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Los "te amo" entre Marc y Héctor eran algo común, cuando estaban felices, cuando se emocionaban y cuando uno quería consolar al otro; justo como ahora.

- Entonces ¿Te vas?- pregunta Héctor mientras ve a Marc empacar una pequeña maleta, pues este se va a Inglaterra, a presentar exámenes médicos y a firmar contrato con el Chelsea.

- Si hec, es lo mejor para mí carrera.

- Eso significa que no volveremos a jugar juntos, Marc.- dice el pelinegro, intentando ocultar lo mucho que la noticia le afectaba.

- Eso no es cierto, aún tenemos los partidos de la selección.

- Sabes que no es lo mismo.- reclamo un muy afligido Héctor, en ese momento Marc para de armar su maleta y observar al defensa.

- Ey, no, no pienses en eso, vamos a hacer que funcione ¿si?- Marc, con sus manos toma a Héctor por las mejillas, acercando su cara a la del contrario - No podría cambiarte por nadie hec, vamos a seguir siendo Marc y Héctor, incluso a la distancia, te amo, no importa qué, amigo.

Las palabras fueron un leve consuelo para el pelinegro, y digo leve por qué también sintió un pinchazo al escuchar esa última palabra. Por su parte Marc no estaba mejor, la palabra amigo, siempre que se refería a Héctor, dejaba un mal sabor en su boca, sin saber por qué.

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Desde la puerta, la escena era observada por un silencioso Pau, para él no era extraño que Marc y Héctor tuvieran ese tipo de muestras de afecto, pero justo esa charla lo hizo reflexionar un poco.

Después de las vacaciones, Marc se iría a Inglaterra, Héctor se quedaría en Barcelona, y durante todas sus vidas ninguno se había atrevido a confesarle al otro sus sentimientos; claro está que ninguno era realmente consciente de estos mismos, aún si resultaban obvios para todos los demás.

Pau, entonces pensó que un empujón no le haría daño a la pareja; las vacaciones apenas empezaban, tendría casi dos meses para hacer que los catalanes notarán lo obvio, y con un poco de suerte también conseguiría que estos comenzarán una relación.

Solo era una tarea complicada, pero por suerte sabía quién podría ayudarlo; con un suspiro abandonó su lugar junto a la puerta, marcando el número de Yamal en el proceso.

El Plan- GuiufortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora