¿ Sabéis eso que dicen que la presa cuando se siente acorralada puede volverse contra el depredador ? ¿ No ? Pues es un hecho.
- Avi, respira - Lucy intenta calmarme.
- Y una mierda.
- Ava... - Rayne me toma por ambos hombros - si pierdes los estribos caerás en su juego y eso es precisamente lo que él quiere.
- ¿ Estribos ? - me mofé - Soy un puto caballo salvaje. No tengo estribos ni tampoco paciencia.
Me solté del agarre de Rayne y salí del salón hiperventilando.
El truco está en pararse frente a él, cantarle las cuarenta e irme por la puerta grande como toda una vencedora. Sin darle tiempo a abrir la boca tan siquiera, pues he de reconocer que para mi desgracia tiene el don de sacarme de mis casillas y si quiero salir victoriosa de esta contienda en la que está en juego mi autoestima y amor propio por los siguientes días, no puedo dejar que eso suceda.
Conforme caminaba por los pasillos del campus y me dirigía a la biblioteca mi mala leche aumentaba gradualmente.
- No quiero que andes metiendo tus narices ñiñiñiñiñiñi...
¡ Gilipollas !
Entré a la biblioteca mirando hacia todas partes en busca del susodicho hecha una furia mientras pensaba con qué improperio iniciar la conversación. No tardé en encontrármelo sentado con un viejo tomo de " La divina comedia " entre sus pálidas manos. Me detuve en frente de Ashen y me crucé de brazos a la espera de su reacción puesto que él me había dicho que no me quería cerca y en contra de sus palabras me había presentado con toda intención de llevarle la contraria.
- ¿ Y bien ? - le lancé una mirada de pocos amigos - Vine y no pudiste hacer nada al respecto.
Me ignoró abiertamente.
Cuenta hasta mil.
- Se que me estás oyendo, imbécil.
Entonces alzó la mirada del libro y la clavó como una daga envenenada en mí. Se llevó un dedo a los labios y posteriormente señaló el cartel de " Guardar silencio en la Biblioteca "
Genial.
Te está mandando a callar uuuuuuuuh...
Cállate conciencia.
- Mira idiota... me importa una mierd-
- ¡ Shhhhhhhhhhh ! - una señora que supuse era la encargada de la biblioteca y con evidente cara de reproche me manda a callar también.
Fantástico.
Me disculpé con la señora y cuando esta se dispuso a marcharse negando con la cabeza, acción que yo interpreté como la clásica frase de " esta juventud de hoy en día " le di nuevamente la cara a mi némesis.
Ashen disimulaba una sonrisa por detrás del libro.
- Veo que te hacen gracia mis desgracias - lancé el primer improperio cuidando de mantenerme lo más silenciosa posible.
- No negaré que me divierten en cierta medida - musitó, con la mirada fija en las páginas de Dante Alighieri.
- Dos cositas - coloqué ambas manos sobre la mesa - La primera es que quiero saber que problema tienes conmigo en particular...
- Sigu-
- Y no me vengas con la mierda de que el mundo no gira a mi alrededor - lo interrumpí sabiendo que iba a emplear esa táctica como contraataque.
- Y segundo... quiero que me alcances el tomo que pusiste encima de la estantería - continué.
- Súbete a una silla.
- Tú eres imbécil.
Claramente lo era, su actitud arrogante y antipática me ponía de los nervios.
- ¿ Debería ofenderme ?
- De eso se trata - añadí.
- Te dije que no vinieras a la biblioteca - esta vez cerró el libro y fue él quien lanzó una mirada de desprecio que me hizo relajar mi expresión y ponerme a la defensiva.
Se viene el contraataque.
RETIRADA.
- ¿ Y por qué debería de hacerte caso ? - mi voz tembló un poco - No eres nadie para decirme lo que debo y no debo hacer.
Bien dicho.
Su expresión neutra se tornó en una sonrisa torcida.
- ¿ Qué ? - musité.
- No te conviene llevarme la contraria, niñata - reposó su rostro en la palma de su mano.
- Me tienes hasta los cojones con lo de niñata - vociferé sin importarme si estaba o no en la biblioteca - ¿ tus padres no te enseñaron las reglas básicas de educación ?
Se puso de pie haciendo caer la silla a sus espaldas, el ruido sordo de la madera contra el suelo resonó en el silencio. Su mirada azul se tornó fría y agresiva.
- Pírate de aquí - su tono de voz se escuchó grave y había perdido todo rastro de la calma que lo caracterizaba.
- ¿ Te molestó que mensionara a tus padres ? - dije intentando traer algo de paz al ambiente notablemente tenso.
Aquella esbelta figura de pálida tez y ojos de un azul profundo me encaró a escasos centímetros uno del otro. La cercanía me hizo notar lo acelerada que se encontraba su respiración.
- Lo siento... yo-
- Pírate, Ava.
Mierda. Mierda....
Como si de un acto reflejo se tratase, di la espalda y me marché.
Resulta ser que al final la idiota soy yo.
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Ashen
RomanceEsta, estimado lector, es una historia que cuenta el destino de dos almas con tonalidades distintas, una brillante y hermosa, otra oscura y opaca. De la cual un simple aroma a esencia floral hará que sus destinos se entrelacen sutilmente hacien...