8. Infierno.

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Birdie POV.

¿Por qué yo y las personas que amo elegimos gente que nos trata como si fuéramos nada?

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¿Por qué yo y las personas que amo elegimos gente que nos trata como si fuéramos nada?

Esa pregunta se repetía siempre en mi mente cuando pensaba en lo mal que elegía de quien enamorarme.
Si mi padre supiera los detalles de mi agitada vida amorosa estaría decepcionado de sí mismo por mi culpa.

Nací con un talento extraordinario para precipitarme hacia mi destrucción, eso incluía la elección de mis novios.

Habían pasado casi 16 horas desde que vi a Charlie y no había recibido un mensaje suyo. Ni siquiera para saber si llegué bien a casa. Me hacía sentir estúpida esperar algo que sabía que no llegaría. Pero que es una chica enamorada sino un manojo de esperanza.

Pienso obsesivamente en ello, quizá debí frenarlo anoche, debí darme más a desear, tal vez así demostraría más interés, que se yo seguramente no soy la única que utiliza de vez en cuando su sexualidad para obtener un poco de atención del objeto de su afecto.
Alguna vez le envié sin aviso ni motivo una foto sexi sólo para generar una reacción de su parte, me avergüenza reconocerlo porque al final no me hizo sentir más especial después de verla.

Soy un desastre lo sé, pero en este caos es necesario algo de estabilidad así que ya que no puedo controlar como actúa conmigo, decidí sucumbir a esa urgencia femenina de arreglar mi habitación como si con ello estuviera arreglando mi vida.

Esa es mi debilidad, sentir como un caballo desbocado. No sé dosificarme cuando alguien me toca el corazón, todo se va a la mierda y termino enamorándome. Será por eso que me fascinan las historias de amor sin finales felices. No creo en el para siempre.

La vida me ha quitado tanto que lo pueda conservar lo atesoro muchísimo, hablando de eso hoy es el cumpleaños de papá y por recomendación de Ethan hice una reservación en el mejor restaurante de la ciudad, no hay mejor manera de invertir mis ahorros, no todos los días se llega al quinto piso, ¿cierto?

Además conociendolo estoy segura que le encantará, solicité que agreguen también un pastel con su nombre, quiero que sepa cuan orgullosa estoy de él.

Me gustaría hablar de esto con alguien pero, Nate es él único que podría escucharme y parece que se hubiera evaporado con la discusión de anoche. Aunque me molesta aceptarlo creo que empezaba acostumbrarme a él.

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Ver a papá tan feliz era justo lo que necesitaba para levantar mi ánimo este día. Mientras me platicaba que estaba planeando que pudiéramos tomar unas vacaciones, alcancé a ver por encima de su hombro que un séquito de personas que venían en nuestra dirección rodeando a lo que parecía un cliente muy importante.

Cuando atravesaron la puerta no podía creerlo, detrás del hostess venía una familia, un hombre de mediana edad, pelo entre cano y apariencia imponente sonreía y conversaba. Los colocaron en el centro del restaurante, junto a él venía su esposa, una mujer de cabello largo y oscuro, con semblante angustiado, a un lado de ella venían los que parecían ser sus hijos; uno de ellos debía estar en sus veintes, tenía el pelo y los ojos claros, miraba alrededor con arrogancia y fastidio, murmuró algo y le dio un ligero codazo al chico que venía detrás de él, este era todo lo contrario, atlético y sofisticado, con la mirada baja y las manos en los bolsillos de su chamarra azul oscuro como si quisiera no llamar la atención pero era imposible, a donde fuera Nate era el centro de las miradas.

THE  BROKEN  ONES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora