—Y-ya vuel-vo—. Dijo el rubio.—Donde vas?—. Preguntó el mayor.
—Voy a la ca-sa de Spar-ta—. Respondió nervioso.
—Ok, pero—. Pauso por un momento—. Tienes que estar aquí antes de que yo llegue, entendiste?—. Dijo el mayor.
—S-sí...—. Habló con miedo.
[En El Lugar]
Toca la puerta, y Sparta abre—Ho-li Spar-tita—. Saludo el menor.
—Hola cachorro—. Saludo el castaño—. Ven entra.
—Ho-la Vic—. Saludo el rubio.
—Hola cachorro—. Respondió el spartano.
—Y pa-ra que me ocupa-ron?—. Preguntó con timidez.
—Quiero que me ayudes, el dinero de mi "difunto esposo" se esta acabando—. Dijo el spartano—. Y tú ya sabes necesito a otro nuevo—. Dijo sonriendo con burla.
—Vic este es tu ter-cer com-promiso, y toda-vía no entie-ndo que le pa-so a tu ex-esposo, de que mu-rió?—. Preguntó confundido el menor.
—Ya te dije que tenía una enfermedad—. Dijo molesto el spartano.
—Es que to-dos tus ex-esposos muri-eron de la mi-sma for-ma y yo-
—A caso piensas que yo los mate?—. Interrumpido el spartano enojado.
—N-no, yo no pi-enso que tus los ma-tetes, tu no se-rias ca-pas de ha-cer eso—. Dijo el menor nervioso—. Lo sien-to, no vol-veré a pre-guntar al-go así—. Se disculpo con pena por haber pensado eso.
—Bueno entonces ne ayudaras?—. Preguntó Víctor.
—S-sí...—. Respondió con inseguridad—. Pe-ro qui‐en?
—Ok, hay un chico llamado Mayo es uno de los ricos entre la clase alta—. Dijo el castaño enseñando una foto.
—Me llamo mucho la atención, se ve que es alguien bueno—. Dijo Sonriendo el castaño—. Por eso lo elegí.
—Si como no—. Dijo con sarcasmo el castaño.
—Me ale-gro que te gus-te algui-en—. Dijo con inocencia el menor.
(Soy Mike captando sarcasmos)
—Y cu-ando será la fi-esta?—. Preguntó con curiosidad el rubio.
—Hoy en la noche—. Respondió Sparta.
—En la no-che?—. Dijo nervioso el rubio.
—Sí, por qué?—. Preguntó el castaño.
—Es que cre-o que no vo-y a poder ve-nir—. Dijo apenado el menor.
—Por qué?—. Preguntó con seriedad el spartano.
—E-es que yo, ten-go que pe-dir permi-so y du-do que me lo den—. Dijo el rubio nervioso.
—Quien?—. Preguntó enojado el castaño.
—Mi pa-dre...—. Respondió el menor.