"Quién siente mucho, se jode al no encontrar las palabras, entonces no habla y esa es su condena"
-Alejandra Pizarnik
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Alice in Bordeland
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XI|I'M ONLY HUMAN AFTEL ALL
Issey colocaba cuidadosamente el plato de soba frío sobre la charola. No le gustaba cocinar, y tanpoco sabía hacerlo (aprendió a las malas), pero no quería llegar con un plato preparado por alguien más, estaba poniendo todo su esfuerzo y dedicación en eso, ya que lo que significaba ese plato expresaba mucho más que una simple palabra.
Llevaba dos semanas en la playa, o al menos eso creía, ya que no era bueno contando el tiempo sin la ayuda de un reloj. Durante el tiempo que llevaba en ese lugar, que su hermana había autodenominado como "secta de payasos repudiados por la sociedad", muchas personas, por no decir la mayoría, ya lo reconocían. Lo saludaban, le ofrecían bebidas y polvos en bolsas blancas, pero él rechazaba todo con cortesía. No quería hacer enemigos y tampoco le disgustaba nadie, de hecho algunos le parecía realmente agradables, pero sabía que no estaba ahí para hacer amigos ni mucho menos.
Cada quien tenía una historia diferente, un motivo para estar ahí y para llenar su mente con cualquier cosa que ayudara a sobrellevar su situación. Después de todo, cada uno era distinto en la forma de manejar y superar diferentes circunstancias. Issey lo sabía mejor que nadie. Su compasión y empatía eran genuinas. A veces sentía el deseo de ayudar a todos, pero simplemente no podía. En ese lugar, cada quien debía ayudarse a sí mismo como pudiera. No le gustaba actuar de manera fría y brusca, mucho menos con las chicas que Niragi le obligaba a tocar. De solo recordarlo sentía asco de si mismo.
Se detuvo frente a la puerta de la habitacion que compartía con Maiko, sintiéndose incómodo. Habían tenido una discusión fuerte. Él quería mantener la paz dentro de la playa, sin problemas, porque sabía que lo que tramaban su hermana y Shuntaro traería consecuencias para todos. "Ellos no tenían nada que ver", pensó, pero no lo dijo en voz alta. A Maiko no le importaba, solo quería hacerse con las cartas y largarse, lo había dejado claro más de una vez.
Y eso fue lo que provocó la discusión. Sus palabras, su modo de actuar, que solo pensara en su propio bienestar. Quizás fue la combinación de rabia y decepción lo que le hizo gritarle aquellas palabras que muchas veces su padre le había dicho. Cuando las dijo, se arrepintió al instante. El dolor reflejado en los ojos de su hermana lo partió en dos. Ella fue rápida en ocultar cuánto le había dolido y solo le dijo que quería estar sola. Llevaban dos días en esa situación. Ninguno daba el primer paso, y al menos su hermana jamás lo haría, y tenía razones para ello. Él había cruzado una línea roja
Hizo una mueca y tocó la puerta con suavidad, dejando en claro que iba en son de paz. Ya habia revisado dos veces, tres por si acaso, que nadie; ejecutivo, militar y residente, lo había mirado dirigirse a la habitacion de la nueva chica, se desvió incluso del camino usual y recorrió pasillos que antes ni se le pasaba por la cabeza que existían. Para él era un sinsentido tener tanta precaucion, pero Maiko dejo claro que nadie debía saber que eran hermanos, lo que le faltaba a la sopa era que los descubrieran por su culpa.
