Capitulo XIX: La ceremonia y la llegada

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El día de la ceremonia llegó, y el palacio estaba lleno de actividad. Invitados de todo el reino y de más allá se reunieron para presenciar el regreso de Noeul al trono. Desde temprano, el ambiente estaba cargado de expectativa y emoción.

Noeul se levantó antes del amanecer, sintiéndose nervioso y emocionado al mismo tiempo. Boss estaba a su lado, apoyándolo en cada momento. Juntos, se prepararon para el evento, vistiendo las vestimentas reales que simbolizaban el honor y la responsabilidad que recaía sobre ellos.

La primera parte de la ceremonia se llevó a cabo en el gran salón del trono, donde los nobles y dignatarios se habían reunido. La música llenaba el aire mientras Noeul y Boss caminaban hacia el estrado principal, acompañados por los miembros del consejo real. Noeul, con su porte sereno y majestuoso, inspiraba respeto y admiración.

El gran chambelán abrió la ceremonia con un discurso solemne, recordando la historia del reino y la importancia del momento. Luego, uno a uno, los representantes de las provincias y los reinos vecinos ofrecieron sus respetos y felicitaciones a Noeul.

-Príncipe Noeul, en nombre de nuestro reino, le damos la bienvenida de nuevo al trono. Que su reinado esté lleno de prosperidad y justicia -dijo uno de los embajadores, inclinándose profundamente.

Noeul respondió con una inclinación de cabeza y unas palabras de agradecimiento, sintiendo el peso de la responsabilidad que estaba asumiendo.

La segunda parte de la ceremonia se llevó a cabo en el templo sagrado, donde Noeul recibió la bendición de los sacerdotes. Boss lo acompañó, sosteniendo su mano con firmeza mientras los cánticos sagrados resonaban en el aire. La ceremonia religiosa era un recordatorio de la conexión espiritual del trono con el bienestar del pueblo.

Al finalizar la ceremonia en el templo, Noeul y Boss regresaron al palacio para la celebración festiva. Las calles estaban decoradas con flores y banderas, y el pueblo se había congregado para unirse a las festividades. Había banquetes, música y danzas en cada rincón, celebrando el nuevo capítulo en la historia del reino.

Durante el banquete en el gran salón, Boss y Noeul se sentaron en el lugar de honor, rodeados por sus seres queridos y aliados. Las conversaciones estaban llenas de risas y planes para el futuro, y Noeul no podía evitar sentirse abrumado por el amor y el apoyo que los rodeaba.

-¿Te imaginas cómo será cuando nuestro hijo esté aquí para ver todo esto? -preguntó Noeul a Boss, su mano descansando sobre su vientre.

-Será una gran bendición. Estoy seguro de que crecerá rodeado de amor y aprenderá a ser tan fuerte y noble como tú -respondió Boss, besando suavemente la frente de Noeul.

La noche continuó con más celebraciones, incluyendo un magnífico espectáculo de fuegos artificiales que iluminó el cielo. Noeul y Boss observaban desde el balcón, abrazados y sintiendo la energía y el entusiasmo del momento.

A medida que la multitud se dispersaba y la noche avanzaba, Noeul y Boss se retiraron a sus aposentos, exhaustos pero felices. El día había sido largo y lleno de emociones, pero ambos sabían que este era solo el comienzo de una nueva era.

-Lo logramos, Boss. Hoy marca el inicio de algo grandioso -dijo Noeul, acurrucándose junto a su amado.

-Sí, Noeul. Estoy orgulloso de ti y de todo lo que hemos conseguido juntos. Siempre estaremos aquí, enfrentando cada desafío y disfrutando cada alegría, uno al lado del otro -respondió Boss, sosteniéndolo con ternura.

Mientras la noche envolvía el palacio en su manto de silencio, Noeul y Boss se quedaron dormidos, seguros de que juntos podrían enfrentar cualquier cosa que el futuro les deparara.

[...]

Meses habían pasado desde la ceremonia de reinstalación de Noeul al trono. Su vida como líder y futuro padre se había establecido en una rutina constante, aunque desafiante. Cada día traía nuevas responsabilidades y decisiones, pero el apoyo inquebrantable de Boss y el amor que compartían hacían que todo valiera la pena.

El embarazo de Noeul había progresado sin problemas significativos, aunque con algunos de los inevitables malestares y antojos peculiares. Había aprendido a equilibrar sus deberes reales con el cuidado de su salud y la preparación para la llegada de su hijo.

Una mañana, mientras Noeul se encontraba en su despacho revisando unos documentos importantes, sintió una punzada intensa en su abdomen. Se detuvo un momento, pensando que era solo una molestia pasajera, pero la sensación persistió y se intensificó.

-¿Estás bien? -preguntó Boss, notando la expresión de dolor en el rostro de Noeul.

-Creo que... creo que estoy teniendo contracciones -dijo Noeul, tratando de mantenerse calmado, aunque el dolor era evidente.

Boss se levantó de inmediato, con una mezcla de preocupación y urgencia en su rostro.

-Voy a llamar al médico real. Tú respira hondo y trata de relajarte -dijo, y salió rápidamente de la habitación.

Las contracciones continuaron, haciéndose más frecuentes y dolorosas. Noeul trataba de concentrarse en su respiración, recordando las instrucciones que el médico les había dado durante las consultas prenatales.

Minutos después, el médico real llegó, acompañado por Boss. Rápidamente, el médico comenzó a examinar a Noeul, evaluando su estado y determinando el progreso del parto.

-Parece que el bebé está listo para llegar, pero aún falta un poco de tiempo. Necesitarás descanso y apoyo -dijo el médico, mirando a Boss con seriedad.-Noeul, trata de mantener la calma y respirar profundamente. Te guiaré a través de esto.

Boss se arrodilló al lado de Noeul, tomando su mano y dándole una mirada tranquilizadora.

-Estoy aquí contigo, Noeul. Vamos a pasar por esto juntos -dijo Boss, su voz llena de determinación y cariño.

Las horas siguientes fueron una prueba de resistencia y paciencia. Las contracciones de Noeul se intensificaron, y el dolor se volvió casi insoportable. Boss no se separó de su lado ni un momento, ofreciendo palabras de aliento y apoyo constante.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, el médico real anunció que era el momento de traer al bebé al mundo. La tensión en la habitación aumentó, pero también la esperanza y la emoción.

Con el apoyo de Boss y la guía experta del médico, Noeul encontró la fuerza para dar los últimos empujones. Finalmente, un llanto fuerte y claro llenó la habitación, señalando la llegada del nuevo miembro de la familia.

-Es un niño -anunció el médico con una sonrisa, envolviendo al bebé en una manta suave antes de entregárselo a Noeul.

Noeul, exhausto pero lleno de alegría, tomó a su hijo en brazos. Las lágrimas de felicidad corrían por su rostro mientras miraba al pequeño ser que habían creado juntos.

Boss se acercó y los abrazó a ambos, sus ojos brillando con orgullo y amor.

-Es perfecto, Noeul. Lo hemos logrado -dijo Boss, besando suavemente a Noeul y luego a su hijo.

En ese momento, rodeados por el amor y la calidez de su familia, Noeul sintió una profunda paz y satisfacción. Habían superado muchos desafíos juntos, y ahora estaban listos para enfrentar este nuevo capítulo con el mismo amor y determinación que los había unido desde el principio.

-¿Qué nombre le daremos? -preguntó Noeul, mirando al bebé con adoración.

Boss sonrió, acariciando suavemente la mejilla de su hijo.

-Creo que deberíamos llamarlo Sun, como un símbolo de luz y esperanza para nuestro reino -sugirió Boss.

Noeul asintió, con los ojos llenos de lágrimas de felicidad.

-Sun... es perfecto. Bienvenido a nuestro mundo, Sun -dijo Noeul, susurrando el nombre de su hijo con amor.

Con su hijo recién nacido en brazos, Noeul y Boss sabían que su familia estaba completa. Ahora, con Sun a su lado, estaban listos para enfrentar cualquier desafío que el futuro les trajera.

Corazón Real ~BossNoeul~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora