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Las luces están encendidas.
Hay varias personas a dentro o eso cree Sergio al ver qué hay muchos coches a fuera de su casa.
Respira con fuerza y se recuerda a si mismo que aquello pronto terminará.

Observa sus muñecas.
Las marcas ahora son apenas líneas indefinidas, ya no hay sangre pero Sergio sigue sintiendo el dolor.

Sale del auto con el pastel en las manos, es su cumpleaños y lo han mandado a comprarlo a él.
Aquello es lo más sabio, así puede elegir el sabor.

A dentro la gente está inmersa en sus cosas, nadie parece prestarle atención aunque hay un enorme cartel que dice:

¡FELIZ CUMPLEAÑOS SERGIO!

Deja el pastel sobre la mesa sin saber a donde ir.
No quiere estar ahí al frente con el pastel delante de el.
Seguro que piensan que se lo quiere comer.

Unos suaves brazos se pasan por sus piernas, su sobrina está ahí con una sonrisa boba mirándolo con cariño.
Sergio abre sus brazos y la alza.
Huele a tuallitas de bebe y talco.

Se pone a jugar con ella como si estuvieran dando un baile, escucharla reír lo pone tan feliz.
Es la pequeña la única que lo mantiene cuerdo.

-té traje una libreta con ese artista de moda con el que seguro te masturbas- le dice su hermana menor.
Sergio la regañó por que está delante de un infante y tiene que controlar su vocabulario.

-!además ya te dije que no es un artista es un piloto!- la corrige una vez más.
Sabe que solo es para molestarlo y aún así consigue hacerlo.
Ella ríe diciéndole que es tan pequeña que seguro no se acordará y que tendrá presente la segunda observación.

Abre el regalo aún con su sobrina en brazos y sus propios ojos se iluminan.
No solo es una libreta ¡hay boletos para GP!
-Gracias- le dice con suavidad y su hermana por fin le da un abrazo, aquello casi lo hace llorar.

Max Verstappen es un piloto, más que eso "es el piloto" que Sergio admira.
Sus ojos azules están con las cejas fruncidas como si estuviera molesto.
Sergio simplemente lo ama aunque sabe que nunca se conocerán.

Alguien comienza a gritar desde alguna esquina que es momento de partir el pastel y Checo se congela en su lugar.

¡Vienen las mañanitas!
Aquello lo pone nervioso por que nunca sabe como reaccionar.
Su hermana le quita a la niña de sus brazos y lo sienta delante de la gran tarta.
Su madre aparece con un encendedor eléctrico y prende la vela.

-¡pide un deseo!- le gritan .

Sergio cierra los ojos y lo hace.
~quiero morir~

Lo repite tantas veces y con fuerza que piensa que lo ha dicho en voz alta, pero escuchando las risas y los aplausos mientras sopla la llama se da cuanta que no es así.
Aquel ha sido su cumpleaños número veinte.

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Hola 👋

Soy yo de nuevo, con esta historia nueva!
Recuerden nada es lo que parece.

Este es como el prólogo.
Jajajajaja

Es que tengo mucha que están solo en borrador y siento yo que ya deben de salir (así como salió Lewis de Mercedes).

Espero les guste.
Prometo que esta historia es mayormente dulce como la miel y suave como
Los algodones de azúcar 💕

Todo parece maravilloso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora