Capítulo 009: La fiesta

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MINI MARATÓN: 1/2


*Han pasado unas semanas*

Hoy era la fiesta de cumpleaños de Alexia, he ido a la joyería local y le he comprado una pulsera que llevaba años pidiendo. Era de plata con algunas piedras preciosas rosas, azules y blancas; no me sorprende que la quisiera, era preciosa. Luego subí a mi apartamento y lo dejé sobre la mesa antes de ir a ponerme algo informal, no pensaba quedarme horas como las demás. Una vez lista, salí por la puerta y me dirigí a su casa.

No sabía lo que estaba a punto de ocurrir.

Como siempre, fui la última en llegar, lo que significa que todas las demás ya estaban borrachas o a punto de estarlo. De todos modos, me dirigí a la puerta y llamé antes de que la cumpleañera me abriera con una enorme sonrisa.

"¡Feliz cumpleaños cariño!" Grito abrazándola anhelante antes de darle el regalo y entrar a una mesa donde ella lo abre

"¡Dios mío! Muchas gracias F, ¡es precioso!" Grita emocionada corriendo y dándome un abrazo enorme y un beso en la cabeza

"De nada Ale, espero que te quede bien" Se lo pone y por suerte le queda bien, la abrazo de nuevo y veo a Lucy con Keira así que me despido de Alexia antes de dirigirme a ellas.

"¡Ahí está!" grita Keira mientras tira de mí para abrazarme junto con otro beso en la mejilla.

"Hola a las dos" digo mientras Keira me aprieta a más no poder, lo que hace reír a Lucy. Luego se levanta y me abraza con nostalgia como si no nos hubiéramos visto en dos años.

"¿Cómo estás?" Ella sonríe y yo me siento con ellas, tomando un sorbo de la bebida que Lucy me había dado a probar.

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Pasó algún tiempo y charlé con algunas compañeras, sobre todo de Navidad, ya que parece que es de lo único que hablan. Entonces, por el rabillo del ojo, la veo. Llevaba un top holgado con unos cargos; simple y llanamente. Me miró con una sonrisa antes de acercarse y abrazarme, ya podía oler el alcohol en ella.

"Hey bonita", tartamudea, haciéndome sonrojar.

"Hey Ona", le respondo, sujetándola y llevándola al balcón para que tome aire. Luego le quito la bebida; ya estaba bastante borracha.

"¿Has llegado bien?" Me pregunta mirándome a los ojos, con las manos agarrándose al balcón para poder levantarse.

"Sí, gracias" sonrío mientras la miro a los ojos. Sus ojos bailan hacia mis labios y los míos hacen lo mismo. Se acerca, se inclina y planta sus labios en los míos. No hice nada, dejé que sucediera. Eso fue hasta que el beso se hizo más profundo. Me aparté, avergonzada.

"Ona, estás borracha", murmuro mirándola a los ojos decepcionada, ella suspira y asiente con la cabeza.

"Es que no quiero que hagas algo de lo que te arrepientas, como besarme", digo con simpatía mientras le pongo la mano en la mejilla. Ella la sostiene firmemente mientras me mira a los ojos.

"No me arrepiento, ¿y tú?" susurra nerviosa.

"Claro que no, pero no te arrepientes porque estás borracha, no sabes lo que haces y no te arrepientes hasta que estás sobria", le sonrío antes de besarle la mano y entrar, dejándola allí para que se quede tranquila. Me vuelvo a tumbar en el sofá con Lucy y Keira y me quedo inconsciente.

"¿Hola Ferdinand?" Lucy grita pasándome la mano por la cara

"¿Sí?" Respondo rápidamente mirándolas mientras se ríen

"¿Estás bien?". Ella me contesta y yo asiento con la cabeza mientras sonrío, aunque lo único en lo que podía pensar era en los labios de Ona sobre los míos. En lo mucho que lo había esperado, pero estaba borracha. No iba a aprovecharme de eso. De ninguna manera.

Me levanto para ir a por agua y me la vuelvo a encontrar, me dedica una pequeña sonrisa que yo le devuelvo antes de agarrar un vaso de agua; no era muy de beber, si bebía me emborrachaba con dos vasos. Entonces veo la hora y decido que probablemente debería irme a casa, así que me acerco a la morena y le doy un fuerte apretón.

"Ahora me voy ¿vale?" Le susurro al oído mientras la abrazo

"Bueno" me responde y puedo sentir su sonrisa en mis oídos, entonces me alejo.

"¿Necesitas que alguien te lleve a casa?". le pregunto una vez más despacio para que me entienda.

"Si eso está bien?"

"¡Por supuesto! Vamos" le susurro antes de agarrarla del brazo y ponérmelo sobre los hombros para sujetarla y mantenerla estable. Luego la acomodo suavemente en el asiento antes de cerrar la puerta y subirme al lado del conductor.

El trayecto hasta su casa fue largo; puse la calefacción en su asiento y en el mío para que no pasáramos demasiado frío. En un semáforo en rojo la miré y ella me miró con una pequeña sonrisa.

"¿Te encuentras bien?" pregunté suavemente

"Sí" me responde antes de que siga conduciendo hasta su casa.

Corro a sacarla antes de subirla por los dos escalones que había frente a su puerta, luego agarro sus llaves y abro la puerta. Después, la coloco en el sofá y le pongo una manta por encima a lo que ella sonríe y se pone cómoda.

"Que descanses bien, ¿vale?" Sonrío mientras beso su cabeza y me preparo para irme.

"¿Te quedas?". Me pregunta agarrándome débilmente de la muñeca, una pequeña sonrisa aparece en mi cara.

"¿Estás segura?"

"Sí, por favor, ¿te quedas Ferdinand?". Dice convencida, así que asiento con la cabeza y la miro, y añade "En mi cama hay un par de joggers y un top que puedes ponerte si quieres...". Vuelve a murmurar antes de ponerse cómoda. Sonrío antes de caminar y encontrar su habitación grande y sencilla, tenía algunas fotos y medallas, pero eso es todo en cuanto a decoración.

Me pongo sus joggers grises y su jersey a juego antes de caminar hacia ella y tumbarme en el sofá al lado del que ella estaba.

"Buenas noches Bonita" susurra suavemente

"Buenas noches Ona, llámame si me necesitas ¿vale?"

"Bueno"

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Me despierto y veo a Ona preparando dos cafés, parecía estar llevando muy bien su resaca teniendo en cuenta que se había levantado a las 9 de la mañana. Los prepara antes de colocar uno en la mesita que tiene frente al televisor.

"Gracias" sonrío antes de soplar y dar un pequeño sorbo

"¿Bien?"

"Increíble" respondo dando otro pequeño sorbo y dejando la taza en el suelo.

Se sienta a mi lado y nos quedamos en un cómodo silencio antes de romperlo.

"Sobre anoche..."

"¿Hm?"

"¿Estuvo bien el ya sabes... beso?" ella pregunta tímidamente lo que me hace sonreír cálidamente.

"Sí, sí lo estuvo"

"Bien", sonríe, me rodea el hombro con el brazo y bosteza. Yo le devuelvo la sonrisa antes de abrazar su esbelto cuerpo sentado a mi lado; sorprendentemente estaba calentita, lo que la hacía sentir cómoda. Terminé mi café y decidimos ir a la tienda porque ella quería hornear algo, a lo que yo no iba a negarme. Nos pusimos los zapatos y nuestros dedos se entrelazaron.

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Lover | Ona BatlleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora