My Draw

Siete

Llevaba los auriculares puestos, así que supuse que no me escucharía al sentarme, pero mi hipótesis desapareció cuando me habló.
-Has tenido suerte- dijo sin despegar la cara del movil. Al notar que no entendía su "indirecta", me aclaró- has tenido valentía para tirarle los macarrones a esa.
Esta vez levantó la mirada, encontrándome con sus celestes ojos. Era Caspar, el típico líder del equipo de fútbol por el que todas las chicas matarían. Pero, lamentablemente para él, sobre mi no tenía poder. Era atractivo, no vamos a mentir, pero no caería a sus pies, ni los de él ni los de nadie.
-No fui valiente, solo le di lo que se merecía- dije rompiendo el silencio.
No contestó, pero me lanzó una de esas sonrisas especiales, es lo único bueno de él.

El camino a casa fue largo, sobre todo porque tenía que soportar ir al lado de Caspar.
Cuando al fin llegué, subí a mi habitación y me tiré en la cama mientras devoraba una manzana. Me acordé de que tenía muchos deberes, así que me levanté y saqué todos los libros.

Eran las 6:30 cuando terminé, y mi madre tuvo la brillante idea de olvidar el pan en la tienda.
-Puedes ir a por el? Es para la cena...
Y, como siempre, accedí, a cambio de Nutella •~•
El supermercado no quedaba lejos, así que andé despacio mientras la brisa me despejaba.

Entré al súper, que estaba prácticamente vacío. Solo había una anciana comprando leche y una señora con su hija.
-Auch!- grité cuando choqué contra algo. O más bien, alguien.