"Eres mi única fuente de luz"
Una chica italiana llega a vivir a un lugar cerca de Reseda, Reseda es una zona de bajos ingresos del Valle de San Fernando. Asiste a su nueva escuela siguiendo sus sueños y tratando de no distraerse ya que al parecer s...
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Narrador Omnisciente:
- Mamma, sai che sono a mio agio come sono. Ho soldi, un bel appartamento e la cosa migliore è che ho Ronald con me - "Mamá, sabes que estoy cómoda como estoy. Tengo dinero, un apartamento bonito y lo mejor de todo es que tengo a Ronald conmigo" dijo Ludovica mostrando a su gato esfinge que estaba dormido en su sillón.
- So che puoi prenderti cura di te stesso da solo tesoro, voglio solo che tu ti concentri su ciò che vuoi. Sai che ti distrai facilmente - "Se que puedes cuidarte sola cariño, solo quiero que te concentres en lo que quieres. Sabes que te distraes fácil" dijo la madre de Ludovica, Virna Trovato.
Ludovica colgó la videollamada que estaba teniendo con su madre y sacó un poco de cereal para luego sentarse en su sofá a ver un poco de televisión. La alarma sonó y tomó sus cosas saliendo rápidamente de su apartamento no sin antes despedirse de Ronald.
4:00 pm en punto.
Su primera clase de ballet empezaba a las 4:10 y ella tenía entre sus manos sus zapatillas de ballet, iba tan deprisa que no notó que había un chico en su camino y chocó con él bajando las escaleras haciéndola tambalearse y cuando sintió su alma salir de su cuerpo al sentir que podría caer, pudo mantener su equilibrio con un solo pie, el chico maldecía mientras recogía su patineta.
Cuando estaba a punto de reclamarle a la persona que lo había chocado notó como una chica mantenía su equilibrio con la punta de un pie mientras todo su cuerpo estaba estirado hacia la caída larga de las escaleras.
- Ayúdame - dijo la voz de la chica con el asentó extraño y su voz ahogada debido a que estaba aguantando la respiración debido a la adrenalina.
El chico rubio la tomó de un brazo y la estabilizó en el escalón dejando que ella pudiera ponerse de pie, la rubia soltó una suspiro mientras el chico la miraba con una sonrisa ladina.
- Eso fue extraño - dijo el rubio con una sonrisa y la chica asintió
- Lo fue, adiós - dijo la chica bajando las escaleras rápidamente sin dejar al rubio hacer otra pregunta o siquiera disculparse por casi tirarla de las escaleras.
El rubio bajó su mirada hacia su patineta y notó un pequeño pendiente de perlas blancas sobre esta, inconscientemente se le escapó una risita y levantó para verlo de cerca.
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- Alza más tu pierna - dijo la maestra Camila, la mujer era bastante alta, usaba un bastón debido a una herida que tenía en el tobillo y su cabello completamente blanco debido a su avanzada edad.
