Capítulo XXVI. Madre y Padre.

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Mientras el elevador llegaba a la cima del cielo, Crowley no despegaba la vista de la páginas del diario que tenía en sus manos, devoraba cada palabra en la que se posaban sus ojos amarillos de demonio y no podía detenerse, suspiraba profundamente con cada 'lo amo' y luchaba por no llorar.
Cuando Maggie le había dado el diario en la librería y lo hojeo leyó su nombre muchas veces y de forma salteada así que se alteró y corrió hacía el cielo dispuesto a hablar con Aziraphale y aclarar todo de una vez. 'Volvere, mi trasero' - pensó el demonio recordando las últimas palabras del ángel de sus sueños.

Las puertas del elevador se abrieron de par en par y Crowley salió dispuesto a golpear a todo aquel que se pusiera en su camino para evitar que Aziraphale le diera la cara. Se pondría a gritarle al ángel rubio de ser necesario, sin embargo, al otro lado, junto a las ventanas enormes que daban vista a las hermosas nubes y estrellas se encontraba un Aziraphale sonriente y entregado y el Metatrón hablando muy cómodamente y bastante cerca para el gusto del demonio que acababa de llegar así que este tomó bastante aire para gritarle sin importarle que llegarán todos los angeles del cielo a sacarlo, ya le había pasado en algunos bares a lo largo de su estadía en la tierra y no le importaba, pensaba que solo Dios sabía lo mucho que aquello le daba igual.
El demonio no tuvo tiempo de gritar una sola palabra pues algo lo golpeó tan fuerte en su costado izquierdo que lo desestabilizó fuertemente y atrajo la atención de los dos seré junto a la ventana pero solo por un momento pues su conversación parecía demasiado importante como para asegurarse de que se había tratado y siguieron en lo suyo, mientras tanto aquello que había golpeado a Crowley no lo dejó caer y lo sostuvo lejos de la vista del Metatrón y su acompañante.

- ¿Que estas haciendo aqui? - le preguntó un Aziraphale menos obediente y con ojos aún más azules que como lo había visto la última vez, mientras lo sostenía firmemente, pues aún no estaba seguro de si en demonio pelirrojo podía estar de pie por si mismo.

Crowley parecía confundido, se frotó los ojos para ver si estaba alucinando al ángel pero no, él seguía alli. El demonio se asomó a donde estaba el Metatrón y compañia para despues volver su mirada al Aziraphale frente a él.

- ¿Que mierda esta pasando? - preguntó el demonio de ojos amarillos casi gritando.

- Shhh! ¡Haz silencio, Crowley! - le dijo el ángel frente a él mientras ponía un dedo en los labios del demonio - En serio, tienes que irte.

Crowley tembló un momento por el contacto pero trato de mantenerse en el presente.

- ¿Angel? - preguntó tocando su rostro, lo estudiaba con las llemas de sus dedos, no podía ni quería quitarle las manos de encima.

A pesar de la situación que se estaba presentando en el cielo, Aziraphale no le quitó las manos de su rostro ni se apartó, había extrañado tanto a Crowley que este podía ser el momento más hermoso que había tenido en mucho tiempo.
Por alguna razón una fuerza dentro de él fue más fuerte de lo que había sido en los seis mil años humanos que había pasado conociendo a Crowley y simplemente lo hizo. Tomó el rostro de Crowley entre sus manos y lo besó con todo el amor que había estado conteniendo en su interior.

Crowley se congeló totalmente ante la acción de Aziraphale, parecía una estatua inmóvil pero cuando habían pasado un par de segundos y Aziraphale seguía aún sobre él, Crowley sabía que lo que debía hacer.
El demonio colocó sus brazos alrededor de la cintura del ángel y lo atrajo hacia él lo más que pudo y estaba listo para no dejar que nunca se le escapara otra vez. El demonio le besó con gran intensidad y el ángel le devolvió el beso aún acariciando su rostro.

- Ángel - le susurró el demonio de ojos amarillos en medio de su segundo primer beso.

- Crowley - le contestó en arcangel supremo.

- Te amo - le confesó Crowley por primera vez con palabras en medio de un suspiro.

- No más de lo que te amo yo - le contestó el ángel quien se terminó separando solo un poco, aún sin dejar de tocarse entre si - Crowley de verdad tienes que irte - el ángel frunció en seño apretando más al ángel hacia si mismo haciendo reír al ángel - te juro por Dios que lo primero que haré cuando todo esto termine será ir a buscarte de inmediato a la librería, por favor vuelve a la tierra ahora.

- No lo haré - le contestó el demonio antes de que algo llamara su atención. El Aziraphale que tenía frente a él trataba de explicarle la situación pero el Aziraphale que estaba junto al Metatrón llamó su atención, pero no por las razones incorrectas, pues cualquiera habría pensado que sería por su parecido al otro Aziraphale y ahora estaría confundido de quién era quién pero no, la razón por la que estaba realmente atrapado en aquel Aziraphale era porque sabía bien de quién se trataba.

- ¿Que está haciendo Shax aquí? - preguntó Crowley.

- Eso es lo que trataba de decirte - contestó Aziraphale apretando los ojos y poniendo la cabeza en el pecho de Crowley - querido vete ya.

- ¿Por qué se ve igual que tú?

- ¡Crowley, por favor ya vete!

- ¿Y que pasa con esto? - le pregunto mostrándole en diario - me amabas y no trates de negarlo que ahí lo dice claramente.

- Lo sé, yo lo escribí - respondió Aziraphale.

- Ah, bueno. Pues entonces me amabas y aún así decidiste dejarme, ¿Por qué?

- Por idiota, mi amor por Dios me...

- ¿Y dónde está tu Dios ahora? - preguntó Crowley enojado.

- En una reunión con Satanás.

- ¿Que dijiste? - pregunto Crowley anonadado.

- Dijo que mi madre está en una reunión con mi padre - respondió Jesucristo apareciendo detras de un enorme pilar.

- ¡¿Que mierda pasa aquí?! - dijo Crowley más sorprendido que nunca.

Lamento lo corto que es este capítulo y debo añadir es lo más que pude escribir estando ebria justo ahora jaja que lo disfruten ✨

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⏰ Última actualización: Jul 11 ⏰

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