Mateo
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—Entonces… ¿Le gusta tu chaqueta? —pregunta.
—Sí. O bueno, eso parece. Tal vez solo lo dijo porque se sintió culpable.
—¿Culpable? ¿Por qué?
—Meredith, ¿en dónde tienes la cabeza, joder? Te acabo de contar que fue muy grosero.
—Ahh, por eso. Sí, supongo que podría ser una disculpa un poco disfrazada de cumplido.
—Exacto. Él es… extraño. Siempre es muy sarcástico. Aunque, bueno, tener una conversación con él no es tan difícil como me dijiste. Hay que saber tolerarlo.
—Sí, igual que a ti —dice riendo—. A veces… eres más que irritante.
Mi boca se abre formando una enorme O. ¿Qué había dicho?
—Disculpa, ¿qué fue lo que dijiste? —pregunto fingiendo no haber escuchado.
—Que eres un poquito irritante. A veces ni siquiera sé cómo te soporto. A veces quisiera tirar la toalla contigo, pero luego recuerdo que tu mamá me paga, y ya empiezo a soportarte un poco más.
Desvío mi mirada hacia ella y niego con la cabeza. ¿Cómo era posible que se atreviera a decir eso? Pero bueno, eso es algo que mi mamá definitivamente haría.
—Mi mamá no te pagaría por ser mi amiga. Dios, se queja cuando le pido dinero, no creo que haga algo como eso.
—¿Con qué dinero crees que te invité a salir ese día?
—No lo sé, ¿te vendiste en alguna esquina? Pobre aquel que te haya cogido, seguro le dio una infección en… ya sabes dónde.
Bromeo, tratando de parecer convencido de mis palabras. Cosa que no parece gustarle, ya que me mira de una manera que me hace cagarme en los pantalones.
LA CAGUÉ! ¡ALERTA! LA CAGUÉ. Que alguien llame a la ambulancia porque seguramente saldré de aquí con mil huesos rotos.
Sonrío tratando de quitarle peso a mis palabras. Dios, ¿cómo se me ocurre decir eso? Está bien, ella también me ofendió. PERO YO PRÁCTICAMENTE LE DIJE QUE ES… Bueno, ya saben qué. Aunque bueno, lo es. ¿No?
—¿Qué acabas de decir? —pregunta enarcando una ceja.
—Que eres la mejor amiga del mundo y que le diré a mamá que te dé más dinero, lo mereces —digo sonriendo. Espero su reacción. Dios, que sea una buena, por favor.
—Lo sé —dice engreída—. Pero me pareció escuchar otra cosa…
—Pfff, ¿te lavaste los oídos antes de venir?
—Sí, lo hago cada vez que me baño. Porque yo SÍ me baño. No como tú —dice riendo. No hago nada para defenderme, porque bueno… me lo merezco.
—Tienes razón —asiento también.
—Siempre. Ahora, ¿qué le respondiste a tu n… amigo? —pregunta con esa típica sonrisa que la delata.
La miro mal. Sé lo que iba a decir. Dios, ni siquiera conozco bien al chico y ya trata de ennoviarme con él.—Nada —respondo encogiéndome de hombros. Su sonrisa se borra al instante y frunzo el ceño al ver que me está mirando como si un tercer ojo me hubiera salido—. ¿Qué? ¿Qué dije?
—¿Cómo así que no le has contestado? —pregunta indignada?—. Dios, ¿eres estúpido o qué? ¿Así piensas conquistarlo?
—¿Conquistar a quién? —pregunto haciéndome el tonto.
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Hey Nick
RomanceUna pequeña confusión puede ser el comienzo de todo. ¿No es así? Te equivocas de persona y gracias a ello encuentras a la indicada. Un nuevo año escolar, nuevos comienzos. ¿Qué pasa cuando encuentras el amor por accidente? Cuando por un... «Error»...