Football ships (chico x chico)

Nico Williams x Lamine Yamal

"We looked at each other a little too long to be just friends."

***

Lamine Yamal y Nico Williams se estaban convirtiendo en las estrellas de la Eurocopa, todos decían que eran la mejor pareja de extremos del mundo.

Además, todos pensaban que eran muy buenos amigos fuera del campo. Realmente lo eran, pero su relación se había vuelto algo extraña en las últimas semanas.

Se habían llevado bien desde que se conocieron, siempre habían sido muy cercanos. Pero últimamente querían estar constantemente muy cerca del otro, demasiado.

Todos sus compañeros de selección lo veían como algo normal, nadie decía nada cuando Lamine se quedaba a dormir en la habitación de Nico por haberse quedado hasta tarde jugando a la Play, ni cuando Nico le llevaba el desayuno a la habitación porque él debía estudiar.

Nadie decía nada, "solo eran dos adolescentes que se llevaban bien".

Pero tanto Lamine como Nico habían comenzado a experimentar sensaciones totalmente nuevas para ellos, a veces se ponían nerviosos cuando estaban juntos. Sus cuerpos reaccionaban sin que ellos pudieran hacer nada al respecto cuando se tocaban sin querer en un entrenamiento, por ejemplo.

Lamine solía sonrojarse y agachar la cabeza rápidamente para que nadie lo viera. Nico solía verlo y su corazón se aceleraba. Esto antes no les pasaba.

En esos momentos estaban cenando con el resto de sus compañeros. Las mesas eran de cuatro y para la sorpresa de todos, no se habían sentado juntos. Lamine había decidido en silencio que lo mejor era mantener un poco de distancia después de un pequeño roce que habían tenido hacía unas horas, justamente entrenando. Y Nico... bueno, lo había respetado.

El más joven estaba comiendo en silencio junto a Pedri, Fermín y Ferran. No despegaba la mirada de su plato, y este último lo miraba extrañado.

—Oye, Lamine, ¿te ha pasado algo con Nico?

—No —tragó saliva—. ¿Por qué?

—Nada, es que no deja de mirarte.

Lamine alzó la cabeza por primera vez en varios minutos y lo vio, a varias mesas de distancia, junto a Unai, Robin y Marc. Definitivamente, Nico lo miraba fijamente. Ni siquiera dejó de hacerlo cuando se dio cuenta de que lo había descubierto.

Lamine le mantuvo la mirada por un rato, hasta que su cuerpo volvió a traicionarlo. Su rostro se calentó, sonrojándose. Y él agachó la cabeza avergonzado, como siempre. Avergonzado de sentirse así.

"¡Agh, malditas hormonas!", pensó.

Nico suspiró y volvió a centrarse en su comida después de aquello.

Cuando toda la plantilla terminó de cenar subieron a sus habitaciones. Lamine se levantó y vio que todos subían por las escaleras, así que decidió esperar al ascensor. Tenía las manos en los bolsillos de su pantalón cuando alguien se detuvo junto a él. Miró por encima del hombro y vio a Nico, también con las manos en los bolsillos.

—Hola —habló el mayor.

—Hola...

Los nervios invadieron a Lamine y comenzó a jugar con sus dedos, tratando de calmarlos. No dejó de hacerlo cuando las puertas de metal se abrieron y ambos entraron al ascensor.

Nico estiró el brazo y pulsó el botón correspondiente a la quinta planta, donde se encontraban sus habitaciones.

Estuvieron en silencio durante unos segundos, Lamine miraba al suelo y Nico lo miraba a él. El mayor se atrevió a decir: