Y en el calor de las llamas. El crepitar del fuego era el único sonido que rompía la quietud de la noche.
A medida que la luna ascendía en el cielo, lanzando su luz plateada sobre el claro del bosque, ambos sabían que el tiempo para descansar era corto. Estarían más seguros si se movían bajo el manto de la oscuridad. Jungkook se levantó primero, apagando las llamas con tierra para evitar que el humo delatara su posición.
-Es hora de irnos -dijo en voz baja-Mantente cerca y en silencio.
Taehyung asintió y rápidamente se puso de pie, ajustando su capa para protegerse del frío nocturno. Cada paso que daban, sus sentidos estaban alerta, atentos a cualquier sonido o movimiento sospechoso. El bosque, normalmente lleno de vida, parecía guardar su aliento, consciente de la tensión que envolvía a los dos jóvenes.
Caminaron en silencio durante lo que parecieron horas, adentrándose cada vez más en la espesura del bosque. Taehyung no podía evitar mirar constantemente por encima del hombro, temiendo ver las sombras del sacerdote y sus seguidores acechando entre los árboles.
Finalmente, llegaron a un pequeño arroyo que cruzaba su camino. Jungkook se detuvo y señaló hacia la corriente.
-Cruzaremos por aquí. El agua ayudará a disimular nuestras huellas -explicó.
Taehyung asintió nuevamente y lo siguió, sumergiendo sus botas en el agua fría. El sonido del agua corriendo y el frescor del arroyo les proporcionaron un breve respiro de la tensión que cargaban.
Cuando llegaron al otro lado, Jungkook se detuvo y miró a Taehyung con una expresión decidida.
-Vamos a descansar un momento aquí. Necesitamos conservar nuestras fuerzas para lo que venga -dijo, sentándose en una roca cercana.
Taehyung lo imitó, sintiendo el cansancio en sus piernas. Cerró los ojos por un momento, intentando calmar su mente y encontrar un poco de paz en medio de la tormenta.
-Jungkook -dijo de repente, abriendo los ojos-, ¿crees que alguna vez podremos vivir en paz, sin tener que huir constantemente?
Jungkook lo miró, su expresión suavizándose un poco.
-Lo creo, Taehyung. Pero para eso, necesitamos ser fuertes y resistir. Si logramos proteger las perlas y encontrar un lugar seguro, podremos construir esa paz que tanto anhelamos.
Taehyung sonrió débilmente, aferrándose a esa esperanza. Sabía que el camino por delante sería difícil, pero con Jungkook a su lado, estaba dispuesto a enfrentar todo.
El sonido del agua y la tranquilidad del bosque les dieron un breve momento de consuelo. Pero ambos sabían que, tarde o temprano, tendrían que seguir adelante, siempre vigilantes, siempre preparados para luchar por su libertad y por un futuro mejor.
Después de un rato, Jungkook se puso de pie, estirando sus músculos entumecidos por el frío y el cansancio.
-Es hora de seguir adelante. No podemos permitirnos quedarnos aquí mucho tiempo más.
Taehyung asintió, levantándose con él. Sabía que cada segundo de retraso podía ponerlos en mayor peligro. Comenzaron a caminar de nuevo, siguiendo el curso del arroyo para desorientar a cualquiera que intentara rastrearlos. El bosque a su alrededor parecía cerrarse más y más, las sombras alargándose y jugando trucos en sus mentes cansadas.
A medida que avanzaban, el amanecer empezó a teñir el horizonte de tonos rosados y dorados. La luz del sol naciente les dio una nueva esperanza y energía renovada. Sin embargo, también sabían que la luz del día los haría más visibles.
La pareja llegó a un viejo puente de madera, que parecía apenas mantenerse en pie. Jungkook inspeccionó la estructura con cautela antes de decidir cruzarlo.
-Debemos ser rápidos pero cuidadosos. No sabemos si el puente aguantará nuestro peso -advirtió.
Uno a uno, cruzaron el puente, con el corazón en la garganta con cada crujido de la madera envejecida. Al llegar al otro lado, ambos suspiraron aliviados, pero no se detuvieron. Continuaron su camino, alejándose del arroyo y adentrándose más en el bosque denso.
De repente, un sonido de ramas quebrándose los puso en alerta. Jungkook levantó una mano, señalando a Taehyung que se detuviera. Escucharon en silencio, intentando identificar la fuente del ruido. No pasó mucho tiempo antes de que una figura emergiera de entre los árboles, su silueta apenas visible en la penumbra del amanecer.
-¡Alto! -gritó la figura-. No quiero hacerles daño.
Jungkook y Taehyung intercambiaron una mirada rápida. Jungkook agarró el mango de su espada, listo para defenderse si fuera necesario.
-¿Quién eres? -preguntó Jungkook, su voz firme.
La figura se acercó más, revelando a una joven con el cabello desordenado y ropa de viajero. Su rostro mostraba signos de cansancio, pero sus ojos reflejaban una determinación inquebrantable.
-Mi nombre es Hana -dijo ella-. Estoy buscando las perlas sagradas. He oído rumores de que ustedes las tienen.
Taehyung se tensó, pero Jungkook mantuvo su postura defensiva, sin bajar la guardia.
-¿Por qué las buscas? -preguntó Jungkook, tratando de evaluar si podían confiar en ella.
Hana tomó un profundo respiro antes de responder
-Mi pueblo está en peligro. Un grupo de mercenarios, liderado por un hombre llamado el Sacerdote, nos ha estado atacando para obtener las perlas. Necesito su ayuda para proteger a mi gente -explicó, su voz temblando ligeramente por la emoción.
La mención del Sacerdote hizo que ambos jóvenes se miraran con preocupación. Sabían que no podían confiar en nadie fácilmente, pero también entendían la desesperación de Hana.
-¿Por qué deberíamos confiar en ti? -preguntó Taehyung, finalmente rompiendo su silencio.
Hana se arrodilló, mostrando un gesto de sumisión y sinceridad.
-No tengo nada más que ofrecer que mi palabra y mi lealtad. Si no me creen, puedo marcharme, pero por favor, consideren ayudarme. Mi pueblo no sobrevivirá sin las perlas -dijo, su voz llena de urgencia.
Jungkook miró a Taehyung, buscando su opinión. Taehyung vio la sinceridad en los ojos de Hana y sintió una conexión con su lucha.
-Podemos escuchar lo que tiene que decir -murmuró Taehyung-. Pero debemos ser cautelosos.
Jungkook asintió, relajando un poco su postura pero manteniéndose alerta.
-Está bien, Hana. Te escucharemos. Pero cualquier traición y no dudaremos en defendernos -dijo Jungkook, su voz firme.
Hana asintió agradecida, levantándose lentamente.
-Gracias. No se arrepentirán de ayudarme -dijo, su voz llena de esperanza.
Mientras el sol continuaba ascendiendo en el cielo, los tres se sentaron en un pequeño claro. Hana comenzó a contar su historia, y Jungkook y Taehyung escucharon atentamente, sabiendo que sus destinos ahora estaban entrelazados en una lucha común contra el Sacerdote y sus seguidores.
Les dejo un nuevo capítulo
Perdón la tardanza
Había tenido un bloqueo
Con esta historia, Pero ya he vuelto
Espero les guste 🥰💞
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Me enamoré de un mitad Bestia
RandomCuando 2 mundos completamente diferentes que solo los une una piedra mágica que solo traerá aventuras y destrucción 🚫No adaptaciónes🚫 🚫Obra registrada con el número 2407188710482