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—Entonces me estás diciendo que me despertaste en mitad de la noche para decirme que la madre bruja sigue insistiendo en que te alejes? Mi pregunta es: ¿Cuál es la novedad, Tori? Y ¿por qué tiene que ser a esta hora? —Trina tallaba sus ojos en un intento por despertar y yo solo la miraba esperando recibir algo de ayuda.

—¡Trina, tienes que ayudarme! —Mi desesperación era notoria, y la molestia de mi hermana también. Su rostro estaba marcado por la exasperación.

—¿Por qué complicas tanto las cosas? Solo habla con la bruja, dile lo que está pasando y ya. —Trina intentó volver a recostarse, pero no la dejé.

—Ya te dije por qué no puedo hacer eso. Además, no quiero arruinar la felicidad de Jade, no quiero hacerla pelear con su mamá. —Hice una mueca triste y mi hermana soltó un gruñido al escuchar mi explicación. Sus ojos, todavía llenos de sueño, me miraban con una mezcla de frustración y compasión.

—La bruja merece saber cómo es su madre en realidad, y tú no puedes seguir con esto. Solo hay una cosa que debes hacer: dile a Jade o espera a tener algún accidente, quedar en coma y después despertar y darte cuenta que perdiste la memoria. —Fruncí el ceño al escuchar la respuesta sin entender lo que decía. Trina levantó los hombros y me miró con cansancio.

—¿De qué hablas? —pregunté, sintiéndome más confusa que nunca.

—Es que estás haciendo tanto drama por cosas tan sencillas que si tu vida fuera una novela, eso podría pasar. Capaz y mamá West provoque un accidente de auto o algo así. —La miré con miedo y ella se comenzó a reír.

—Es broma, Tori. Solo dile a la bruja todo y a mí déjame dormir. —Esta vez, Trina logró recostarse, cubriéndose con las mantas. Salí de su habitación pensando en si era buena idea decirle a Jade y también si su madre era capaz de provocar algún accidente que me haga quedar en coma. Espero que no.

Toda la noche me la pasé pensando en todo lo que estaba pasando y decidí que, por primera vez en la vida, haría caso a lo que Trina me decía y le diría todo a Jade. Siempre he dicho que la comunicación es la base de una buena convivencia, y es lo que menos he hecho.

Así que, cuando la mañana llegó, reuniendo todo el valor que tenía, esperé a que Jade llegara a la escuela para por fin decirle todo.

La vi entrar acompañada de Cat. Me acerqué a ellas, siendo recibida por un abrazo por parte de Cat.

—Holis, Tori —me saludó Cat, y yo sonreí.

—Hola, Cat —la saludé para luego mirar a Jade, que me sonreía.

—Hola, Vega —se acercó a mí y dejó un corto beso en mi mejilla. Debo admitir que me gusta que tome la iniciativa en cuanto a muestras de afecto.

—Oye, Cat, te robaré a Jade un momento. Necesito hablar con ella, ¿está bien? —le dije a Cat, quien asintió con una sonrisa.

—Oki, adiós —se despidió de ambas y se fue, dejándonos por fin solas.

—¿Sobre qué quieres hablar? Creí que ya habíamos arreglado todo ayer, Vega —preguntó Jade con el ceño fruncido, y yo suspiré, sintiendo la tensión en el aire.

—Me faltó decirte algo importante. Vamos. —Señalé el armario del conserje y ella asintió. Tomé su mano y fuimos al lugar, bajo la mirada curiosa de algunos alumnos. No sé qué pensaban que haríamos, pero tampoco quiero saberlo.

—¿Y bien? ¿Qué es eso tan importante de lo que quieres hablar? —Su mirada fija en mí me ponía nerviosa.

—Es sobre tu mamá. —Ella me miró confundida, sin entender qué tenía que ver su mamá en todo esto. Suspiré y, reuniendo el valor suficiente, comencé a contarle lo que acontecía.

La Peor Pareja (Jori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora