NicolásSu mirada se mantiene firme sobre mí. Me observa con detenimiento y ladea la cabeza de vez en cuando, mostrando confusión. Me muevo con incomodidad en mi asiento y carraspeo tratando de cortar el silencio que se instaló entre nosotros. No obstante, esto no es suficiente, porque sigue concentrado en mí como si fuera la única cosa a su alrededor. La sorpresa del chico es evidente, pues el brillo de sus ojos es indescriptible. Parece el de un niño pequeño al descubrir algo, y sí, había descubierto algo, pero descubriría algo más si seguía mirándome como imbécil: mi puño.
—Se llama heterocromía, idiota —digo, después de pensarlo por algunos segundos—. No estoy para nada defectuoso, nací así.
Su rostro se tiñe de rojo y empieza a balbucear a fin de decir algo. Después de varios intentos, lo consigue.—No he dicho que lo estés —dice acomodando el cuello de su camisa—. Simplemente, es algo… raro. Ya sabes, es la primera vez que veo a alguien con esa condición.
Sonrío a medias cuando él baja la mirada y el rojo en su rostro se hace aún más presente. Me parece tierno, más no dejo que él lo note. enserio mi expresión y lo observo con cara de «di algo estúpido y patearé tu culo hasta que te duela tanto que no puedas ni respirar».
—Y también será la última, sigues mirándome así —le amenazo—. Joder, parece que has visto a un perro parlante y no a un humano con ojos de diferente color.
Digo, fingiendo indignación, él hace un puchero y rasca su cabeza. Ruedo los ojos y niego un par de veces antes de acariciar mis sienes con delicadeza.
Aparta la mirada de mí, y la lleva hacia la nada, al parecer, tratando de pensar una respuesta no tan idiota.Abre la boca para tratar de hablar, pero en cuanto lo hace, el profesor lo interrumpe haciendo que dé un saltito en su silla. Yo sonrío al notarlo y me hago el idiota para que el profesor no siga con su discurso, pues si prosigue no estoy seguro de poder soportar tanta mierda saliendo de su boca. Tallo mis ojos con mis manos y bostezo, aunque no deba hacerlo.
—No necesito alumnos que no quieran prestar atención —se ve molesto—. Suficiente tengo con tener que soportar a Kennett —dice, señalando a este último. Kennett sonríe y levanta su dedo pulgar, lo que causa que suelte una risita por lo bajo. Los demás en el salón hacen lo mismo; esto parece irritar al profesor, pues rueda los ojos y niega con frustración. Mateo asiente y le regala una sonrisa un poco forzada al profesor. Busco mi celular a fin de escribirle para seguir molestándolo. Al encontrar su perfil, sonrío como idiota y empiezo a teclear en este.
Nicolás Jones
¿Ves lo que ocasionas?
Te voy a matar, joder. >:(Mateo Evans
Lo siento mucho :(
Nicolás Jones
Qué más da. Te la perdono esta vez.
Saliendo de aquí me darás tu WhatsApp.
No me gusta Facebook.Mateo Evans
JSJSJSJSJS también te lo iba a pedir,
pero me dio pena.
Lol.Mi sonrisa se ensancha, y suelto una risita nasal antes de contestar.
Nicolás Jones
«Timbiin ti li ibi i pidir piri mi dii pini». Idiota.
¿Pero no dio pena escribirme por acá?
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Hey Nick
RomanceUna pequeña confusión puede ser el comienzo de todo. ¿No es así? Te equivocas de persona y gracias a ello encuentras a la indicada. Un nuevo año escolar, nuevos comienzos. ¿Qué pasa cuando encuentras el amor por accidente? Cuando por un... «Error»...