capítulo X: Enfrentando la tormenta

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[...]

A medida que pasaban los días, Noeul y Boss se encontraron en una nueva rutina. Los desafíos de sus responsabilidades como príncipes estaban siempre presentes, pero su amor les proporcionaba la fuerza necesaria para enfrentarlos. Sin embargo, sabían que no todos en la corte compartían su felicidad y que las intrigas políticas no se detendrían por su amor.

Una tarde, mientras paseaban por los jardines del palacio, Boss notó algo diferente en la actitud de Noeul. Había una tensión en sus hombros y una preocupación oculta en sus ojos. Boss tomó la mano de Noeul y lo llevó a un rincón apartado, lejos de las miradas curiosas.

—Noeul, ¿qué te preocupa?—preguntó Boss con suavidad.

Noeul suspiró, mirando a Boss con una mezcla de amor y tristeza.

—He recibido noticias inquietantes. Algunos miembros de la corte están conspirando para que yo sea desheredado. Quieren usar nuestra relación como pretexto para cuestionar mi capacidad de gobernar.

Boss frunció el ceño, sintiendo una oleada de ira y protectividad.

—Noeul, no permitiré que te hagan daño. Juntos podemos enfrentarlos.

Noeul sonrió débilmente, agradecido por el apoyo de Boss.

—Lo sé. Pero debemos ser cautelosos. No quiero que nuestro amor sea usado en nuestra contra.

Boss asintió, apretando la mano de Noeul con determinación.

—No dejaremos que nos separen. Juntos somos más fuertes.

[...]

Esa noche, decidieron reunirse en el jardín secreto una vez más. Necesitaban un momento para ellos, lejos de las preocupaciones y tensiones del palacio. Bajo la luz de la luna, se encontraron en el pabellón, rodeados por el susurro de las hojas y el brillo de las estrellas.

—Este lugar siempre me ha dado paz—dijo Noeul, recostándose contra el pecho de Boss.—Aquí, me siento libre de ser yo mismo, sin las presiones del trono.

Boss lo abrazó con fuerza, besando suavemente la coronilla de su cabeza.

—Siempre encontraremos un refugio, Noeul. Nuestro amor es nuestro hogar, sin importar dónde estemos.

Sus labios se encontraron en un beso suave y apasionado, uniendo sus almas en un fuego ardiente que parecía imposible de contener. Las manos de Noeul se deslizaron por la espalda de Boss, acercándolo más, mientras Boss respondía con la misma urgencia.

Se perdieron en el momento, sus cuerpos moviéndose al unísono, sus corazones latiendo juntos. El beso se rompió solo para que pudieran respirar, pero sus frentes permanecieron juntas, sus respiraciones entrecortadas.

—Te amo, Boss—susurró Noeul, su voz llena de emoción.

—Y yo a ti, Noeul—respondió Boss con igual fervor.—Nada ni nadie podrá separarnos.

Con esa promesa, volvieron a besarse, esta vez con una ternura que reflejaba la profundidad de su amor. Se recostaron sobre los cojines del pabellón, sus cuerpos entrelazados, cada caricia y susurro fortaleciendo su conexión.

Mientras la noche avanzaba, hablaron en voz baja, compartiendo sueños y esperanzas, susurrando palabras de amor eterno. Las estrellas brillaban sobre ellos, siendo testigos silenciosos de su compromiso y pasión.

En el calor de la noche, sus cuerpos se unieron en una danza de amor y deseo, cada movimiento una declaración de devoción y entrega. Noeul y Boss encontraron en el otro un refugio seguro, un lugar donde podían ser ellos mismos, libres de las expectativas y presiones del mundo exterior.

A medida que el amanecer se acercaba, sabían que debían regresar al palacio y enfrentar las realidades de sus responsabilidades. Pero en esos momentos de intimidad y amor, encontraron la fuerza y la determinación para seguir adelante, sabiendo que su amor era invencible.

Se levantaron juntos, listos para enfrentar el nuevo día y cualquier desafío que les aguardara. Con una última mirada de amor y una sonrisa compartida, se dirigieron de vuelta al palacio, seguros de que su amor les daría la fuerza para superar cualquier obstáculo.

Corazón Real ~BossNoeul~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora