New york

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Camine por las calles de New York observando todo a mi paso, choque con un par de personas que se quejaron pero siguieron su camino.

Seguro están acostumbrados a ver a estúpidas.

Bueno...resumo.

SE FUE DE AMSTERDAM PORQUE SU MADRE NO LA ACEPTA.

Emm, en realidad si.

Pero lo otro era, vine a New York en busca de mis sueños.

En busca de el hospital de mis sueños, en busca de New York Medicine World: mejor dicho la NYMW, conseguí la vacante aquí, cosa que mamá no aceptaba.

Ahora el tema era encontrar la gran mansión de papá, si el vivía en New York, estaba divorciado de mamá y la verdad que prefería vivir con él antes de vivir con ella, respecto a esto papá acepto enseguida mi sueño de ser médica.
Seguramente seguiría mi vida aqui en New York después de todo, no estaba cien por ciento segura pero algo era.
Papá dijo que iba a estar en el puerto, casi llegando al Mar.
Seguí caminando hasta chocar con un cartel que decía Clara Thomson, si exactamente ese era mi nombre.

-¿Eres Louis, cierto?

El hombre vestido de negro asintió y miró una foto que tenía en su mano antes de mirarme a mí. Louis era el guardaespaldas de papá desde hacia años, era un hombre serio y un poco duro pero todos sabíamos que tenía un buen corazón.

-Clara.

Asentí y suspiré antes de pasarme una mano por el cabello.

-¿Papá no pudo venir?

El guardaespaldas me asintió antes de tomar mi maleta y mi bolsa.

-Su padre está muy ocupado con tu hermanastro en una alfombra roja.

Te odio, Alex Gregorius.

Los pongo en contexto, papá y mamá-que yo lo sepa-nunca estuvieron juntos ni casados, papá fue a un viaje de negocios la conoció y solo una aventura y de ahi aqui estoy.
Después cuando papá me encontró-por así llamarlo-descubrí que estaba casado desde hacia unos dos años y que su mujer tenía un hijo que es Alex. Alex es un chico de unos veintidos años, de tez pálida y con ojos demasiados oscuros, en decir, estúpido.

Como su alma.

-Gracias, Alex querido-hable con sarcasmo.

Subí al auto que por cierto estaba al lado del puerto y tomé mi celular, mire y vi que tenía unos cuantos mensajes de mis amigas. Esperanza diciendo si habia llegado, mensajes de Valentina diciéndome que intentará ser social y tres llamadas perdidas de mamá.

Cuando no.

El viaje había sido largó, y empezaba a tener residencia dentro de dos días, suspiré cansada antes de fijarme que era de mi pobre Candy Crush Saga, cuando llegamos a la mansión ví que Hollie estaba esperándome fuera con una gran sonrisa. Hollie era la mujer de papá, la madre de Alex y de Charlotte, mi hermana menor. Una mujer demasiado fácil de adorar, era una señora de unos casi cuarenta y cinco años, pero su cuerpo la hacía ver más joven.

-Clari.

Le dí una gran sonrisa antes de abrazarla fuertemente, ví que Peaches, el perro de la casa había salido moviendo su colita y cuando por fin Hollie me solto lo abrace con fuerza.

-Hola, Peaches.

-¿Cómo te fue en el viaje?-vi que papá salió de adentro y me miró antes de abrazarme.

-Que decirte...¿Dormir en primera clase o que mi padre se haya ido con mi hermanastro que hasta hace poco dijo que era un drogadicto?

-Clara.

Negué y ví que Louis estaba transportando mis valijas, pase por al lado de papá antes de subir las dos escaleras de el porche, ví que Alex estaba en una llamada.

-Tengo que cortar Lolo, después te llamo-corto la llamada y vino directo hacia mi-¿Que haces aquí?

Me encoji de hombros antes de cruzarme de brazos.

-Esta también es mi casa.

Él rodo los ojos antes de hacer otra llamada, rode mis ojos y camine escaleras hacia arriba, ví que Louis ya no estaba y entonces abrí mi habitación para encontrarme la tal y como yo la había dejado.

Hollie es la mejor madrastra que alguien podría tener.

Concuerdo demasiado.

Toque los libros de la estantería antes de ver la guitarra en la cama y las anotaciones, ví el teclado y como no tenía una pizca de polvo.
No venía desde hace un año pero todo seguía estando como yo lo había dejado, perfectamente en su lugar.
Me mire en el espejo que tenía a un costado de la cama y fui para el armario, que agradecía que este lleno de ropa, maquillajes y accesorios.

Cabe aclarar que me crié en un pueblo humilde, y hasta los diez años no sabía que mi padre tenía dinero, no sabía quien era él, pero cuando lo conocí se encargó de darme todo lo que yo quería, hasta ahora incluso.
Seguía perdida en mis pensamientos antes de escuchar como golpeaban la puerta, dije adelante y ví como Hollie entraba con una sonrisa cálida.

-Cariño, ¿estás ocupada hoy?

-No Hollie, ¿sucedió algo?

Ella miró todo mi cuarto antes de decidirse a hablar.

-Vendran amigos de Alex-ella rodó los ojos-y ya sabes cómo es tu padre, quiere que estemos todos.

Quise pegar un grito antes de pasarme una mano por la frente.

-Esta bien, ¿esto es elegante?-mire mi ropa que era un pantalón de vestir con un top blanco liso.

-Solo usa un buen vestido-ella me sonrió.

Asentí y ella salió de la habitación, no tenía ganas de buscar nada, ¿conocer a los amigos de tu hermanastro que deben de ser más idiotas que él? No gracias, ¿pero que podía hacer yo si Hollie me lo pedía tan lindo?

Suspiré y empecé a revisar el armario un tanto apurada, encontré un vestido azul, uno rosa, uno violeta y uno negro.
Claro que me fui por la última opción, tenia un escote en v en la espalda y tenía las mangas largas.

Es divino, tomen niños ricos.

Me senté en la cama y mire la guitarra, Joaquín mi mejor amigo se moriría si yo dejara de tocar, ya lo extrañaba demasiado y eso que no habían pasado ni un día.
Suspiré antes de dar tres pasos e ir al baño.

Eres una de ellos, tienes baño, habitación y armario en tu habitación, eres facil de envidiar.

Vi las tijeras que estaban en el lavabo y sonreí, las tomé y ví que el cabello me llegaba casi a la cintura, tome la tijera y corte, corte y corte sin vuelta atrás.
Me di una ducha rápida antes de secarme el pelo y ver que ahora lo tenía por arriba de las tetas, genial.
Me puse el vestido y solo me pinte las pestañas antes de hacerme una cola alta y ponerme labial rojo mate.

Eres divina.

Ya lo sabía.

Tome mi celular y comencé a bajar las escaleras, Hollie estaba parada al lado de estás y me sonrió cuando baje, me señaló e hizo un gesto que me hizo reír.
Escuché unas risas desde el salón, rode mis ojos y Hollie se rió, hice un puchero.

-Como odio esto.

Justo cuando estaba por darme la vuelta choque contra algo o más bien contra alguien.

-Mierda-estaba por caer y esta persona me agarro la mano.

-Fijate por donde vas.

Conecte con unos ojos verdes y con una mandíbula marcada, unos labios rosa pálido y un cabello castaño.

¿Quien hubiese dicho que sería él quien rompería tu corazón y lo arreglaria?

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holissss
cómo andan??

escuchen, puedo dar un poco de cringe y todo esooo.
pero tratemos de ser concientes y de pensar que hace una banda vengo diciendo que quiero escribir.

ya seee, la protagonista se llama como yo, pero la que puede puede así que JAJAJJAJAJA.

El diagnóstico que nos dimosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora