Capítulo 7

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Al otro día por la mañana en mi casa:

—Suena mi celular, era un mensaje de Javier — "Ya estoy abajo"
—Ya yo estaba lista, iba con unos jeans y una blusa que combinaba, así que baje – estas guapísimo amor – el iba con un pantalón y una camisa le quedaba súper bien.
—Caminamos hasta un estacionamiento de donde saco un carro hermoso, yo quede impresionada — Monta bebé.

     Fue una hora y media de viaje y llegamos a un lugar que parecía abandonado, un poco más adelante llegamos hasta un lugar hermoso, era un campo con una cascada y un río inmenso, nos sentamos y de la parte trasera del auto saco una sábana para sentarnos y una merienda, como puede ser que detrás de un lugar abandonado este un lugar tan hermoso.

— ¿Esas galletas las hiciste o las compraste? — le pregunte entre risas.
—Esas las hice, esto no lo sabes, se me da muy bien la cocina — me quede asombrada no había conocido ningún hombre que hiciera galletas, ni que cocinara.
—Me empecé a reír — ¿de que te ríes?
—Es que me acordé de que vine a este lugar cuando era chiquita y me acuerdo de que corría y nade en ese río con mis padres — el me miro y en su rostro parecía que algo tramaba — que pasó porque me miras así
—Tranquila no es nada malo solo que... vamos a bañarnos o vamos a hacer algo no pienso quedarme sentado aquí — sonreí y me pare.
     Nos pasamos horas allí, fue mejor de lo que yo me había imaginado, volvimos por la tarde y por él camino mientras Javier conducía, iba hablando y contándole mi infancia. Ya era tarde así que llamé a mi mamá para decirle que me quedaría en casa de una amiga. Si le decía que me quedaría con él se molestaría mucho.

— ¿Amor donde vamos a dormir ya es tarde no es seguro conducir a esta hora? — señalo a un hotel muy lindo y carísimo
—Entramos, pedimos una habitación pero la que tenían solo tenía una cama — bueno dormimos ahí y yo duermo en el piso o buscamos en otro hotel.
—No, vamos dormimos juntos, tranquilo — subimos y nos acostamos a dormir ya era tarde y estábamos agotadísimos.

Al otro día en la mañana:

— Amor llegarás tarde a tu casa — me susurro el, me levante y le di un beso.
— Vale ya nos vamos — desayunamos y salimos para la casa

Al llegar a mi casa:

— Hola hija ¿como estás? — me pregunto mi papá yo seguí y me tranque en mi cuarto y me bañe.
— Mi mamá entro en mi habitación — ¿por qué no le contestaste a tu padre? — Porque no quise, no quiero hablar con él — estaba enfadada con mi padre por no aceptar a Javier, el me prometió que me apoyaría en todo y lo incumplió.
— Por favor es tu padre no lepuedes dejar de hablar — mi madre estaba enojada conmigo pero ya me daba igual.
— Y yo soy su hija y no me quiere apoyar — enfadada saque a mi
mamá de mi cuarto.
— Mi celular empezó a vibrar — ¿Hola quien es? — me estaban llamando con número privado.
— No te puedo decir quien soy pero te aconsejo, aléjate de ese noviecito que tienes — era la voz de un chico, pero.... quien era.
— Espera ¿quien eres por qué dices eso? — en ese instante colgó y por mucho que llame nunca contestaron.

    No sabia quien era pero estaba segura de que tenía que ver con Melisa, con mis padres o con los padres de Javier o quien sabe si con los tres. Estaba tan confundida, y decidí llamar a Javier:

— Amor necesito verte, tengo que contarte algo — no lo quería preocupar pero el lo tenía que saber.
— Esta bien bebé en veinte minutos estoy en el parque te espero allí — colgué y me fui a cambiar.
— Cuando llegue el estaba allí, fui y lo abracé como si fuera la ultima vez que lo vería — que pasa bebé te escuchabas mal por el celular.
— Recibí una llamada anónima decía que me alejara de ti pregunte quien era pero colgaron, llame y no respondieron, solo se que por la voz era de un chico — en su cara creo que se imaginaba quien podía ser.
— Y no seria David el es tú mejor amigo y a lo mejor esta celoso porqué andas conmigo — al principio no lo podía ni imaginar pero después todo comenzó a tomar sentido.

    Melisa, nuestros padres, solo faltaba el, ahora si, todos en contra. Nosotros estábamos decididos a pelear por nuestro amor, por nuestra relación pero sabíamos que no seria nada fácil. Al rato llegue a mi casa y me encontré a mis padres sentados en la sala junto a los padres de Javier.
— ¿Hola están bien? — pregunte asombrada de verlos aquí tal vez se venían a disculpar. — ¡Hija siéntate! — mientras el papá de Javier sacaba una maleta yo me sentaba.
— Haber Amanda yo estaba conversando con tus padres y llegamos al acuerdo de que tu te vas a mantener alejada de Javier y a cambio vuestra recompensa será esta — abrió la maleta, había tanto dinero para vivir como reina toda la vida.
— Esperen ustedes no pueden elegir por nosotros — se miraron entre ellos.
— Si podemos por que aun son menores de edad le faltan unos meses a cada uno para cumplir 18 — los padres de Javier entregaron la maleta y unos boletos, luego se fueron.

— Salí de la casa enojada con mis padres y fui directo a hablar con Javier — Amor tenemos un problema, tus padres le dieron dinero a los míos y nos van a separar.
— ¿Espera que? , mis padres no pueden hacer eso, tranquila nada, ni nadie nos va a separar — me abrazó, pude escuchar su pulso acelerado — tranquila voy a ver a mis padres ellos no pueden hacer esto con nosotros.
— Esta bien yo voy a ver si hablo con los míos.

    Llegue a mi casa y solo sentí como alguien detrás de mi me tapaba la cara con un pañuelo untado de algo, no habían pasado dos segundos y empecé a sentirme mal y me desmaye.

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