"Eres mi única fuente de luz"
Una chica italiana llega a vivir a un lugar cerca de Reseda, Reseda es una zona de bajos ingresos del Valle de San Fernando. Asiste a su nueva escuela siguiendo sus sueños y tratando de no distraerse ya que al parecer s...
"No eres su maldita psicóloga ni su cachorro de apoyo emocional."
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Narrador Omnisciente:
Ludo cubrió sus moretones con maquillaje y se preparó para ir a entrenar al dojo, no se encontró con Robby en toda la mañana lo cual en vez de tranquilizarla solo logró preocuparla.
Al llegar al dojo Halcón y Miguel estaban en la entrada junto con otros chicos nuevos, al parecer estaban divirtiéndose.
- ¿Quieren ser de Cobra Kai, eh? - dijo Halcón para luego alzar su puño hacia los chicos quienes retrocedieron asustados. - Tienen un largo camino.
- No los molestes, están nerviosos - dijo Ludo llamando la atención de su chico y de Miguel quien sonrió en grande.
Halcón caminó hacia su chica y pasó su brazo sobre los hombros de la rubia mientras que los dos novatos la miraron con sus ojos abiertos como platos.
- Es verdad lo que se dice - dijo el moreno haciendo que Halcón frunciera el ceño
- ¿Qué se dice? - preguntaron Halcón y Ludo al mismo tiempo pero el moreno no pudo contestar ya que Miguel tomó a sus dos amigos de los brazos y los guió al interior del dojo.
Entraron y había un basurero quemado, estaba literalmente hecho cenizas lo cual alarmó a Ludo pero nadie más parecía alarmado.
- ¿Qué pasó aquí? - preguntó Halcón con sorpresa mientras Aisha se acercaba a ellos
- Parece que el sensei tuvo una fiesta - contestó Aisha con una sonrisa haciendo que Miguel y Halcón sonrieran
- ¿Una fiesta? - preguntó Ludo con incredulidad
- Debió ser muy loca si hubo un incendio - dijo Halcón observado a sus lados un vidrio roto.
- ¡Silencio! está cerrado para estudiantes nuevos hoy - el sensei salía de su oficina con una expresión neutra con un aire de superioridad que hizo que Ludo se diera cuenta de que no había tenido una buena noche, estaba de muy mal humor.
- Vimos el torneo y quisimos registrarnos - contestó el moreno pero al sensei no le importó
- ¿Debo repetirlo? Fuera - contraatacó el sensei
- Si señor, sensei - dijo el chico de tez blanca y cachetes grandes que a primera estancia le pareció tierno a Ludo.
- Muévanse, váyanse y vuelvan mañana, y traigan sus chequeras. ¡Todos fórmense!
- Debió ser salvaje, sensei - dijo Halcón con una sonrisa
- Si ¿celebro todo el fin de semana? - preguntó Miguel poniéndose de pie al lado de Ludo
