Accedí ir al cine con Manuel. Aunque en realidad él quiso intentar algo nuevo, así que terminamos yendo a un auto cinema. ¿Has ido a algún auto cinema?
Es como muy padre, porque todos están viendo la película desde sus autos y las palomitas de caramelo siguen siendo superdeliciosas; con el vidrio de la ventanilla abajo y el viento entrando de forma suave.
Manuel escogió ver una película de blanco y negro. La neta no es que yo fuera fan de las películas de blanco y negro, pero no podía negar que esta película era realmente buena. Escuela de Vagabundos donde salía Pedro Infante. ¡A papá le encantaba esta película!
—¿Si te gustó la película?
—Sí, está entretenida.
—¡Qué bueno que te gusta! Pensé que te aburriría el cine de antes.
Sonreí.
—La neta no es que yo acostumbre ver películas de blanco y negro, muy seguido no. Sé que era cine de calidad y muy cómico, a mi papá le gustaba mirarlas, pero yo casi no —hablar de mi padre, me hizo sentir un poco triste.
¡Si las cosas fuesen como antes!
—¿Cómo está tu padre?
—Él está bien. Esta mañana desayunamos juntos y estuvimos platicando un poco.
—Qué bueno, yo...
Se quedó en silencio por algunos segundos, sus ojos me pertenecieron y la mancha de mi moretón capturó su atención.
—¿Tú...? —Quería escuchar su pregunta de forma completa.
—No sabía que las cosas habían cambiado mucho, yo creo que fue un error no haber estado en contacto contigo todo este tiempo —admitió con un poco de nostalgia.
¡Así que mi querido se lamentaba! Intenté darle una sonrisa.
—¡Descuida! Tú tenías que estar estudiando en esa escuela, por eso fue que tu padre te envió a ese lugar. Yo entiendo la parte de no estar en comunicación. ¡No te preocupes!
¿De verdad lo entendía? Una parte de mí se sintió muy afortunada de escuchar que Manuel se sentía triste por todo este tiempo que estuvimos lejos; mi otra parte se sentía un poco distante. ¡Algo totalmente irónico!
Hasta este punto, debo confesar que yo, todo el tiempo, revisaba su perfil en Facebook o Instagram. Que, si subía una foto nueva, ahí andaban sonando mis notificaciones. Que si hacía una nueva publicación, ahí andaba de boba leyendo los comentarios. ¡Literalmente era su espía anónima! Pero tampoco tuve el valor de escribirle, no sé, me daba miedo que él no me fuese a responder. ¡Me daba miedo la posibilidad de que él ya no se acordara de mí y fuera capaz de no responderme!
—¡Espero que las cosas puedan mejorar con tu familia!
Asentí. Solo quedaba eso.
—Yo también espero lo mismo, aunque, si las cosas no llegan a mejorar, supongo que entonces tendré que ser más fuerte. ¡La vida es incierta!
Nos quedamos mirando por varios segundos, la película había terminado y era hora de regresar.
—¿Quieres ir a la plaza comercial por un helado?
¿Un helado? Eran las nueve de la noche. ¿Qué otra cosa podría pasar? Un helado nos haría sentir frío a esta hora, aunque era aceptable. ¡Mi garganta ya no dolía! Soy fan de los analgésicos.
—Bueno, vamos —acepto su propuesta.
Hasta ese momento yo todavía no le contaba a Gerardo sobre mi faceta nocturna.
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SI PUDIERA SALVARNOS
Roman d'amourIvin quiere lo mejor para su familia y por eso esconde un secreto: por las noches se alquila como dama de compañía. Durante una noche de trabajo, se reencuentra con su crush de toda la vida. ¿Qué podría pasar cuando tu primer amor te confiesa estar...