Husk se sentó en el sofá, tomando su café de la mañana mientras repasaba mentalmente los acontecimientos del día anterior. Las duras palabras intercambiadas con Ángel todavía resonaban en sus oídos, un amargo recordatorio de la brecha que se había formado entre ellos.
Perdido en sus pensamientos, apenas notó el acercamiento vacilante de Ángel hasta que el sonido de su voz rompió el silencio. "Husk", la voz de Angel era suave, teñida de incertidumbre. "Yo... te debo una disculpa."
Husk levantó la vista y se encontró con la mirada de Angel con una mezcla de sorpresa y alivio. Había temido que su discusión hubiera dañado irreparablemente su relación, pero ahora, ante la expresión arrepentida de Angel, no pudo evitar sentir un rayo de esperanza.
"No tienes que disculparte, Angel", respondió Husk suavemente, dejando su café a un lado. "Entiendo que simplemente estabas arremetiendo. Todos tenemos nuestros días malos".
Los ojos de Angel brillaron con lágrimas no derramadas, su culpa era palpable en el aire entre ellos. "No, no lo entiendes", insistió, con la voz temblorosa de emoción. "No tenía derecho a descargar mi enojo contigo de esa manera. Siempre has estado ahí para mí y te traté fatal".
El corazón de Husk se apretó ante la cruda vulnerabilidad en la voz de Angel. A pesar del dolor que había sentido el día anterior, no se atrevía a contener su ira ante el remordimiento de Angel.
"Está bien, Angel", aseguró Husk, extendiendo la mano para apretar suavemente el hombro de Angel. "Todos decimos cosas que no queremos decir cuando estamos enojados. Lo importante es que nos perdonemos unos a otros y sigamos adelante".
Levantó de los hombros de Angel, su postura tensa se relajó mientras lágrimas de alivio brotaban de sus ojos. "Gracias", murmuró, con la voz ahogada por la emoción.
Husk abrazó a Angel con fuerza, sosteniéndolo cerca mientras ambos dejaban escapar un suspiro de alivio. Mientras se liberaban lentamente de su abrazo, Husk mantuvo una mano suave sobre el hombro de Angel, sus ojos transmitían una profunda emoción que las palabras por sí solas no podían expresar.
"Angie", comenzó suavemente, "está bien sentir todo lo que sientes, especialmente después de un día difícil. Pero tienes que ser honesto contigo mismo acerca de cómo te sientes, especialmente conmigo".
Angel encontró la mirada de Husk, la intensidad de sus emociones reflejada en las profundidades de sus ojos. "Lo siento, Husk", confesó, con la voz llena de genuino remordimiento. "Dejé que mi ira se apoderara de mí, pero nunca se trató de ti. Yo sólo... necesitaba que alguien me entendiera".
El corazón de Husk se llenó de afecto, abrumado por la vulnerabilidad que mostraba Angel. "Nunca tendrás que disculparte por ser honesto conmigo, Ángel", le aseguró, su tono suave con ternura. "Estoy aquí para ti, en cada altibajo".
Los labios de Angel se curvaron en una pequeña sonrisa agradecida, su corazón rebosaba de amor por el hombre que estaba sentado a su lado. "Gracias, Husky", susurró, su voz teñida de emoción. "No sé dónde estaría sin ti".
El pulgar de Husk trazó suaves círculos sobre el hombro de Angel, una promesa silenciosa de apoyo inquebrantable y amor incondicional. "Nunca tendrás que descubrirlo", murmuró, sin dejar de mirar a Angel. "Porque siempre estaré aquí, a tu lado".
Y en ese momento, rodeado por el amor del hombre que amaba por encima de todo, se sintió verdaderamente bendecido.
"Husky", comenzó Angel, su voz vacilante pero llena de esperanza. "Estaba pensando, ¿te gustaría... tener nuestra primera cita esta noche?"
Los ojos de Husk se abrieron con sorpresa, un destello de emoción bailando en sus profundidades. "¿Esta noche?" -repitió, su voz teñida de anticipación.
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My favourite loser | Huskerdust
FanfictionHusk notó muchas cosas sobre Angel que no muchas otras personas notarían. Siempre había sido perspicaz cuando se trataba de cómo se sentía realmente la gente, a pesar de lo que intentaban mostrar lo contrario, pero Husk sentía que desde que lo habí...