X-Try Me.

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El baño de champagne fue disfrutado en su mayoría por Checo y Charles, éste último estaba tan feliz por haber obtenido el triunfo. El oriundo de Mónaco sentía que llegó justo en el momento que más lo necesitaba y le devolvió esa hambre de seguir compitiendo para volverse el mejor.
El abrazo que recibió del mexicano al terminar la carrera fue reconfortante, siempre ha abundado la admiración y el respeto mutuos en su relación, le gustaba celebrar con él. Sergio era muy divertido y contagiaba a todos de alegría con su carisma nata.
Mientras que Max... Bueno, Leclerc lo supo en el momento que fue a darle la mano por tan reñido encuentro que se había dado en la pista entre ambos. La postura rígida y expresión de pocos amigos del rubio significaban que no estaba contento con el resultado derivado de su pésimo desempeño e imperdonable descuido. No tenía nada contra él, era de conocimiento general que a Max le costaba aceptar la derrota y eso aunado a las declaraciones posteriores a la prensa donde culpaba a todos y su falta de autocrítica no lo dejaban bien parado. Aún así Charles junto a Checo, trataron de incluirlo en el festejo para que quitara su mala cara pero él no cooperó mucho y sólo esperaba salir de ahí lo más rápido.
Jos lo esperaba, por lo que habló brevemente con los reporteros, harto de que recalcaran sus errores con cada pregunta. Hasta que tuvo suficiente y se marchó para ir con los suyos, también le urgía darse un baño para volver al hotel, claro después de la regañiza de su querido padre.

Sergio se limpiaba la cara empapada, Charles se emocionó de más y lo rocío demasiado con la bebida. El castaño no paraba de reír, bromeando con su equipo.
Aunque Max y él no consiguieran el primer puesto, sabía que los puntos les era de mucha ayuda y mejor eso a nada. Por cómo había peleado hasta el final, Charles se merecía estar ahí, todos fueron testigos de su gran esfuerzo el cual puso su nombre en alto junto a Ferrari.
Fue una ceremonia muy especial para él, sus ojos resplandecieron al notar a Carlos entre la gente aplaudirle y gritar su nombre eufórico. Por primera vez se atrevió a reconocerlo mandando un saludo en su dirección. Ese gesto lo dejó temblando por la adrenalina y miedo que simultáneamente se apoderaron de su cuerpo. Exhaló profusamente, ojalá los demás no se hayan fijado y si fue así, qué bueno.
Pronto podrá dedicarle un triunfo al dueño de su corazón de forma apropiada, sólo esperaba no desmayarse en el proceso.
En camino a su motorhome solo, su novio lo tomó por sorpresa y lo abrazó tiernamente sin darle importancia a que Sergio estuviera mojado y pegajoso, no es la primera ni será la última ocasion que lo ve así, sinceramente. Le dió fugazmente sus felicitaciones, como al mexicano le gustaba, con puros besos y caricias hasta que su tiempo se agotó y tuvieron que separarse. Si esa era su recompensa, de ahora en adelante, se sumaba otra razón por las que Checo debía continuar ganando.

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Recién comenzaba la fiesta y los asistentes ya traían buen ambiente, desde temprano se dispusieron a tomar y uno que otro se fue a bailar, Carlos llegó un poco tarde para hacerse el interesante pero casi nadie le prestó atención pues estaban ocupados divirtiéndose, quedó de encontrarse con Sergio ahí mismo porque él iba acompañado de amigos. Lo iba a buscar pero antes iría por un trago.
Sostenía su cerveza y al echar un vistazo a la pista de baile, ahí lo vió. Su Sergio sacando los prohibidos junto a Yuki y George, se movía al ritmo de "Maniac" que estaba incluida en la mezcla del DJ que revivía los clásicos. Descubrir que el castaño era un gran bailarín, le resultó hipnotizante. Con una sonrisa, no apartaba la mirada de su amado recorriendo todo su cuerpo, relamió sus labios al enfocarse en sus piernas que lucían espectaculares en ese pantalón de gabardina. Todo él parecía irreal bajo las coloridas luces y el humo que no se dispersaba, igual a una ardiente alucinación.
De la nada, se preguntó cómo sería ser tomado por Sergio, sentirlo dentro de él y recibiéndolo con gusto, siendo sometido por sus manos tan varoniles y escuchar sus palabras obscenas al oído con su sensual acento.
En uno de los giros de su coreografía, Checo posó sus ojos en la figura de Carlos y se detuvo cuando él comenzó a caminar a algún sitio apartado, obviamente esperaba que lo siguiera y eso hizo.
Ya estando lejos de los chismosos, Sergio abrazó por los hombros al más alto para saludarlo pero al momento de querer besarlo, se quitó. -¿Y ahora qué?- cuestionó con la angustia asomada en su tono de voz. Pensaba que Carlos ya no estaba molesto y ahora ni se dejaba besar. -Estoy cuidando que Max no se aparezca.- explicó volteando para todas partes. Con eso de que al neerlandés se le hizo costumbre interrumpirlos en sus momentos privados, quería comprobar si los había seguido.
-Max no está aquí, corazón.- le dijo y se cruzó de brazos. -Eso es lo que él quiere que creamos.- Carlos le apuntó con él dedo, convencido que Max estaba por salir de su escondite. Cuando sucediera, estaba listo para echarlo a patadas si hacía falta para que comprendiera que sobraba ahí con ellos.
Sergio rodó sus ojos y sujetó la cara de su novio para hacer contacto visual. -Carlos, ¿podemos dejar de hablar de Max? Por favor. Adoro estar contigo y sería lindo tener toda tu atención.- el pecoso acortó la distancia entre sus rostros con un beso, que con cada segundo se volvía más demandante con Sainz enredando sus dedos en el suave cabello de Checo. La manera que él succionaba su lengua y labio inferior hizo que no pudiera pensar en nada más.

El Encanto Que Provocas ||Cherlos||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora