05-Monte Sagiri

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Kotori paso al menos dos días más recuperándose, aún no estaba acostumbrada a las alas y le costaba controlarlas, se sentía como un bebé aprendiendo a caminar.

— No puedes seguir perdiendo el tiempo.

Después de esos dos días Giyu volvió, el chico era muy frío y Kotori no sabía cómo tratarlo.

— Perdón... Esto es nuevo para mi.

Lo escucho resoplar.

— Te llevaré al monte sagiri.

Ella frunció un poco el seño, eso sonaba como un viaje largo, no sabía si podría seguirle el paso.

La ancianita le dió una chihaya para vestirse, su kimono ya no le sirvió. A la parte superior de la chihaya le hicieron dos aberturas grandes para poder sacar las alas y luego las escondió bajo su haori de nubes.

Salió de la casa de glicinias, sus getas se clavaron en la grava del exterior. Giyu frunció el seño al ver la posición encorvada de la joven.

— Párate derecha, no te encorves.

Kotori se sonrojo por el regaño, aún intentaba adaptarse al peso extra y su espalda dolia después de un rato.

— perdón... Es que son muy pesadas.

Observó como le dió la espalda.

— Si te encorvas no te vas a acostumbrar nunca a ellas.

Ladeó la cabeza al ver que se inclinaba hacia enfrente.

— Sube, no tengo todo el día.

Kotori se sorprendió... Él pretendía llevarla cargada.

— ¿E-estas seguro?.

Se sonrojo aún más por la vergüenza al notar su mirada de irritación.

— Está bien...

Murmuró... Se acercó a él, apoyo las manos en los hombros de Giyu y luego dió un pequeño salto, él la sujetó por los muslos cuando sintió que se había subido a su espalda.

Soltó un grito cuando Giyu empezó a correr, por reflejo se aferró y oculto su rostro en el cuello de Giyu. Él se sonrojo levemente al sentir un aliento cálido contra su piel.

No acostumbraba a llevar gente en brazos pero debía hacer una excepción.

Kotori no supo por cuánto tiempo estuvieron viajando, pero al parecer fue corto, Tomioka corría muy rápido, tanto que no podía identificar lo que pasaba a su alrededor cuando estaban en movimiento.

Cuando llegaron al pie de una montaña Giyu se detuvo, Kotori casi se cae cuando esté la soltó bruscamente.

— Te acompañaré hasta aquí, debes seguir el camino tú sola desde aquí.

Señaló el sendero y le entrego su lanza envuelta en cuero, antes de que pudiera protestar Tomioka ya se había ido.

Kotori miro el sendero un poco mareada y luego suspiró, empezó a caminar encorvada denuevo y se tambaleaba un poco.

La subida fue un poco infernal, aún tenía el cuerpo entumecido.

Cuando llegó ya era casi de noche... Había una casita pero no vio más nada ...no había nadie.

— Uh...¿Hola?.

Intento llamar pero aún así nadie respondió. Suspiró y se sentó al pie la puerta, estaba agotada, se recostó por un momento contra la madera.

Estuvo así un rato, observando el cielo hasta que quedó totalmente escuro...

— ¿Quien eres?.

Ella soltó un grito y se levantó de golpe, no había escuchado a alguien acercarse.

𝐔𝐧 𝐀𝐧𝐠𝐞𝐥 𝐂𝐨𝐧 𝐆𝐚𝐫𝐫𝐚𝐬|𝐊𝐢𝐦𝐞𝐭𝐬𝐮 𝐍𝐨 𝐘𝐚𝐢𝐛𝐚 𝐱 𝐎𝐜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora