XIII-Depend On It.

213 26 20
                                    


Checo saltó frustrado fuera de su monoplaza, finalizó en séptima posición. Una caída estrepitosa con respecto al buen nivel que venía mostrando en lo que va del año.
Por más que no quería, su enfoque estaba en la pésima noche que había pasado, a pesar de haber dormido no se sentía descansado. Porque en cuanto despertó seguía
concibiendo el hecho de que en verdad se había planteado elegir a su novio o a uno de sus mejores amigos, era de miedo.
No quería perder a ninguno de los dos, eran parte de su vida y le dolía en el alma que entre ellos no se lleven bien y sentía que era por su culpa.
Carlos y Max competían por su atención, se portaban como niños peleándose por el juguete favorito de turno. Aunque se notaba más por parte del español sinceramente, andaba muy envidioso. No iba a dejar que lo trataran a su antojo, ambos deben comprender que el trato hacia ellos es diferente por la relación que tiene con cada uno.
También tenía que aprender a decir no, a veces era tan servicial que se aprovechaban de su bondad, creyendo que era un tonto.
Debía trabajar en ser firme y hacer saber lo que él quería, era igual de válido.
Le daban ganas de que los tres se encerraran para averiguar qué es lo que se traen, porqué hay rencillas y si no se pueden tolerar, pues ni modo les toca aguantarse.
No obstante, hablar solamente con su novio era la prioridad de momento.
Sergio a duras penas cruzó miradas con Carlos en el paddock, ninguno se atrevió a dar el primer paso y acercarse para un saludo aunque sea, por el contrario, Max le sonreía cada que hacían contacto visual. Parecía estar de mejor humor, a él sí le funcionó el consejo de anoche.
Todos esos problemas personales le causaron una carrera desastrosa, cometió una serie de errorers vergonzosos para él, un piloto experimentado y los recordaba a la perfección.
Desde el inicio se mostró inusualmente errático. En la curva cuatro de la primera vuelta calculó mal el frenado, saliéndose ligeramente de la pista y perdió valiosos segundos y posiciónes. Recuperó el control enseguida pero dejó claro lo distraído que se encontraba.
Intentó compensar el tiempo perdido empujando su coche al límite, en la vuelta doce tomó un ángulo demasiado agresivo. No le quedó más que frenar bruscamente, bloqueando las ruedas y le causó un plano en sus neumáticos.
La tensión aumentaba y su equipo se percató de la falta de comunicación y claridad en sus respuestas por radio.
Pese a los contratiempos y exigencias, Sergio no se rindió porque su determinación pudo más.
Mantuvo un ritmo constante y en las últimas vueltas se ubicó en el puesto siete. Aliviado por rescatar el circuito y recolectar puntos importantes.
Visiblemente agotado, se reunió con su equipo quienes le reconocieron el haber superado ese desafío totalmente innecesario ya que la responsabilidad caía en él.
Asumía que se le venía un interrogatorio por su actitud y a decir verdad, no tenía una respuesta que lo justificara.

Max ganó y con suerte eso le quitaría un poco de presión de los altos mandos, así que debía recuperarse si no quería un llamado de atención estricto.
Le dió mucha alegría que Carlos consiguiera el P2, enorgulleciendo a su familia en su casa. Después de felicitar al rubio, Checo fue hasta donde la familia Sainz y los saludó. Hace un buen rato que no los veía, sólo interactuaban por mensajes ocasionales, siempre era un gusto estar con ellos.
Aprovechó y se disculpó mil veces por el desaire que les hizo, los señores le aseguraron que no estaban molestos pero bromearon sobre que les debía una cena y él aceptó pagarla juntos con todo lo que quisieran.
Se quedó a su lado para ver cómo premiaban a Carlos y hacían comentarios sobre la carrera, le dieron sus mejores deseos para la próxima y le aseguraron que le iría mejor.
Aunque había incontables cámaras, la sonrisa del pelinegro ahí arriba no llegó a sus ojos, los cuáles no tenían su característico brillo de siempre cuando estaba emocionado.
Sergio anhelaba hacerle compañía, sólo compartieron el podio una vez como novios pero a juzgar por la expresión de Carlos no podía afirmar que quería tenerlo ahí.

Iba en camino a su garaje después de ver el festejo con champaña que se dió principalmente entre Max y Lando, Sainz se dedicó a festejar con la gente de Ferrari y no tenía interés de integrarse a sus compañeros, su comportamiento era descolocado. Se notaba que no tenía ánimos de estar ahí y Sergio se resistió una vez más de correr hasta él para envolverlo con sus brazos, ojalá supiera cómo tomar decisiones acertadas.
Lo que no miró fue el momento en que Max estando de espaldas platicando con su ingeniero sintió un empujón con el hombro de Carlos cuando pasó a su lado, eso le provocó que diera un paso adelante porque la fuerza que aplicó lo tomó desprevenido por su postura relajada. El rubio lo observaba que se dirigía al cooling room y comenzó a carcajearse, qué inmaduro.
Si no respondía era debido a Checo, que aún le importaba su novio. Y porque Jos rondaba cerca y si inicia un pleito no se la iba a acabar.
Además le convenía ya que Sainz continuaba hundiéndose solito.
De por sí, en lo que va del día no se han reunido como acostumbran y la cara de pocos amigos del pelinegro ahuyentaba a cualquiera.
Necesitaba enterarse cómo fue su discusión exactamente, debía hablar con Checo a ver si soltaba la sopa.

El Encanto Que Provocas ||Cherlos||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora