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N U E V O S C OM I E N Z O S..




Anabel.

_ Cristen, ya basta vámonos de aquí, solo me quiero ir. _ la tome de sus manos, pero al instante la retiró, mire confundida a esta quien estaba dispuesta a irse directo a la fiesta. _ Cristen, Me trataron de violar, yo solo me quiero ir de aquí, vámonos por favor. _ las lagrimas bajaban por mi mejilla, y el nudo en mi garganta creció, aquella se quedó quieta ante aquellas palabras que salieron de mi boca.





[..]

Que..? — se acercó lentamente a mi, para tomarme de los hombros y abrazarme. — Perdóname, lo siento mucho, perdóname pequeña... — su voz se entrecortó. Mientras abrazaba mi cuerpo con más fuerte, sin intención de soltarme.

— Cristen, solo larguémonos de aquí, me siento vigilada.. — dije esto último para separarme de su cuerpo, dirigiendo mi mirada hacia aquella persona que se escondía en la oscuridad, dejándome ver su ojos oscuro puesto en mi.

— Vámonos. — tomó de mis manos arrastrando mi cuerpo con ella. Camine sin despegar mis ojos de aquella persona, aquel chico desaprecio se desvaneció en la oscuridad, dejándome intrigada y con muchas duda y preguntas en mi cabeza.

Narrador de Annabel

El estar en Hawaii me traía un paz inexplicable, pude olvidarme de Kevin por un buen rato, y despejar mi mente sobres mi dudas de aquella noche. No me volví a topar mas con aquel desconocido, mis días en Hawaii llegaron a su fin. Ya era hora de regresar a mi hogar y volver a mi vida "normal, y común" la horas pasaban y los pensamiento llegaron desde que pise mi apartamento.

— Te noto distraída. — habló Cristen. sacándome de mis pensamientos, mire a esta quien esperaba atentamente una respuesta de mi parte.

— solo necesito café, Es todo.. — garrapatee mi garganta. En busca de una voz más audible.

— como digas. — alzó sus hombros en forma de rendición, dirigiendo su cuerpo al pasillo.

— Présteme dinero. — está me paso su cartera, saque algunos billetes adentrando estos a mi bolsillo, me dirigí hacia la salida, dispuesta a irme, no antes sin darle un abrazo a Cristen. — bien gracias, no me espere despierta llegaré tarde necesito pensar. Te amo. — solté esto último, dejando a cristen con la palabra en la boca, cerré  la puerta de un portazo, para así salir a las calles.


Camine algunos minutos, llegando a mi destino que era la cafetería que suelo frecuentar, tome un respiro para adentrarme en esta, encontrándome con el chico de hace días, en mi rostro se formó una gran sonrisa cuando este me miró y se acercó a mi con una enorme sonrisa.

— hola pequeña..— sonrió mostrando su dientes, mi mirada se topó con la suya, viendo como sus ojos se achinaban al sonreír.

— Hola, cómo has estado? — pregunté, mi mirada todavía seguía puesta en la de el, ningún tenía la intención romper el contacto visual que se formó.

— muy bien, y ahora más que te vi de nuevo. — un pequeña risa divertida se formó en el, haciendo seguida por mi. — que desea orden está hermosa señorita? — preguntó, sin quitar su mirada de la mía.

•𝑴𝒊 𝒗𝒊𝒅𝒂 𝒚 𝒎𝒊 𝒊𝒏𝒇𝒊𝒆𝒓𝒏𝒐•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora