Oneshot prompts | Football edition

O.S 12: Enzo x Julián

Datos de la historia:

Pareja: Enzo Fernández x Julián Álvarez

Género: Fútbol RPF, Romance, Enemies to lovers

Extensión: 1688 palabras

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El bullicio de Buenos Aires envolvía las calles como una manta cálida en aquella calurosa tarde de verano. Julián Álvarez, con gorra y gafas de sol para pasar desapercibido, caminaba distraídamente por la avenida, su mente aún en las palabras que había repetido su entrenador en la última reunión con el equipo de aspirantes a la selección nacional. Tan absorto estaba en sus pensamientos que no vio venir el impacto.

― ¡Ey, fijate por dónde vas, boludo!― exclamó una voz irritada.

Julián, aturdido y conmocionado, se encontró cara a cara con un joven de ojos cafés y cabello oscuro que lo miraba con el ceño fruncido. El café que llevaba en sus manos ahora se encontraba disperso por la camiseta blanca del desconocido.

―Lo siento, yo...― comenzó Julián, pero el otro lo interrumpió.

― ¿Lo sientes? ¿Sabes cuánto cuesta esta camiseta?― El joven parecía genuinamente molesto. Con movimientos bruscos señalaba su camiseta arruinada por el café de Julián.

Julián, quién normalmente era un chico tranquilo, sintió que su propio temperamento se encendía, calentando su estado de ánimo de inmediato. ―Oye, fue un accidente. No es para tanto.

― ¿No es para tanto? Claro, seguro que para ti no lo es. Probablemente ni siquiera sabes lo que es trabajar duro por algo, se te nota.

Esa acusación tan despectiva por parte del desconocido, fue el detonante a la ira contenida del tranquilo Julián. Completamente calentado con la provocación, Julián se quitó las gafas, sus ojos brillando con ira e indignación. ―No tienes idea de quién soy ni de lo que he trabajado.

El joven lo miró fijamente por un momento, una sonrisa petulante adornando su rostro y la indiferencia comenzando a resaltar en su lenguaje no verbal. ―Ni me interesa saberlo. Solo... espero no volver a verte nunca más.

Con eso, el desconocido se dio la vuelta y se alejó, dejando a Julián parado en medio de la acera, confundido y extrañamente intrigado por el suceso recientemente ocurrido.

Lo que Julián no sabía era que el joven con el que acababa de chocar era nada menos que Enzo Fernández, su futuro compañero de equipo en la selección. Y lo que ninguno de los dos podía imaginar era cómo este encuentro fortuito cambiaría el curso de sus vidas, tanto dentro como fuera de la cancha.

Dos semanas después, Julián llegó al campo de entrenamiento de la selección argentina, emocionado por la oportunidad de demostrar su valía. Mientras se cambiaba en el vestuario, una voz familiar lo hizo congelarse en el acto.

―No puede ser, ― murmuró Enzo, mirando a Julián con una mezcla de sorpresa y disgusto. Casualmente comenzaba a olvidarse del incidente del café, no era posible que el destino le jugara bromas tan mierda.

Julián se giró lentamente, reconociendo al instante al joven del incidente del café. Esos ojos café que no trasmitían más que odio hacia su persona. ―Vos...

El entrenador ingresó a los vestidores en ese momento, interrumpiendo el tenso intercambio de miradas. ―Álvarez, Fernández, ustedes dos trabajarán juntos hoy. Estuve revisando sus estilos de juego y quiero ver cómo se complementan en el campo.

Ambos jugadores se miraron con recelo, pero a su vez, ninguno de los dos se atrevió a negarse a la petición, por lo que accedieron obedientemente. En el campo, sin embargo, la tensión era palpable. Pases que deberían haber sido sencillos se convertían en un gran reto, y la comunicación entre ellos era prácticamente inexistente.