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Capítulo 12: Gente que protege


"déjame estar para ti en todos los momentos, los buenos y los malos. Quiero ser yo quien te acompañe"


 Quiero ser yo quien te acompañe"

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Narrador Omnisciente:

Solo había una palabra que podía describir exactamente como se sentía Ludovica en ese momento: miserable.

Al despertar le dolían los ojos y la cabeza, miró a su alrededor el desordenado y húmedo departamento de Johnny Lawrence. Su cara estaba algo pegajosa debido a sus lágrimas y cuando se miró en el espejo de la sala vio su cabello revuelto, su máscara de pestañas corrida y sus labios pálidos como los de un muerto.

Ludovica suspiró y al no ver a su sensei pensó que debía estar dormido, así que tomó sus zapatos y salió por la puerta sin molestar a nadie, Miguel al parecer se había ido a la escuela y Ludovica había faltado así que se puso los zapatos y caminó hacia su casa aún con la imagen de su madre muerta en su cabeza y el solo hecho de pensar que ni siquiera iba a ir a su funeral solo la hacía sentir peor.

- ¡Buenos días! - la voz de Robby fue lo primero que Ludovica escuchó al llegar a la entrada de su apartamento, ahí estaba el rubio esperándola en la puerta con una carta en la mano.

- Hola ¿ya desayunaste?¿qué es eso? - preguntó Ludovica frunciendo el ceño al ver la carta entre las manos del chico

- No lo sé, el repartidor me dijo que te la diera, viene de Italia - dijo Robby extendiendo la carta hacia la chica quien abrió sus ojos como platos al ver el nombre.

"Andrea y Zelia"

- Oh Dios -

- ¿Oye, estás bien? Tus ojos se ven demasiado cansados ¿no dormiste bien? - preguntó Robby mientras la rubia abría la puerta de su casa.

- Mi madre murió y no iré a su funeral - Robby sintió el aire salir de sus pulmones

- ¿Que? - preguntó nervioso, pensado que tal vez era algún tipo de broma pero considerando la apariencia desarreglada de la chica parecía ser muy cierto, era la primera vez que la veía así.

- No te preocupes, leeré la carta y haré el desayuno ¿pasas? - preguntó Ludovica y Robby asintió, no solo por el desayuno sino para no dejarla sola en un momento tal delicado.

La chica caminó hasta la sala y abrió el pequeño sobre sacando algunas cartas que parecían ser simples hojas de cuaderno arrancadas.

Nota uno:

Sé que no te gusta recibir mensajes, ni contestar llamadas. Por eso te digo esto por un medio un poco más clásico como a ti te gusta. Para cuando leas esta carta lo peor ya tuvo que haber pasado, no te afanes por eso, no podías hacer nada pa evitarlo y aunque pudieras no te hubiera permitido hacerlo. Solo quiero que hagas lo que amas, que te enamores y dejes de lado a los chicos que no te valoraron y que te lastimaron, que tu poder no sea un problema en tu vida. Una chica como tú merece el cielo y las estrellas y lamento mucho no poder dártelo.

𝚂𝚊𝚒𝚕𝚘𝚛-𝙼𝚘𝚘𝚗 - COBRA KAIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora