Confusión

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El Doom Slayer avanzaba rápidamente hacia la fuente del temblor. Cada paso resonaba en el pavimento de la ciudad. Las calles estaban en caos, con civiles corriendo en busca de seguridad y edificios mostrando signos de daño. El temblor no era solo un evento sísmico; había algo más detrás de él.

"Marine, nos estamos acercando al epicentro de la perturbación," informó VEGA, su voz serena contrastando con la destrucción a su alrededor. "Recomiendo proceder con cautela. Es posible que las personas con las que nos encontramos anteriormente hayan informado sobre nuestra presencia."

El Marine, siempre prudente, desaceleró su paso y buscó un lugar donde pudiera observar sin ser visto. Encontró un edificio parcialmente derrumbado y se deslizó entre los escombros, tomando una posición desde la que podía vigilar el área.

"Desde esta posición, podremos evaluar la situación sin llamar la atención," continuó VEGA. "Es probable que los sujetos estén en camino. Mantener un perfil bajo será crucial para evitar conflictos innecesarios."

El Marine observó desde su escondite mientras el temblor comenzaba a disminuir. Desde su posición elevada, podía ver la fuente de la perturbación: un edificio antiguo, ahora parcialmente colapsado, emanaba una energía oscura y maligna. Sin embargo, lo que más llamó su atención fueron las figuras que emergían de la estructura dañada. Eran maldiciones. Eran del tamaño de la palma de su mano. Y con un solo pisotón. Las entrañas de aquellas maldiciones estallaron por la inconmensurable presión qué habría ejercido el asesino de la muerte.

Pero desde las sombras de la estructura en trizas. entre los escombros del edificio, una figura grotesca comenzó a emerger. La maldición era una abominación de pesadillas, su piel estaba cubierta de llagas purulentas que supuraban un líquido negro y viscoso. Sus ojos eran pozos vacíos de malevolencia, y su boca estaba llena de dientes irregulares, afilados como cuchillas. Los músculos se retorcían bajo su piel decrépita, emitiendo un hedor a carne podrida.

La maldición se movía con una mezcla de torpeza y agilidad antinatural, buscando su primera presa. Un civil, atrapado por el temblor y herido, intentaba desesperadamente arrastrarse fuera del alcance de la criatura. Sin embargo, la maldición lo alcanzó rápidamente, sus garras infectadas se hundieron en la carne del hombre, arrancando su piel y desgarrando sus carnes, sus gritos de dolor no tardaron en alcanzar su picó más alto.

Sin piedad, la maldición comenzó a devorar al civil, desgarrando carne y huesos con una brutalidad repugnante. Los sonidos de masticar y desgarrar resonaban en el aire, mezclándose con los gemidos agonizantes de su víctima. La sangre manaba libremente, creando un charco viscoso y oscuro a los pies de la criatura.

El Marine, observando esta escena infernal, sintió su ira crecer. VEGA, captando la reacción de su compañero, simplemente dijo, "Procedamos."

El Doom Slayer avanzó sin hacer ruido, cada paso medido y letal. Con un movimiento rápido, se abalanzó sobre la maldición, su Super Shotgun brillando en sus manos. El primer disparo arrancó un rugido de dolor de la criatura, haciéndola tambalearse y soltar a su presa, ya hecha pedazos.

Pero el Marine no se detuvo ahí. De un movimiento rápido, cambió al Crucible, su espada de energía roja vibrando con una sed de sangre insaciable. Con un corte preciso, atravesó la maldición, dividiéndola en dos. Sin embargo, en lugar de morir inmediatamente, la criatura seguía moviéndose, sus mitades aún tratando de alcanzar a su asesino.

Con una ferocidad implacable, el Marine continuó su ataque. Cada golpe estaba lleno de una fuerza brutal, desgarrando y aplastando la carne de la maldición. Las extremidades volaban, y el suelo se cubría de sangre negra y entrañas. Los gritos de la criatura se mezclaban con el sonido de la destrucción, creando una sinfonía de violencia.

Doom Slayer En Jujutsu kaisenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora