccionar. Todo mi cuerpo esta paralizado y mi cabeza comienza latir. París entra y se sienta junto a él. Intento recordarlo pero mi cabeza es un libro deshojado. Un momento más tarde mis ojos se encuentran con los suyos y una nueva sonrisa se dibuja en su rostro. Se acerca a mi con paso firme y tres pasos antes de llegar extienden una fotografía. Soy yo en primer grado; en la foto hay un niño pequeño a mi lado de ojos azules y cabello pelirrojo vestido de caballero. Claramente es el mismo que tengo enfrente unos cuantos años más joven. Me observa impaciente, aguardando a que lo reconociera, pero no recuerdo nada. Noto la frustración en su mirada; me duele no poder hacerlo, pero mi falta de memoria no lo echa atrás. Da la vuelta y regresa a la caja. Busca un poco más y luego vuelve a mi, esta vez con una carta en las manos. Enseguida reconozco la letra, la misma que esta en la nota de mi ventana.
La leo. Esta fechada en el día de mi cumpleaños número quince. No presto atención a lo que dice la carta, mis ojos viajan rápidamente hasta el final de la hoja buscando la firma... "Te Quiere, Will". Sus ojos esperan una respuesta, un atisbo de reconocimiento. Will. En algún sitio de mi mente se encuentra grabado ese nombre, solo que el camino hasta el es confuso.
-A esto se refería la doctora cuando habló de las consecuencias del golpe. -Ahora su vos esta completamente rasgada.
Camino hacia mi cama y él toma su lugar junto a mi. Lo miro y esos ojos celestes me gritan una historia, me ruegan que recuerde. Agarro la nota que estaba en mi ventana y la coloco junto a la carta. Él observa cada uno de mis movimientos con cuidado, expectante.
-¿Tú la has escrito? -No reconozco mi voz cuando las palabras salen, agolpándose en el aire frío del ambiente. Le extiendo la nota y el la mira con tímida indiferencia.
-Creí que sería un detalle bonito. Esperaba que me recordaras ¿sabes? Cuando tu padre me llamó ayer, me preocupé mucho, pero horas más tarde me dijo que estabas bien y que lo recordabas. No se por qué pensé que también te acordarías de mí. -Sus ojos están clavados en el suelo de madera y de pronto una lágrima cae . Puedo escuchar mi corazón romperse.
-¿Will? -Dirige sus ojos hacia mi y están empañados -¿Eres mi novio? - Una sonrisa se forma en sus delgados labios.
-Eso te gustaría. -Dice, y me da un suave golpe en el hombre derecho. -Eres mi mejor amiga Evangeline. -En ese momento siento como mis mejillas se ruborizan y él se ríe. -Vamos, no te pongas así, es lógico que pienses algo así, solo mírame. -No puedo contenerme y comienzo a reír muy fuerte, París se sobresalta y brinca a mi falda. -¿De qué te ríes? -Frunce el ceño y toma la caja que ha quedado detrás nuestro. -Mira, esos cabellos despeinados los has tenido desde siempre.
-Oye Will, ¿tu recuerdas a mi madre? -La pregunta lo toma por sorpresa y pone los ojos en blanco. Deja la caja a un lado y clava sus ojos celestes en los míos.
-Aún no has desayunado Eva, y estas algo desabrigada. -Se pone en pie y toma mi mano... -Y claro que la recuerdo cariño, ven, comamos algo y abriguemoste un poco... Quiero llevarte a dar un paseo. ¿Aún recuerdas como caminar cierto? -Lo miro de mala manera y comienza a reír. Me estira y doy un salto al ponerme en pie. Intento tomar mi suéter azul que esta sobre una silla y mi cabeza parece explotar. Él lo nota y lo toma por mí. -Déjame ayudarte. -Lo pasa por sobre mi cabeza y retira mi cabello.
-¿Seguro que no eres mi novio? -Repito y vuelve a reírse. Asiente con la cabeza.
-¿Tu estabas tocando hace rato? -Pregunto, indicando con el dedo en dirección al living, hacia el piano.
-Si. ¿Te ha gustado? -Responde, levantando las cejas. Asiento.
Carga un poco de café en un termo y abre la puerta, está nevando de nuevo. París está a nuestro lado con su abrigo, es tan pequeña.
-Vamos, - dice, haciendome un gesto con la cabeza indicando el exterior - demos un paseo, hay algo que quiero mostrarte.
![](https://img.wattpad.com/cover/43537019-288-k81623.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Evangeline
Fiksi RemajaSus ojos resplandecen con la luz matutina, el cuarto esta en calma. Los violines suenan a lo lejos y el olor a café se siente en toda la casa. Dejando un pasado trágico los recuerdos se vuelven esenciales para seguir adelante. ¿Podrá Evangeline re...