Ondas - Parte 4

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Capitulo 5: Parte 4

Sin que lo supieran el Emperador del Imperio Baharuth, la Princesa Dorada del Reino Re-Estize y el Maestro Supremo de la Tumba de Nazarick, ciertas fuerzas se estaban reuniendo en lo que más tarde definiría el destino del mundo. Dichas fuerzas resultaron ser los Guardianes del Piso, y su lugar de reunión elegido resultó ser el bar del Noveno Piso. Sentados en una de las mesas redondas, los Guardianes del Piso y su Supervisor, todos esperaban, con un té o un refresco en la mano, a que uno de sus colegas en particular comenzara a hablar.

-¡Nuestro creador finalmente nos ha regalado un atisbo de su gloriosa mente! -exclamó Demiurge.

Los guardianes intercambiaron expresiones inseguras.

"¿Estás seguro de que no estás pensando demasiado las cosas otra vez?" Preguntó Shalltear.

"Sueles hacer eso a menudo", comentó Aura.

"S-sí y el Señor Momonga dijo que ya no es lo que solía ser, ¿verdad?" añadió Mare tímidamente.

-Sigue siendo un Ser Supremo -dijo Demiurge con desdén-. Incluso un pequeño porcentaje de su intelecto original supera con creces todo lo que nosotros, sus insignificantes sirvientes, podríamos esperar comprender.

Sin embargo, los Guardianes no estaban tan seguros. Después de todo, su Maestro Supremo les había dicho que confiaba en ellos. Aun así, no iban a negar que les gustaba la idea de que su señor fuera tan inteligente.

-Y dime, Demiurge, ¿cuál crees que es el gran plan de nuestro Maestro? -preguntó Sebas.

-¡Es muy sencillo! -Demiurge sonrió-. ¡Primero, quiere que ascendamos!

Eso dejó a los demás Guardianes confundidos. Intercambiaron miradas de desaprobación y expresiones confusas.

"¿Ascender?", preguntó Victim.

-¡Sí! ¿No lo ves? ¡Nuestro Señor casi llegó al extremo de explicárnoslo! -dijo Demiurge con regocijo-. Míranos, reunidos aquí, en el mismo lugar que solo los Supremos solían disfrutar, hablando y discutiendo estrategias como solo los Supremos podían hacerlo... todo a instancias de nuestro maestro. Y ahora, nuestro líder más magnánimo ha pedido, no, ha exigido, que superemos los defectos inherentes que nos inculcaron nuestros propios creadores.

-Espera, espera, espera -se rió Aura, sacudiendo la cabeza-. No puedes pensar que el Señor Momonga quiere que... -intercambió expresiones divertidas con Mare-... nos convirtamos en Seres Supremos, ¿verdad?

-Por supuesto que no -dijo Demiurge, ajustándose las gafas-. Ese es un ámbito que está mucho más allá de lo que podríamos esperar alcanzar.

En esto todos los Guardianes podrían estar de acuerdo.

-Pero ¿no puedes entenderlo? Debe ser por la misma razón que hasta ahora ha rechazado procrear con Shalltear e incluso con Albedo -explicó Demiurge.

Aura y Mare pusieron caras de disgusto ante la mención de la procreación, todo mientras Shalltear se reía sonrojada.

-Quizás te estás adelantando a los acontecimientos, Demiurge -dijo Sebas con tristeza-. Nuestro Señor ha estado trabajando demasiado en nuestra supervivencia y bienestar como para distraerse con cualquier otra cosa.

-Espera, tal vez Demiurge esté en lo cierto -dijo Albedo con los ojos muy abiertos-. El mismo día que salvamos esa patética aldea humana, Lord Momonga me dijo que no podía corresponder a mi amor hacia él porque se sentía avergonzado, culpable y asustado. -Miró a Demiurge-. ¿Crees...?

-Creo que eso es solo una prueba de que tiene sentimientos por ti mucho más fuertes de lo que supuse al principio -tarareó Demiurge, sonriendo aún más-. ¡Y tiene sentido!

Makings of an OverlordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora