Capitulo 9

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El sol comenzaba a descender, tiñendo el cielo con tonos de naranja y púrpura mientras Jungkook y Taehyung avanzaban con pasos apresurados y pesados. El enfrentamiento con el sacerdote había sido intenso y agotador. Las perlas que el sacerdote codiciaba no eran simples joyas; contenían un poder ancestral que sólo Jungkook, con su naturaleza mitad bestia, podía proteger.

Cada paso que daban los alejaba más de la aldea, pero también los acercaba a la libertad y a la seguridad que tanto necesitaban. La espesura del bosque se cerraba alrededor de ellos, ofreciéndoles un manto de protección natural contra sus perseguidores.

-¿Estás bien? -preguntó Taehyung, con voz preocupada, mientras se detenía para observar a Jungkook. Las sombras de los árboles jugaban en su rostro, pero no podían ocultar la preocupación en sus ojos.

Jungkook asintió, aunque su respiración aún era irregular y sus ojos brillaban con una intensidad que traicionaba su fatiga.

-Estoy bien, Tae. Sólo necesitamos encontrar un lugar seguro para acampar esta noche. El sacerdote no nos seguirá tan lejos, al menos no hasta mañana.

Caminaron en silencio durante otro tramo del camino, hasta que llegaron a un claro en el bosque. Los árboles formaban un círculo natural alrededor de una pequeña pradera, y un arroyo cristalino corría suavemente a un lado, proporcionando agua fresca.

-Aquí parece un buen lugar -dijo Jungkook, dejando caer su mochila al suelo y estirándose con un suspiro de alivio. Taehyung asintió y comenzó a recoger ramas y hojas secas para encender una fogata.

Mientras Taehyung trabajaba en el fuego, Jungkook se arrodilló junto al arroyo para lavar su rostro y beber un poco de agua. La frescura del agua le devolvió algo de energía, y por un momento, pudo olvidar la persecución y el peligro que los acechaba.

- venir al bosque sólo para dormir-comentó Taehyung, rompiendo el silencio mientras las primeras llamas comenzaban a danzar sobre la madera seca.

-Sí, aquí estaremos más seguro-respondió Jungkook. Se sentó junto a Taehyung y observó el fuego con una mirada pensativa-. Parece que fue hace una eternidad que la perla haya vuelto

-Todo ha cambiado tanto -dijo Taehyung, su voz apenas un susurro.

Jungkook asintió. Las perlas que ahora guardaba celosamente habían traído una tormenta a sus vidas, pero también habían fortalecido su vínculo.
A pesar de todo, estaban juntos, y eso era lo que más importaba.

-Tae, quiero que sepas que no importa lo que pase, siempre estaré a tu lado. Protegeré estas perlas y te protegeré a ti, cueste lo que cueste.

Taehyung volvió la mirada hacia Jungkook y sonrió, una sonrisa llena de gratitud y cariño.

-Y yo estaré a tu lado, Jungkook. Pase lo que pase.

La noche envolvió el claro con su manto de estrellas, y el bosque se llenó de los sonidos suaves de la naturaleza. Los dos compartieron una comida sencilla junto al fuego, recordando tiempos más felices y haciendo planes para el futuro.

-Mañana deberíamos seguir hacia el norte -sugirió Taehyung-. Hay un pueblo pequeño allí. Podríamos encontrar provisiones y tal vez un lugar para escondernos por un tiempo.

-Buena idea -asintió Jungkook-. Pero debemos ser cuidadosos. El sacerdote no se detendrá tan fácilmente.

El cansancio finalmente los venció, y se acomodaron junto al fuego, usando sus mochilas como almohadas. Jungkook, con sus sentidos agudizados por su mitad bestia, se quedó despierto un rato más, escuchando los sonidos del bosque y asegurándose de que no hubiera peligro cercano.

Me enamoré de un mitad Bestia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora