01

303 60 7
                                    

Tzuyu nunca había amado la ciudad. Todo necesitaba mucho tiempo y ella era solo una persona.

Ella nunca podría mantenerse al día con toda conmoción pasando las 24 horas del día. Pero la academia de arte de Nueva York era su sueño, y cuando ella fue aceptada, decidió que podía hacer frente a vivir en la ciudad. Después de todo ella vivía junto con sus tres mejores amigas. Todo el mundo asumía que Tzuyu estaba viviendo un sueño.

Lo que era sin duda. Después de vivir en Miami por tanto tiempo, Tzuyu estaba deseando salir de esa ciudad. Es por eso que en cuanto se graduó, al atardecer se fue y llegó a Nueva York el día siguiente.

Mudarse a Nueva York era un sueño que compartía con sus tres amigas. Tzuyu, Nayeon, Jihyo y Dahyun, todas ellas habían crecido juntas desde su primer año en la escuela después de haber trabajado juntas en el backstage de la producción de la escuela llamada 'La Sirenita'. Cuando llegó su tercer año de escuela, recaudaron el dinero suficiente, enviaron sus solicitudes a la universidad, y se dieron cuenta de que su sueño se estaba haciendo realidad.

Y ahora allí estaban, a dos meses de iniciar el semestre de otoño de su primer año de universidad.

Tzuyu amaba como su vida se iba transformando, pero aun así no podía dejar de sentirse cada vez más sola. No es que ella no tuviera amigos, porque ella tenía un montón de ellos. Simplemente le faltaba algo.

En su segundo año, se supo que Tzuyu era lesbiana. Esperaba que sus tres amigas le dieran la espalda, pero sorprendentemente a ellas no les importaba. Ellas estuvieron con ella durante el periodo que ella recibió bullying constante. Tzuyu estaba eternamente agradecida por las compañeras que tenía. Sin ellas ahora mismo estaría muy lejos de ser lo feliz que es ahora.

Pero de alguna manera, su sexualidad la retuvo. No era especialmente difícil encontrar otra lesbiana en las calles de New York, pero Tzuyu era extremadamente inexperta cuando se trata de estar en cualquier tipo de relación. Así que, por miedo, ella se mantenía soltera.

El momento en que ella empujó la puerta de su apartamento industrial compartido, fue recibida por sus tres compañeras de piso. Mejor dicho, por dos, considerando que Nayeon estaba durmiendo en el sofá. Dahyun y Jihyo levantaron la vista de sus teléfonos y sonrieron al saludar a la chica de cabello rubio.

—No adivinarás que pasó hoy—Jihyo habló, olvidándose de su móvil y siguiendo a Tzuyu a la cocina; —¿Recuerdas a aquel lindo chico extranjero que había en mi clase de Hip Hop?—ella preguntó, pero no esperó a que Tzuyu contestase—¡Él me pidió el número de teléfono!—la chica japonesa aplaudió emocionada y Tzuyu no pudo aguantar la risa.

—No lo dudé ni un segundo cuando me dijiste que harías lo que fuese para que esto ocurra—Tzuyu bromeó dejando caer su mochila de sus hombros en el suelo junto la puerta.

Jihyo arrugó la nariz ante su compañera de piso y saltó sobre el mostrador.

—Así que... ¿qué hay para cenar, Tzu?

Rodando sus ojos, Tzuyu sonrió.

—¿No podrías haberte hecho amiga de algún chef? Eso sería un favor para todas nosotras. Estoy harta de ser la única que sabe cocinar—ella abrió la despensa, explorando cada rincón para ver que alimentos juntar y hacer algo llamado comida.

—¡Voy yo!—Jihyo habló, causando que Tzuyu se girara en confusión. Ni siquiera había oído nada. Olvidándose de la cena, ella siguió a la chica hacia la puerta. El rostro de Jihyo tenía una expresión irreconocible cuando abrió la puerta, y Tzuyu instantáneamente estaba confusa. Muy rara vez tenían visitas, y cuando las tenían era una persona que se había equivocado de departamento.
               
—¡Hola!—la voz alegre sonó de detrás de la puerta. A Tzuyu instantáneamente le empezó a doler el estómago. Ella corrió hacia el lado de Jihyo para asegurarse de que no estaba alucinando, y efectivamente no lo estaba.

—¿Sana Minatozaki?—Jihyo preguntó. Ella estaba igual de confusa que Tzuyu. Dahyun rápidamente se acercó a ellas al escuchar eso, mirando a Tzuyu con preocupación. Todas sabían lo que sentía Tzuyu respecto a Sana.

La verdad es que Tzuyu no había salido del armario en escuela de secundaria, ella había escapado de la chica que estaba en frente de ellas, Sana Minatozaki, también conocida como la chica más popular de su instituto. Ella era la capitana de las animadoras, la reina de la graduación, tenía el protagonismo en todas las funciones de la escuela.

Lo que sea, todo lo había hecho ella. Todos la conocían.

—Si—la chica pequeña que estaba al otro lado de la puerta asintió una vez, confirmando que era ella. Cuando ella no dijo nada más, las tres compañeras intercambiaron miradas.

—Despertaré a Nayeon—Dahyun dijo. Las tres sabían que la chica más baja era la más amigable. Tzuyu no podía creer que la chica que odiaba con cada fibra de su cuerpo estaba ahora en la puerta de su apartamento, aparentemente ajena a todo lo que le había hecho. Jihyo y Dahyun sabían cuánto odio tenía Tzuyu a esta chica. Ninguna de ellas esperaba volver a verla cuando dejaron atrás Florida.

Pero ahora aquí estaba, sonriendo como una idiota y tratando de estirar el cuello para ver el departamento. Tzuyu y Jihyo se miraron dando un paso a un lado cuando Dahyun y Nayeon se acercaron a la puerta. Nayeon todavía parecía estar medio dormida pero rápidamente salió de su aturdimiento cuando vio a la otra chica en la puerta.

—¿Qué?—preguntó mirando a Sana y luego a sus amigas—¿Qué está pasando?—Tzuyu se encogió de hombros. Jihyo y Dahyun levantaron las cejas, como para decir en silencio que estaban tan confundidas como ella—¿Hay algo que necesites?—Nayeon preguntó volviendo la mirada a Sana, quien todavía se encontraba en la puerta y con una sonrisa en su rostro. Tzuyu encontró esa situación extraña.

—Oh sí, eso—la chica más pequeña rió y frunció los labios por un momento—Necesito una cama—se deslizó más allá de Nayeon y entró en el departamento, quedándose en la habitación gigante y girando en círculos para verlo todo—¿Tienen una de esas?

Jihyo cerró la puerta mandándole a Tzuyu una mirada cuestionable. Las cuatro chicas se miraron, manteniendo la vista en su antigua compañera.

—¿Qué demonios?—Tzuyu fue la primera en hablar, manteniendo un tono bajo para que Sana no la pudiese oír. Sana parecía estar en su propio mundo. Parecía... diferente. Las cuatro amigas estaban muy confundidas. Sana parecía una persona completamente diferente.

—¿Sana?—Nayeon habló de nuevo, asintiendo con la cabeza a las chicas para tratar de decirle que ella podía manejar esto. La chica más baja caminó hacia Sana y dejó una mano en sus hombros—¿Por qué necesitas una cama? ¿De dónde vienes?

—Mi casa—Sana se encogió de hombros. Ella parecía completamente ajena a el terror y el miedo que le tenían estas chicas en el instituto—¿Tienen una cama? Necesito una.

—¿No tienes tu propia cama?—Nayeon preguntó. Ella les lanzó a las chicas una mirada suplicante, dándose cuenta de que no podía manejar este asunto por su cuenta. Dahyun y Jihyo dieron un paso adelante, pero Tzuyu un paso hacia atrás. Tenía demasiado resentimiento por la chica, prefería dejarla en el pasillo.

—Si, pero tengo que caminar mucho para llegar hasta ella—Sana se alejó de Nayeon y caminó al sofá, sentándose en él y tomando el mando de la televisión. Dahyun se volvió hacia Tzuyu e hizo una mueca de confusión.
               
—No juegues con eso—Jihyo rápidamente le quitó el mando de las manos de Sana y lo dejó sobre la mesa de café—Sana, necesitas ir a casa—la chica coreana adoptó un tono serio, mientras estaba de pie, delante de la chica y cruzando sus brazos alrededor de su pecho. Después de que Sana se hubiese metido con Tzuyu, Jihyo ha protegido mucho a la chica de ojos mieles. No sabía porque Sana había vuelto y no le importaba saberlo.

—Pero somos amigas—Sana hizo un puchero mirando a Jihyo con ojos suplicantes. Ella frunció los labios un momento antes de levantar un dedo al aire y hacer un tipo de revelación—Teníamos química juntas, ¿recuerdas?

—Sana, de verdad, tienes que irte a casa—Jihyo reiteró. Ella no esperó ni un segundo y tomó a la chica del brazo y la levantó del sofá. Sana solo se rió cuando Jihyo la guió hacia la puerta y salió al pasillo.

—¿Tengo que ir a casa?

—Si—Jihyo asintió, apuntando hacia el ascensor al final del pasillo. La sonrisa de Sana finalmente titubeó, pero Jihyo no dejó que respondiera y le cerró la puerta en la cara. Se giró hacia sus amigas.

—¿Qué demonios ha sido eso?—Dahyun caminó hacia la puerta y se aseguró de que estuviese bien cerrada. Todas las chicas sabían lo que Sana le había hecho a Tzuyu y no se merecía ninguna hospitalidad por parte de ellas.

—Estaba actuando extraña—observó Tzuyu riendo amargamente.

—Ella tiene razón—Nayeon asintió. La chica baja de repente se preocupó—Estaba siendo extraña.

Tzuyu se encogió de hombros y dijo su pensamiento en voz alta.

—Probablemente esté bebida—ella rió y volvió a la cocina—Se supone que va a llover esta noche—dijo intentando sacar a Sana de su cabeza. ¿Qué estaba haciendo aquí? Tzuyu arrugó la nariz, recordando cuando su vida en la escuela secundaria había empeorado.


Hace 4 años:

—Es gracioso porque es verdad, Tzu—Jihyo rió desde la mesa. Tzuyu levantó la vista de su comida y le sacó la lengua a su amiga.

—No hay forma de que le guste—Tzuyu rodó los ojos. Ella volvió a mirar a su mesa y se mordió el labio—Además ni siquiera es guapo, no me gusta ese tipo de chicos.

—O tal vez no te gustan los chicos en absoluto.

La voz detrás de Tzuyu hizo que las cuatro chicas levantaran la vista de sus teléfonos. Excepto por Tzuyu, quien se había dado cuenta que su teléfono no estaba al lado suyo en su mesa como solía estar. Tenía un mal presentimiento y se dio la vuelta para confirmar de quien era esa voz.

—Eso es interesante—Sana rió desplazando el móvil en sus manos. El móvil de Tzuyu—Sabía que eras lesbiana pero no sabía que eras tan lesbiana—Sana se mofó levantando una ceja y mirando a Tzuyu.

—No te atrevas Minatozaki—Jihyo se levantó de su asiento. La chica coreana no estaba muy segura de que estaba hablando Sana. Pero había visto la cara de pánico de Tzuyu y asumió que era algo importante. Las cuatro chicas de la mesa habían sido víctima de Sana de una forma o de otra y sabían cómo se siente eso.

—¿Tú lo sabes también?—Sana no parecía estar asustada del todo a pesar de que la chica mayor se movía hacia ella. Sana barajeó el móvil de Tzuyu y se alejó de Jihyo antes de que esta se lo quitase. Ahora mismo Sana tenía la atención de todos en la cafetería.

—No lo sé, Somi—se burló Sana de la voz de Tzuyu. Tzuyu sintió como su corazón se le salía del pecho cuando supo lo que Sana había encontrado—Le dije que era lesbiana y parecía que él estaba bien con eso, no sé cómo se lo voy a decir a mi madre—Sana leyó el mensaje de Tzuyu en voz alta y se rió, poniendo los ojos en blancos.

—Lo sabía—Sana se mofó. Ella tiró el móvil en dirección a Tzuyu. Dahyun tuvo que moverse de la silla para tomar el móvil antes de que cayese al suelo. Tzuyu seguía congelada.

—¿Qué demonios, Minatozaki?—Jihyo le gritó a la chica, que ya estaba caminando de regreso a donde las otras animadoras estaban sentadas esperándola. Justo cuando Jihyo estaba a punto de salir a por ella, una persona la pasó rápido y se fue de la cafetería.

Tzuyu salió al pasillo y se dirigió hacia los baños sabiendo que estarían vacíos a estas horas del día. Las lágrimas le empezaron a salir en cuanto estuvo sola. Tzuyu solo le había dicho a una persona que era lesbiana sin contar su padre. Ella había encontrado a Somi en un chat online y esa fue la persona que hizo que Tzuyu se quitase el coraje y le dijese eso a su padre. Afortunadamente este se lo tomó bien.

Tzuyu deseaba que lo mismo pudiese ser dicho al resto de la escuela. Excepto que nunca habría tenido la oportunidad de salir del armario por su cuenta. Ahora Sana lo había dicho por ella y definitivamente Tzuyu no estaba preparada.

La chica rubia se dejó deslizar por la pared del baño y acurrucó su cabeza entre sus brazos. ¿Qué iba a hacer ahora? Se sentía enferma, no estaba preparada para todo lo que la gente diría de ella ahora. Incluso sus mejores amigas iban a odiarla después de esto.

Tzuyu levantó la cabeza cuando sintió una mano en su hombro.

—¿Jihyo?—susurró, limpiándose los ojos y mirando a la chica que estaba de pie frente a ella.

—Ven aquí—dijo Jihyo en voz baja, extendiendo la mano para ayudar a Tzuyu a ponerse de pie. Vacilante, Tzuyu se puso de pie. Segundos después, ella fue jalada en un fuerte abrazo. Sintió otros dos pares de brazos envolverla y no pudo contener la segunda ronda de lágrimas.

—Lo s-siento—logró decir una vez que se separó del abrazo. Sus tres mejores amigas le devolvieron la mirada, viéndose extremadamente preocupadas.

—¿Perdón por qué?—Jihyo preguntó, dejando una mano en el hombro de Tzuyu de forma consoladora.

—Por eso—Tzuyu dijo refiriéndose a lo de la cafetería—Yo.

—¿Pensaste que estaríamos enojadas contigo?—Nayeon habló, la conmoción evidente en su voz. Tzuyu asintió lentamente y Nayeon no pudo evitar reírse—Tzu, no nos importa si eres lesbiana, honestamente, estamos felices si eres feliz.

Las otras dos chicas asintieron para decir que estaban de acuerdo. Tzuyu se llevó las manos a la boca.

—¿Están seguras?

—Dios, Tzuyu, por supuesto que no nos importa—Dahyun añadió—Sigues siendo la misma Tzuyu que eras antes, que se joda Minatozaki y lo que ella piense.

Tzuyu les dio una sonrisa triste.

—Gracias chicas—ella susurró y segundos más tarde fue atrapada en un abrazo grupal—Y para que lo sepan... yo no... ya sabes... ustedes no me gustan chicas... en ninguna forma.

—¿¡QUE!?—Jihyo se apartó e hizo un puchero—¿Por qué no? ¿Qué hay de malo en mí?

Las chicas comenzaron a reír y Jihyo cruzó sus brazos de broma. Tzuyu se secó los ojos para que pareciera que no había estado llorando. Sintió un brazo enlazarse con el suyo y miró a Jihyo con una suave sonrisa.

—Vamos a mostrarles con quien se están metiendo, Chou.

Fin flashback
         
               
—Chicas, ¿qué quieren para cenar?—Tzuyu se mordió el labio y examinó la despensa, tratando de empujar los malos recuerdos al fondo de su mente. Miró a las otras tres chicas y levantó una ceja cuando vio la expresión ilegible en el rostro de Nayeon.

—Me pregunto si ella está bien—Nayeon finalmente habló y Tzuyu puso los ojos en blanco casi de inmediato.

—Está completamente drogada o borracha—Tzuyu pasó una mano por su pelo—O ambos, quien sabe. Solo olvídate de ella, eso es lo que yo estoy haciendo—Agarró una caja de pasta y la levantó para que las chicas lo viesen—¿Esto les sirve?

—Solo si está cocinado—Jihyo bromeó y Tzuyu le arrojó la caja a la chica más mayor.

—Cállate—rió apuntando al fogón—Haz algo útil y hierve un poco de agua—la otra chica levantó una ceja juguetonamente a Tzuyu y dejó la caja en el mostrador, inclinándose para tomar una olla de los gabinetes inferiores.

Jihyo y Tzuyu hicieron la cena mientras Dahyun y Nayeon se encargaron de poner música. Su apartamento era esencialmente una habitación enorme. El salón, la cocina, y la oficina donde para todos era el salón principal de la vivienda. Había cuatro habitaciones subiendo las escaleras de espirales, y dos baños a través del pasillo.

—¡La cena está lista!—gritó Tzuyu, golpeando una cuchara contra la olla de espaguetti para que las otras chicas pudieran escuchar por encima de la música. Dahyun y Nayeon entraron corriendo y Tzuyu les entregó los platos a ambas. Las cuatro chicas tomaron sus bebidas y se dirigieron a la sala de estar, desplomándose en el sofá después de un largo día.

—Le toca escoger a Tzuyu—dijo Jihyo señalando el mando de la televisión. Tzuyu dejó su plato en la pequeña mesa del salón y tomó el mando de su compañera de piso. Empezó a buscar en Netflix, tratando de encontrar algo para ver.

—¿Les parece si vemos Fr-?—Tzuyu se pausó cuando vio que sus compañeras no le estaban prestando atención. Ella levantó una ceja—¿Qué?

—Shhh—Nayeon susurró llevando un dedo a sus labios y apuntando hacia la puerta—¿Has oído eso?

Tzuyu se quedó en silencio y escuchó junto con las otras chicas. Justo cuando estaba a punto de argumentar que no escuchaba nada, hubo un ruido silencioso al otro lado de la puerta. Sonaba como... ¿alguien cantando?

—¿Qué es eso?—ella susurró levantándose del asiento del sofá—¿No me digas que es-?—Tzuyu fue interrumpida una vez más cuando Jihyo ya había ido a la puerta, agitando su mano para que Tzuyu se callase. Ella poco a poco abrió la puerta y echó un vistazo al pasillo. Los ojos de la chica coreana se ampliaron cuando vieron a Sana sentada en el pasillo apoyada en la pared al lado de su puerta y tarareando en voz baja para sí misma.

—¿Qué haces todavía aquí?—Jihyo siseó a la chica pequeña. Sana saltó, obviamente sin darse cuenta de que la habían visto.

—Necesito una cama—Sana se encogió de hombros. Antes de que Jihyo pudiese responder, se arrastró bajo sus piernas y entró a la casa, se puso de pie, y miró a su alrededor felizmente—¿Tienes una cama?

Nayeon agarró el brazo de Jihyo y la llevó a la cocina, las otras la siguieron.

—Algo pasa—ella dijo mirando a la chica que ahora estaba jugando con el mando de la televisión.

—Tiene que irse—Tzuyu dijo firmemente, lo suficientemente alto para que Sana la escuchase. A ella no le importaba si algo malo estaba pasando. Quería que se fuera. No quería ofrecer ninguna hospitalidad a la chica que había hecho por si sola de su vida un infierno—Podemos llamar a los policías de mierda o algo.

Yellow - SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora