A la deriva

Capítulo 26

NARUTO

A la deriva

Jugar hasta el final

Después de que la excusaran de salir del hospital la noche anterior, Tenten se despertó temprano a la mañana siguiente desde su cama en la habitación de su equipo, todavía envuelta en vendas, y esperando ver a sus compañeras de equipo preparándose para la competencia que se avecinaba. Como una de las tres había avanzado más en el torneo que el resto, decidió que hoy haría lo mejor que pudiera como miembro del equipo para animar a Lee en la final. Sin embargo, tan pronto como se sentó, se pasó la mano por el cabello suelto y se frotó los ojos para abrirlos, recibió una agradable sorpresa.

Un ramo de flores y un zorro gigante de peluche sentado al final de su cama.

Si bien era cierto que había ganado algunos premios en su primera noche en Yugakure en los puestos, no recordaba haber ganado esos artículos. La razón por la que estaban allí al final de su cama se reveló poco después cuando miró hacia un lado y vio que Naruto estaba durmiendo allí, con las rodillas en el suelo y la cabeza recostada cerca de sus piernas.

Desconcertada al ver al superhéroe de cabello rubio, Tenten le dio una cálida sonrisa y se inclinó, pasando un dedo por uno de sus bigotes antes de pellizcarle la mejilla. Su acción finalmente despertó al niño dormitando, quien se sentó haciendo girar la mandíbula para aliviar el dolor. Después de lo cual miró al otro lado para ver a la chica de cabello castaño sonriéndole con una coloración brillante en sus mejillas. Ella sonrió cuando lo vio sentarse derecho, riéndose de su expresión.

"¡Estás despierto!", gritó alegremente la rubia.

—A ti también, al parecer —dijo Tenten riendo un poco, mientras señalaba con la cabeza los regalos—. ¿Para qué son?

Naruto sonrió y se sentó con las piernas cruzadas sobre la silla que estaba justo detrás de él. "Regalos para que te mejores. Como tuviste que ir al hospital y esas cosas, decidí ir a comprarte algunos regalos para que te sientas mejor. Te gané el zorro para que pueda hacerte compañía mientras te recuperas".

Tenten se acercó y agarró el peluche gigante, abrazándolo contra ella en señal de agradecimiento. "¿Deberías preocuparte más por tus peleas que por mi pequeña?"

—La verdad... estoy más preocupado por ti que por mis peleas —respondió Naruto encogiéndose de hombros—. Si tuviera que elegir entre cuidar de mis amigos y luchar contra el enemigo... te elegiría a ti, sin problemas.

Con las mejillas encendidas, Tenten sonrió burlonamente al jinchuriki por su respuesta tan acertada. "Si no fuera por eso, Gaara, ahora mismo te estaría pateando el trasero".

"Querés apostar."

"Una vez que todo esto termine, ya sea que hayas ascendido o no, cuando regresemos a la aldea y yo esté mejor, te desafiaré a una pelea", afirmó Tenten con una mirada que lo sabía todo en sus ojos. A pesar de su estado, todavía expresaba una confianza extrema en sus habilidades. Probablemente esa sea la razón por la que a los jinchuriki les gustaba tanto. "Puede que hayas vencido a Neji, pero a mí todavía no me has vencido. Y todavía recuerdo la promesa que hicimos".

Naruto se sentó normalmente en la silla de nuevo y cruzó los brazos con un estilo tranquilo. "Estás listo. Pero voy a esperar hasta que estés mejor para que tu brazo de lanzamiento esté en su mejor condición. No podrás golpearme bien si todavía está envuelto en gasa".